La Selva Maya es el pulmón verde de México. Hoy su existencia enfrenta una amenaza cancerígena. Desde 2018, las promesas vacías del gobierno han dejado atrás más de 10 millones de árboles talados y casi 7000 hectáreas de selva perdidas. El Tren Maya avanza a marcha forzada, sin consideración, sin las debidas evaluaciones ambientales, amenazando a las comunidades indígenas y a la biodiversidad única de la región.
Los pájaros y jaguares se han visto silenciados por el rugir de las motosierras incesantes. La construcción sin escrúpulos amenaza contaminar el agua de millones de personas, pues en esta parte del país está la reserva subterránea más grande de agua. Por su parte, la Reserva de la Biósfera de Calakmul, una extensión arbórea de belleza sublime, ahora está amenazada por la proliferación de proyectos inmobiliarios irresponsables que podrían alcanzar niveles insostenibles.
La destrucción de la Selva Maya se puede detener, pero te necesitamos para conseguirlo.
Cientos de familias indígenas que durante siglos han sido respetuosas y protectoras de su entorno, han sido desplazadas a causa de esta obra. Sin embargo, no todo está perdido. Hay una resistencia que inspira. A pesar de la adversidad, muchas comunidades se mantienen firmes y han estado exigiendo un alto a la destrucción, demostrándonos que hay alternativas más justas y amigables con el ambiente. La Selva Maya no está sola; necesita de nuestra solidaridad y acción. Aún hay esperanza, y la esperanza es verde.
Fotos capturadas en la Reserva de la Biósfera de Calakmul.
Hoy, te instamos a unirte a la lucha. Tu donación protegerá el pulmón verde de México. Comparte esta llamada de emergencia para dar voz a la Selva Maya. Cada acción cuenta en la batalla por preservar este tesoro natural del que también depende nuestra propia existencia.
Juntos, salvemos la Selva Maya y aseguremos que su verdor siga respirando vida para las futuras generaciones.
La conservación de la selva maya es una responsabilidad de todas y todos.