Ballena jorobada bajo el agua en el Océano Índico, Australia Occidental.
© Alex Westover/Greenpeace

Ha tomado décadas, pero finalmente tenemos un Tratado Global del Océano, que puede dar a los océanos la protección que necesitan desesperadamente.

Este tratado es la herramienta que podrá crear extensas áreas protegidas que cubrirán por lo menos el 30% de los océanos para el 2030 – el objetivo 30×30 fue acordado por los gobiernos en diciembre del 2022 en la Convención de Diversidad Biológica (CBD) COP15.

Los gobiernos se reunirán otra vez esta semana en las Naciones Unidas, para adoptar formalmente el Tratado después de que el texto fuera acordado en Marzo. El Mundo estará observando.

Desde entonces, el texto ha sido traducido a todos los idiomas oficiales de las Naciones Unidas y se ha sometido a un proceso de depuración legal para preparar este momento de adopción.

Los activistas de Greenpeace USA proyectan un mensaje que dice "Proteja los océanos" en la sede de las Naciones Unidas, para enviar un mensaje claro a los delegados en las Naciones Unidas en Nueva York durante la segunda semana de la reanudación de las negociaciones de la IGC5.
© Greenpeace
Los activistas de Greenpeace USA proyectan un mensaje que dice “Protege los océanos” en la sede de las Naciones Unidas, para enviar un mensaje claro a los delegados en las Naciones Unidas en Nueva York durante la segunda semana de la reanudación de las negociaciones de la IGC5.
© Greenpeace

Con el texto aprobado y su adopción oficial acercándose, queremos compartir la historia del Tratado Global de los Océanos, el cómo llegamos hasta aquí y el rol que Greenpeace ha jugado en esta victoria histórica de la naturaleza.

El rol de Greenpeace

Greenpeace ha jugado un rol importante en el proceso del tratado desde el inicio.

En el 2005, publicamos nuestra primera pieza pública, llamando a un nuevo tratado en la Convención de la Ley del Mar de las Naciones Unidas, la cuál protegería la biodiversidad y proveería herramientas para crear áreas marítimas protegidas en alta mar.

Esto era vital ya que los mares en alta mar, aguas más allá de la jurisdicción de los países, eran y aún siguen siendo una área de actividad destructiva. 

Activistas liberan a una tortuga golfina en peligro de extinción de un anzuelo del controvertido palangrero taiwanés Ho Tsai Fa 18 mientras otro activista sostiene una pancarta que dice “Reservas marinas ahora”.
© Greenpeace / Paul Hilton

Nosotros, así como nuestros aliados, fuimos de los primeros en aclamar por la protección de al menos el 30% de los océanos para el 2030. Este objetivo, el 30×30, finalmente se acordó por todos los gobiernos en Diciembre del año 2022 durante la Convención de las Naciones Unidas en Diversidad Biológica. El 30% es el mínimo que los científicos afirman es necesario para asegurar la recuperación y desarrollo de los océanos. 

Sin las millones de personas de cada continente que se han unido a la lucha de la protección de los océanos, el fuerte Tratado y el objetivo 30×30 no hubieran sido posibles. 

El poder de la gente ganó.

Los voluntarios de Greenpeace realizan una ‘ola oceánica’ mientras están pintados de azul durante un evento previo al Día Mundial de los Océanos, en la Ciudadela de Byblos en Byblos, Líbano.
© Mazen Jannoun / Greenpeace

Línea del tiempo del Tratado de los Océanos: un tratado desarrollado durante años

El Tratado Global de los Océanos es el primer tratado legalmente relacionado con el proceso de los océanos en 20 años, y es el primero en enfocarse específicamente en la protección de vida marina en alta mar.

El proceso comenzó a principios de los 2000. En el 2004, un grupo de trabajo interesado fue establecido para estudiar los huecos gubernamentales globales marítimos. En el 2008, los primeros debates ocurrieron en un nuevo Acuerdo Implementado, y en el 2011, los “elementos clave” del Tratado fueron acordados.

Activistas de Greenpeace hacen volar una cometa gigante frente a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York mientras los países se reúnen para iniciar negociaciones, por primera vez en la historia, hacia un tratado que abarque todos los océanos fuera de las fronteras nacionales. La cometa grande y colorida, que representa la icónica vida marina, fue volada desde botes en el East River.
© Stephanie Keith

En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó el desarrollo de un nuevo Acuerdo Implementado, y el primer Comité Preparativo (Com Prep) fue establecido lo que elaboraría elementos clave para el Tratado.

Una serie de 4 ComPreps se dieron entre el 2016 y 2017, marcando el camino para una serie de negociaciones en el texto del Tratado- los IGCs- Conferencias Intergubernamentales.

La primera Conferencia Intergubernamental se llevo a cabo en Nueva York durante el 2018. Cino años después y cinco (bueno en realidad fueron seis) negociaciones después, finamente obtuvimos el texto del Tratado.

El actor español y ganador del Oscar Javier Bardem está rodeado de vallas publicitarias oceánicas en Times Square de Nueva York. Bardem está en Nueva York para dirigirse a los gobiernos del mundo en la sede de las Naciones Unidas para discutir el futuro de nuestros mares en una negociación histórica hacia un Tratado Global de los Océanos, que lleva más de una década en proceso.
© Jason Miczek / Greenpeace

Este arduo proceso ha estado lleno de altas y bajas, pero es la prueba de que se ha apegado a la campaña, incluso cuando las cosas eran difíciles y el progreso era lento. 

¿Por qué el Tratado de los Océanos es importante?

Los océanos necesitan nuestra ayuda. Ellos están en una crisis causada por siglos de explotación y extracción humana. Se pueden recuperar, pero solo si les damos espacio para recuperarse. Es por eso que necesitamos santuarios para los océanos.

Los océanos son fundamentales para toda la vida de este planeta. Ellos regulan nuestro clima y nos proveen de comida así como sustento a billones de personas, con peces que viajan entre altamar y aguas costeras. Son el hogar para algunos de los hábitats más mágicos de la Tierra, y criaturas marinas desde ballenas gigantescas hasta pulpos Dumbo y diminutos camarones quienes activan la bomba de carbono marino.

Un cachalote se sumerge en el borde del banco Saya de Malha en el Océano Índico. El banco Saya de Malha es parte de la meseta de Mascarene y está ubicado entre Mauricio y Seychelles en el Océano Índico.
© Tommy Trenchard / Greenpeace

Todo lo anterior está en peligro por la destrucción humana, pero si nosotros podemos crear santuarios marinos que abarquen el 30% de los océanos se les dará espacio para que la vida marina se recupere y asegurar hábitats delicados como coloridos arrecifes que gozan de vida o dorados bosques submarinos están protegidos de los efectos más destructivos de la pesca industrial.

Algas marinas y corales en el banco Saya de Malha. El banco Saya de Malha es parte de la meseta de Mascarene y está ubicado entre Mauricio y Seychelles en el Océano Índico.
© Tommy Trenchard / Greenpeace

El acuerdo de este Tratado es un poderoso símbolo de que la protección de la naturaleza puede triunfar todavía sobre los geopolíticos. Vivimos en un mundo dividido, pero los países han puesto de lado sus diferencias y concordaron en un fuerte texto de Tratado que prioriza la protección de los océanos sobre su explotación.

Pero este tratado solo es el primer paso, ha sido un viaje largo para llegar aquí pero no nos podemos detener ahora. Ahora el Tratado tiene que tomar vida en los océanos.

Ciento treinta voluntarios de Greenpeace MENA están involucrados en la creación de una pancarta humana en Tánger, Marruecos, para enviar un mensaje al mundo para proteger nuestros océanos. Una pancarta dice (en árabe) “¡Santuarios oceánicos ahora!” y los voluntarios rodean una instalación de arte de una ballena hecha con 800 botellas de plástico usadas, creada por el artista Mokhtar Ghailan.
© Radouan Akalay / Greenpeace

Sin embargo, no podemos usar el tratado para crear santuarios marinos a menos que los mismos gobiernos acuerden firmar el texto para convertirlo en ley nacional- a esto se le llama ratificación.

Para que el Tratado entre en vigor al menos 60 gobiernos necesitan ratificarlo, y deben hacerlo en un tiempo récord para cumplir con el objetivo 30×30. Esto significa buscar que el Tratado sea ratificado por la Conferencia Oceánica de las Naciones Unidas en el 2025, dejando 5 años para usar el Tratado para proteger el 30% de los océanos.

No tenemos tiempo que perder. Una vez que el tratado sea aceptado, los gobiernos que han hecho tanto por lograr este momento histórico deben volver a sus naciones y urgentemente transmitir la legislativa necesaria que les permitirá ratificar el Tratado.

Los oradores de primera línea desde la izquierda son: Ngozi Oguguah (Nigeria), Judith Castro (México) Khaireeyah Ramanyah (Tailandia), Shaama Sandooyea (Mauricio).

Una vez que sea ratificado por los 60 países, empieza la difícil tarea de crear santuarios marinos. Hemos llegado lejos, y aunque aún tengamos un largo camino por recorrer, unidos, podemos triunfar. 

El mundo observará esta semana como los gobiernos se unen para aprobar el Tratado. Es entonces cuando la carrera para ratificar comienza…

Los activistas de Greenpeace México proyectan escenas de belleza y fragilidad en el icónico Monumento a la Revolución
© Gustavo Graf / Greenpeace

James Hanson es el Jefe de Comunicaciones y Compromiso con la campaña Proteger los Océanos con Greenpeace Reino Unido.

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