Hola, mi nombre es Brianda Cruz. Vivo en el municipio de Mixquiahuala, Hidalgo, a 10 km del lugar donde el pasado 16 de agosto ocurrió un derrame en un ducto de Pemex en la comunidad de Juandho, municipio de Tetepango.

Mi casa está cerca de donde pasa el canal Requena, en el cual se filtró el petróleo, el cauce del canal cruza por varios municipios del estado que fueron afectados a su paso, dejando un fuerte olor por todo el ambiente, uno de ellos fue el mío.  

El día del derrame, mi familia y yo regresábamos a casa, al pasar junto al canal alrededor de las 7:00 pm nos percatamos de que el nivel de agua estaba muy elevado y nos llamó la atención ver que los vecinos estaban en la orilla observando. Sin embargo, como llevábamos los vidrios arriba no nos dimos cuenta de inmediato del olor. Minutos más tarde, ya en casa, mis padres, quienes llegaron poco después, nos dijeron que lo que había en el canal era petróleo.

Tengo una bebé de 5 meses de nacida y me preocupó que la situación afectará su salud, estaba ante un hecho desconocido y el desconocimiento del tema genera angustia.

Una hora más tarde, el aroma a crudo se había extendido por toda la comunidad. Familiares, incluso de otras comunidades, empezaron a tener contacto con nosotros sobre la situación, contándonos que en sus casas también percibían el aroma, el cual era muy picante. En mi casa solo cerramos las puertas y ventanas para tratar de mantener el olor fuera.

Las redes sociales y medios locales informaban del derrame en el ducto; gobiernos municipales vecinos comenzaron a enviar comunicados sobre el tema e informaron a la población que no existían riesgos porque la fuga ya estaba controlada, solo recomendaron cubrir puertas y ventanas con toallas húmedas.

Pero en mi municipio, Mixquiahuala no hubo comunicado alguno, fue hacia la media noche que el Delegado de mi comunidad voceó por las calles informando que cualquier situación deberíamos comunicarnos a los números de emergencia.

Al día siguiente por la mañana volví a pasar por el canal, las compuertas se habían cerrado desde la noche del derrame, así que sólo se veía el petróleo, pero el olor ya solo se percibía cerca del canal; fue hasta la tarde de ese día que observamos elementos de Protección Civil.

La región es agrícola y son cientos de personas las que dependen del canal Requena para el riego de sus tierras, el cierre de compuertas previno que las cosechas fueran dañadas, sin embargo ha pasado una semana y los riegos siguen pospuestos.  

Han sido muchas las personas afectadas y un grave daño a la naturaleza. Apenas en los últimos días se ha observado a personal de PEMEX realizando labores de limpieza, pero están dejando el material que ocupan (plástico) en las orillas del mismo canal.

Desde mi perspectiva las autoridades no están capacitadas para actuar ante está situación, mencionaron que evacuaron a familias pero, al menos en mi comunidad, no hubo evacuación alguna. Los daños son incontables, y es una realidad que no estamos exentos de que vuelva a ocurrir, sin embargo, es algo que no debería de repetirse.

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