Este martes se presentó el Plan de Movilidad 4S para México: Saludable, Segura, Sustentable y Solidaria, una respuesta responsable para afrontar los retos de movilidad y bienestar en las ciudades, que afrontaremos ante la “nueva normalidad” producto de la pandemia de Covid-19.

Se trata de una iniciativa impulsada por las secretarías de Salud (SSA), Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), de Comunicaciones y Transportes (SCT), de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la representación en México de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como diversas organizaciones de la sociedad civil de todo el país,  incluída Greenpeace México. 

Este plan deberá ser implementado por los gobiernos estatales y municipales, porque son ellos los que tienen la competencia legal para hacerlo. 

Damos la bienvenida a este plan y exhortamos a los gobiernos locales a que acepten, retomen e implementen el mismo, ya que las ciudades tienen un papel fundamental para lograr avances en la lucha contra el cambio climático, especialmente las zonas metropolitanas, las cuales se han convertido en núcleos urbanos que requieren transformaciones urgentes en aspectos como el transporte público y la movilidad activa.

El plan de movilidad 4-S busca incentivar alternativas de movilidad como la peatonal y ciclista, esto para lograr beneficios a la salud pública, repercutir positivamente en los sistemas de salud, cuidar el medio ambiente y promover el desarrollo económico a través del bienestar comunitario y la mejor calidad de vida para todos.

Las recomendaciones contenidas en el documento no cuentan en este momento con financiamiento específico, pero la gran mayoría de ellas pueden implementarse con los presupuestos aprobados para infraestructura y proyectos viales, de movilidad, transporte y espacio público, salud, inclusión social y equidad, tanto en municipios como estados.

¿Qué contempla el plan de Movilidad 4-S?

El documento contempla estrategias como garantizar vehículos limpios y sana distancia entre los pasajeros del transporte público; ampliar infraestructura peatonal y áreas públicas; implementar ciclovías emergentes y promover el uso de la bicicleta; impulsar sistemas de trabajo remoto tanto en el sector privado como el público; escalonar horarios laborales; controlar el uso del auto y la motocicleta, aumentar la frecuencia y oferta del transporte público, haciéndolo más incluyente y accesible y  mejorar la logística de distribución de mercancías de último kilómetro, entre otras muchas medidas.

El Plan está dividido en cuatro ejes con metas medibles bajo el sustento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París, la resolución sobre Prevención y reducción de la contaminación atmosférica para mejorar la calidad del aire a nivel mundial y la Declaración de Estocolmo en materia de accidentes viales.

¿Cuál es el impacto de la mala calidad del aire en nuestras ciudades?

Por lo que hace a la Salud, siete de cada 10 mexicanos padecen obesidad y sobrepeso, ambos factores de riesgo que incrementan la mortalidad por COVID-19 entre la población menor a 60 años; se estima que entre el 2 y el 3 % del gasto nacional en salud es atribuible a la inactividad física. En tanto, la contaminación del aire provoca más de 48 mil muertes prematuras al año, y ésta constituye el noveno factor de enfermedades y muertes a nivel nacional.

De ahí que entre las metas de este rubro destaquen reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, reducir muertes por enfermedades causadas por la contaminación del aire y proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros.

En Seguridad se destaca que durante la emergencia sanitaria se duplicó la proporción de los pacientes con traumatismo grave relacionados con siniestros viales hospitalizados en el IMSS, cifra que pasó de 6.8% a 11.2% de ingresos por esta causa, lo cual se relaciona con las altas velocidades derivadas de las restricciones de movilidad por las medidas de confinamiento.

Con la prevención adecuada, esos recursos de atención hospitalaria podrían destinarse a la atención de pacientes graves por COVID-19. Ante ello, el plan busca la meta de reducir el número de muertes y lesiones causadas por siniestros viales.

¿Cómo este plan de movilidad previene los efectos de la crisis climática?

Por lo que toca a la Sustentabilidad se hace énfasis en la emergencia climática causada principalmente por la quema de hidrocarburos para el transporte y la generación de energía; el sector transporte aporta el 25% de las emisiones nacionales de Gases de Efecto Invernadero. Se busca la meta de reducir el 22% de las emisiones de estos gases al año 2030, con respecto a la línea base del compromiso derivado del Acuerdo de París.

Respecto a la Solidaridad y bienestar, se aborda el tema de la crisis económica producto del confinamiento durante la pandemia. Se pronostica hasta 8.8% de reducción en el PIB y una pérdida de 1.4 millones empleos formales en 2020.

De ahí que se necesite una recuperación económica, pero de manera inclusiva a través de medidas como el consumo local, pues el 60% de la población mexicana vive en algún tipo de condición de pobreza y 30% subsiste de la economía informal. Por tanto, se colocan metas como proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles de calidad, permanente y sustentables para todos, mediante la ampliación de transporte público.

En Greenpeace celebramos la publicación de este Plan, como una herramienta para obtener una nueva movilidad, más sana, solidaria, sustentable y segura que nos permita ofrecer una respuesta eficiente y de largo plazo a la presencia del COVID-19 y sus consecuencias a mediano y largo plazo.

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