En 2009 lanzamos por primera vez el Día Nacional del Maíz, una iniciativa ciudadana inspirada en los festejos que muchas familias campesinas hacen en sus milpas el 29 de septiembre para cosechar los primeros elotes. Este mismo día se festeja a San Miguel Arcángel, que lucha contra el mal y protege la milpa.

El Día Nacional del Maíz surge desde un movimiento social, la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, con la intención de unir a todas las mexicanas y mexicanos, del campo y de las ciudades, para celebrar la diversidad de maíces nativos, la agrobiodiversidad y la diversidad biocultural que hay en nuestro país. Este día es impulsado por más de 300 comunidades campesinas e indígenas; por productores y productoras de maíz de pequeña y mediana escala, así como por organizaciones académicas, ambientalistas, de consumo, cooperativas y defensoras de derechos humanos.

Hoy, 29 de septiembre, celebramos al maíz y la milpa, pero también reconocemos que es urgente continuar trabajando para revalorar y defender la producción de semillas y alimentos por parte de las comunidades campesinas e indígenas; y para lograr mejores condiciones de vida para todas y todos. Es necesario frenar a los monopolios de empresas transnacionales que promueven el uso de agroquímicos tóxicos, como el glifosato, siembra de semillas transgénicas -afectando nuestra gran agrobiodiversidad y a nuestras variedades de maíz nativo-, producen alimentos dañinos para la salud, y deterioran el ambiente.

Los bienes comunes como el agua, los bosques, las selvas, el suelo, las semillas nativas -entre ellas la del maíz-, están en riesgo de ser privatizados, contaminados y agotados. Ante eso, es necesario garantizar nuestros derechos humanos a la alimentación sana y suficiente, a la salud, a la biodiversidad y a un ambiente sano.

Cada 29 de septiembre recordamos nuestra lucha celebrando a los maíces: el maíz cacahuacintle, el maíz palomero, el maíz colorado, el maíz olotón, el maíz pepitilla, las 59 razas de maíz nativo, las más de 60 razas que existen en nuestro país y miles de variedades que forman parte de nuestras culturas, de nuestras raíces, de nuestras cocinas, de nuestra cosmogonía, de nuestra diversidad biocultural y tradiciones.

Este año decimos:

NO a los maíces transgénicos.

NO al uso de glifosato y otros plaguicidas altamente peligrosos.

NO a una reforma de la Ley Federal de Variedades Vegetales que despoja a las comunidades campesinas e indígenas de sus semillas, herencia cultural milenaria.

NO a un modelo de producción agroindustrial de alimentos, y sus monocultivos.

NO a la invasión y al despojo de tierras campesinas.

NO a los alimentos ultraprocesados que dañan la salud de mexicanas y mexicanos.

En cambio, decimos

a la soberanía y autosuficiencia alimentaria,

al fomento y producción de maíces nativos y a la multiplicidad de milpas en manos de campesinas y campesinos,

a la agroecología y alternativas amigables con el medio ambiente,

a los derechos humanos indígenas y campesinos,

a la autonomía y autodeterminación de los pueblos originarios y comunidades indígenas,

a los alimentos sanos, nutritivos y culturalmente adecuados para todas las personas.

Celebremos la diversidad de nuestros maíces y la diversidad de las cocinas tradicionales mexicanas, celebremos a la milpa como una forma de producir alimentos, pero también como una forma de entretejernos y de hacer país. Celebremos a las diferentes culturas presentes en los estados de México, celebremos a las semillas, celebremos y defendamos a los maíces nativos, celebremos el Día Nacional del Maíz.

Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País