Todas las personas nos beneficiamos de calles más seguras y ordenadas, ciudades más saludables y sostenibles y de un planeta más solidario, aunque para algunas esto todavía sea muy difícil de imaginar y para otras parezca una utopía inalcanzable.

Nuestras ciudades han evolucionado a lo largo de siglos para servir a las personas y tenemos la certeza de que es posible adaptar, transformar, mejorar y construir mejores ciudades para los desafíos de nuestro siglo. Las calles que ya están cambiando pueden ser el punto de encuentro y de convivencia desde el que podamos identificar y construir otras coincidencias hacia un mundo más estable, amable y justo.

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