El mundo se está moviendo. Hay cambios políticos importantes que podrían significar un viraje total en la dirección que hemos tomado hasta ahora con respecto a temas vitales: medio ambiente, justicia social, salud, biodiversidad y la defensa de nuestros derechos humanos. 

La clave está en qué tipo de decisiones vamos a tomar en adelante la ciudadanía, tanto estadounidense como mexicana, así como nuestras autoridades, para hacer del planeta un lugar más habitable y más justo. 

La ciudadanía de Estados Unidos (EEUU) eligió este 2021 al demócrata Joe Biden como nuevo mandatario para su país. Este cambio representó la voluntad de miles de personas que deseaban dejar atrás las prácticas, convicciones y decisiones del empresario y político republicano Donald Trump, quien durante su mandato de 2017 a 2021 fue más de una vez en contra de la protección del planeta. 

¿Trump en contra del planeta? © Greenpeace
¿Trump en contra del planeta? © Greenpeace

Por ejemplo, Donald Trump decidió EEUU saliera del Acuerdo de París (un instrumento mundial contra el cambio climático) y, al mismo tiempo, cerró sus fronteras (y presionó económicamente a México para que también lo hiciera) a fin de evitar que personas migrantes de Centroamérica escaparan y consiguieran refugio internacional. Este año, Centroamérica fue terriblemente azotada por huracanes y tormentas causadas por el cambio climático; las familias que intentaron salir para buscar nuevas oportunidades de vida, fueron fuertemente reprimidas en las fronteras y luego deportadas. 

Una oportunidad de cambio

Donald Trump dejó la Casa Blanca el pasado 20 de enero, lo que abre una oportunidad para que el nuevo presidente, Joe Biden, que se ha comprometido a dar pasos contundentes contra la crisis climática; así como la vicepresidenta Kamala Harris, y las y los representantes en el Congreso, caminen en una dirección distinta.  

Proteger el clima es nuestro deber © Philip Reynaers / Greenpeace
Proteger el clima es nuestro deber © Philip Reynaers / Greenpeace

Lo que la ciudadanía estadounidense exige (como puede leerse en este blog de Greenpeace USA) a sus nuevos representantes es:

  1. Fortalecimiento de la democracia: esto es clave para aprobar reformas estructurales contra el cambio climático y la protección de las personas y el medio ambiente. El primer paso para el Senado estadounidense es aprobar la HR1, también conocida como la Ley para la gente. Este paquete de reformas busca exigir, entre otras cosas, el registro automático de votantes, que los candidatos presidenciales divulguen sus declaraciones de impuestos de los últimos diez años y crear un sistema para permitir que los contribuyentes financien campañas políticas. Esto evitaría la exclusión de ciertos grupos en la construcción de ciudadanía y de sus derechos políticos. 
  1. Rendición de cuentas y sanación: El Senado debe impugnar y expulsar al ex presidente Trump por su responsabilidad en el ataque del pasado 6 de enero en el Capitolio, que terminó con la vida de personas y fue desfavorable para la democracia. Por impulsar a la supremacía blanca a este tipo de actos, Donald Trump no estaría calificado para ocupar un nuevo cargo en el futuro.  
  1. Acciones ejecutivas desde el día 1: Con el poder de la presidencia, Joe Biden puede tomar medidas inmediatas para proteger nuestro planeta. En la campaña electoral prometió que “prohibiría nuevos permisos de petróleo y gas en tierras y aguas públicas”. Hoy es el día para que cumpla su promesa. Detener la nueva producción de carbón, petróleo y gas en tierras y aguas públicas, y apoyar a las personas trabajadoras y a las comunidades en la transición hacia un futuro renovable contribuirá en gran medida a abordar la crisis, además de proteger los derechos de las personas agricultoras, los pueblos indígenas y las comunidades históricamente más vulneradas.
  1. Una recuperación verde y justa: la pandemia continúa asolando comunidades de todo el país, por lo que necesitamos un alivio inmediato para mantener a las personas refugiadas, alimentadas y protegidas. Volver a la normalidad no es una opción. El pasado no solo fue injusto e inequitativo, fue inestable. Lo que sabíamos como “normal” era una crisis. Busquemos un nuevo camino que deje atrás los combustibles fósiles, el consumismo, la desprotección y la desigualdad, y abramos oportunidades para todas las personas, especies y recursos. 

¿Qué le toca a México?

Rescatemos el clima © Prometeo  Lucero
Rescatemos el clima © Prometeo Lucero

Con la posibilidad de una nueva política en EU, México también debe cambiar. Nuestro país debe dejar atrás prácticas y acuerdos internacionales que dañan el medio ambiente, así como a su población. 

Por ejemplo, debe dejar de aceptar importaciones de desechos plásticos que tengan como destino final la incineración y el coprocesamiento, así como implementar planes de Basura Cero como una herramienta eficaz en el manejo sustentable de los residuos. En concreto, México, debe aplicar el Convenio de Basilea para las importaciones de plásticos provenientes de todos los países del mundo, incluso de  EEUU y no aceptar importaciones  de desechos plásticos que tengan como destino final la incineración y el  coprocesamiento.

El Senado mexicano, por su parte, tiene que reformar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), que prohíba los plásticos de un solo uso y haga responsable a las marcas de los productos desechables, envases, empaques y embalajes que utilizan y contaminan nuestros océanos.

Como ciudadanía, tenemos el poder de forzar a políticos, empresarios, empresas petroleras, mineras, medios y quienes financian estas industrias contaminantes, a que reconozcan la crisis climática como es: una emergencia real que necesita acciones urgentes. ¡El momento de actuar es ahora!

¿Quieres actuar por el clima? Súmate aquí.

Emergencia climática

Necesitamos acción climática urgente y contundente, tenemos que dejar el petróleo bajo tierra y transitar hacia una economía limpia, sustentable y equitativa. El gobierno tiene que respetar los acuerdos que el país ha adoptado tanto nacional como internacionalmente y que están plasmados en las leyes mexicanas.

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