Nueva York, EEUU, jueves 25 de agosto del 2022. Las conversaciones sobre el Tratado de los Océanos de la ONU están al borde del fracaso debido a la codicia de los países que integran la High Ambition Coalition (Coalición de Alta Ambición), de la que forma parte México, y otros como Canadá y Estados Unidos. Estos países han priorizado el futuro e hipotético lucro de los Recursos Genéticos Marinos por sobre la protección de los océanos. Esto está socavando el progreso logrado en las Áreas Marinas Protegidas que se establecen en el borrador del texto del Tratado por lo que, por el momento, las negociaciones están destinadas a fracasar.
La Coalición de Alta Ambición corre el riesgo de fallar miserablemente con el compromiso de proteger los océanos y lograr un Tratado este 2022. No sólo no lograrán acordar un Tratado durante esta ronda de negociaciones, sino que el texto está reduciendo cada vez más su ambición. Nos enfrentamos a un Tratado que tendrá dificultades para cumplir el 30×30 y que resulta injusto y neocolonial al negarse a comprometer financiamiento en beneficio de todos los países.
“Los océanos sostienen toda la vida en la Tierra, pero la codicia de algunos países significa que esta ronda de negociaciones para un Tratado de los Océanos de la ONU está destinada al fracaso. La High Ambition Coalition ha fracasado por completo. Deberían ser la Coalición Sin Ambición. Se han obsesionado con ganancias futuras que son especulaciones, socavando todos los avances logrados durante las negociaciones. A menos que los ministros y presidentes tomen urgentemente el teléfono de sus homólogos y lleguen a un acuerdo, este proceso del Tratado fracasará.
Hace menos de dos meses estuve en Lisboa, en la Conferencia de los Océanos de la ONU, escuchando a estos líderes prometer que llegarían a un Tratado Global por los Océanos que sería sólido y ambicioso este mismo año. Ahora estamos en Nueva York y no vemos a esos líderes que vimos en Lisboa por ningún lado. Han roto con sus promesas
Sentimos enojo y tristeza. Millones de personas dependemos de los océanos sanos y los líderes mundiales nos han fallado a todos y todas. Ahora parece que proteger el 30% de los océanos del mundo será imposible. Los y las científicas dicen que eso es el porcentaje mínimo necesario para proteger los océanos y que fallar en estas negociaciones pone en jaque el sustento y la seguridad alimentaria de miles de millones de seres humanos. Estamos decepcionadísimos.”
Laura Meller, campañista de océanos de de Greenpeace, dijo desde Nueva York
La falta de compromiso político del más alto nivel en estas negociaciones las ha paralizado desde el inicio del evento, pero además, se ha dejado en claro en los últimos días que la Coalición de Alta Ambición y otros países, al negarse a apoyar cualquier tipo de compromiso financiero, sin importar cuán pequeño este sea, impedirá que se llegue al ansiado Tratado. Estos países incluyen a Canadá y Estados Unidos.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, advirtió el pasado junio en la Conferencia de la ONU sobre los Océanos en Lisboa que el “egoísmo” de algunos países estaba obstaculizando el progreso durante las negociaciones. En esa misma conferencia, los países se comprometieron al más alto nivel político a entregar un Tratado que fuese sólido y fuerte. No han cumplido con su promesa.
“México, como líder regional, debe elevar también su ambición y comprometerse a lograr un Tratado este año. Es importante garantizar un texto completo y vigoroso, pero esto debe ir a la par con la urgente necesidad de contar con un Tratado ya. La crisis oceánica actual nos exige tomar medidas ahora”,
indicó Ornela Garelli, Campañista de Océanos de Greenpeace México.
Si no se acuerda un Tratado en 2022, será prácticamente imposible cumplir 30×30 para proteger el 30 % de los océanos del mundo para 2030. Todavía quedan dos días de negociaciones. Con las conversaciones a punto de fracasar, los países ahora deben tomar medidas urgentes, mostrar flexibilidad y encontrar un compromiso para entregar un texto de Tratado mañana. Los ministros y presidentes también deben llamar a sus contrapartes a llegar a un acuerdo o, de lo contrario, las negociaciones fracasarán.
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