El cambio climático no surgió de forma espontánea sino que es resultado de un proceso histórico y de una serie de actuaciones y decisiones (de gobiernos, corporaciones y la sociedad en general) con efectos en el planeta. Al comprender las causas de este fenómeno podremos también reflexionar sobre las acciones urgentes que necesitamos tomar para detenerlo.  

El cambio climático está relacionado con factores naturales (como las erupciones volcánicas, la respiración de los seres vivos, la descomposición de la materia orgánica, los incendios forestales, entre otras) y por la actividad humana. Éstas últimas son particularmente importantes, ya que están insertas en nuestra vida cotidiana. 

En México, la combustión de carbón, petróleo y gas; la deforestación; la ganadería; los fertilizantes con nitrógeno; y los gases fluorados (empleados en refrigerantes, extintores de incendios, disolventes y para la fabricación de espuma) son algunas de las principales fuentes generadoras de bióxido de carbono y de otros Gases de Efecto Invernadero, los cuales, en términos prácticos, atrapan el calor del sol y aumentan la temperatura de la atmósfera, produciendo el calentamiento global. 

De acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (INEGyCEI) actualizado a 2021, del total de las emisiones que genera nuestro país, 62% corresponden al consumo de combustibles fósiles; 16% se originan por los sistemas de producción pecuaria; 10% provienen de los procesos industriales; 9% se emiten por el manejo de residuos; y 3% por otras fuentes. En estas categorías se engloban las emisiones de los 7 principales sectores productivos del país: transporte, generación de energía eléctrica, industria, agricultura y ganadería, petróleo y gas, residuos y residencial y comercial.

La industria energética es  la principal fuente de gases de efecto invernadero porque la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural libera grandes cantidades de C02 a la atmósfera. La extracción, transporte (por pipas, barcos y camiones) y quema de estos combustibles —sin considerar las fugas y derrames que son devastadores para el medioambiente– también libera metano, otro gas de efecto invernadero importante. 

Entre todas las actividades productivas del país, la generación de electricidad ocupa el primer lugar en emisiones de gases de efecto invernadero en México, con el 32%. De ellas, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) –una empresa del Estado– generó 29% del total de emisiones de CO2 del sector eléctrico y 17% del total de emisiones del país debido al aumento en el uso de combustóleo, un residuo de refinación altamente contaminante, de acuerdo con un estudio de la organización México Evalúa. 

Muchos aparatos y actividades de nuestra vida diaria han requerido de los combustibles fósiles para su funcionamiento, especialmente en el transporte, pero ¿realmente aún necesitamos de esta industria para vivir? Los gobiernos, las corporaciones y la sociedad en general pueden optar por fuentes de energía renovables o menos contaminantes y, con ello, erradicar esta industria nociva y quitar una presión importante para el planeta. 

Fotografía de la Planta Termoeléctrica de Tula
Planta Termoeléctrica de Tula

La deforestación (pérdida de bosques y selvas producto de la actividad humana) y el cambio de uso de suelo –especialmente vinculado con actividades agroindustriales, ganaderos, de transporte e inmobiliarios– es una de las principales causantes del cambio climático, ya que los árboles contribuyen a capturar GEI como dióxido de carbono; sin ellos, el planeta pierde su capacidad para absorber y desconcentrar los gases que lo calientan. 

Al talar los árboles también se libera el carbono que estaba acumulado, lo que significa la emisión de más gases. Además, lo que los deforestadores hacen con los árboles talados, al dejarlos pudrir en el suelo del bosque o quemarlos también genera más emisiones. En total, la deforestación por sí sola causa alrededor del 10 por ciento de las emisiones mundiales, de acuerdo con datos de la organización Rainforest Alliance. 

México ocupa uno de los primeros lugares en tasas de deforestación en el mundo. La Península de Yucatán y los estados de Chiapas, Michoacán y Jalisco tienen las zonas críticas o hotspots más importantes en materia de deforestación, la cual conlleva una drástica disminución en el suministro de agua a escala local y nacional y rompe el equilibrio climático a nivel regional e incluso planetario, lo cual incrementa la amenaza que representa el cambio climático global.

Proteger y cuidar los bosques y las selvas de la mano devastadora de las diferentes industrias representa una acción significativa para la salud del planeta.

Deforestación

La producción de carne en el mundo también contribuye al calentamiento global. Tan sólo la ganadería representa 12% de las emisiones de GEI provocadas por actividades humanas. Desde la producción del pienso para alimentar al ganado hasta la llegada de los alimentos a las tiendas se generaron 6,2 gigatoneladas de CO2 equivalente. La carne es la principal fuente de emisiones (67%), por delante de la leche (30%) y los huevos (3%). Las emisiones directamente vinculadas a la ganadería, desde los eructos de los animales hasta la fermentación del estiércol, representan un 60% del total, de acuerdo con cálculos de la Organización de las Naciones Unidas FAO. 

Además, el desperdicio de alimentos también contribuye al calentamiento global, ya que emite aproximadamente 8% de todas las emisiones de GEI ocasionadas por la actividad humana. Solo en Estados Unidos, la producción de alimentos perdidos o desperdiciados genera el equivalente en GEI a 43 millones de automóviles, de acuerdo con datos de la organización WWF. Para reducir las emisiones del sector, podemos reducir al máximo nuestro consumo de carne y optar por dietas más variadas. La industria, por su parte, puede reducir su producción y descubrir técnicas más eficientes y menos contaminantes.

Fotografía aérea de granjas porcícolas en medio de la selva.
Vista aérea de granjas porcícolas en medio de la selva maya en Yucatán.

En 2021 el sector industrial tuvo una emisión de 117.2 MtCO2e (emisiones de carbono), lo que corresponde al 16% de las emisiones totales nacionales. Dentro de este sector, la categoría con mayor contribución (60.2%) fue el sector relacionado con los procesos industriales (serie de operaciones para transformar materias primas en productos y servicios) con una emisión de 70.6 MtCO2e, seguido de las emisiones asociadas al consumo energético en las industrias, Industrias manufactura y de la construcción con 43.8 MtCO2e, la minería carbonífera y manejo del carbón con 1.8 MtCO2e y finalmente la fabricación de combustibles sólidos con una emisión de 1 MtCO2e, de acuerdo con el INEGyCEI.

Los GEI se producen en más de una acción vinculada con nuestra vida diaria, desde la obtención de lo que comemos, la forma en la que nos trasladamos, la producción de lo que vestimos hasta lo que sucede con nuestros desechos está involucrado en este proceso. Los vertederos y del cultivo de arroz; la digestión y estiércol del ganado; el transporte de combustibles fósiles; el uso de fertilizantes; el uso de refrigerantes o solventes o las latas de aerosol emiten diferentes GEI que están poniendo en crisis el planeta.

Si quieres ser parte del movimiento que busca frenar el cambio climático, te invitamos a firmar nuestra petición o a contribuir con algún monto para que podamos hacer más acciones por el planeta. 

Fotografía de incendio en un bosque
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