El pasado 2 de marzo, en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5.2), celebrada en Nairobi, Kenia, los más de 150 países participantes acordaron iniciar negociaciones para establecer un Tratado Global de Plásticos, con el objetivo de combatir el problema ambiental que estos ocasionan. 

Se espera que las negociaciones por este Tratado inicien hacia la segunda mitad del año con la conformación de un Comité Intergubernamental de Negociación y que se extiendan por al menos dos años antes de ver finalizado el Tratado en 2024. Podría parecer que aún falta mucho tiempo para ello, pero lo cierto es que esta decisión es histórica en sí misma y un gran logro para los movimientos a favor de la protección ambiental. Aquí te platicamos por qué.

  • La resolución aprobada, llamada “End Plastic Pollution. Towards an International Legally Binding Treaty”, es histórica porque refleja el acuerdo de la comunidad internacional en torno a la urgente necesidad de combatir la contaminación por plásticos a través de un instrumento jurídico internacional que ponga en el mismo camino y nivel de ambición a los gobiernos en todo el mundo. 
Plásticos en la playa. Ave rodeada de botellas.
© Greenpeace
  • La resolución llama a los países a negociar un Tratado legalmente vinculante. Esto es muy importante porque los países que suscriban el Tratado estarán obligados a cumplir sus disposiciones, empujándolos hacia una mayor ambición si sus disposiciones nacionales no son lo suficientemente fuertes para en efecto combatir la contaminación por plásticos, como de hecho es el caso de México. Así también, esta obligatoriedad nos aleja de los acuerdos voluntarios que tanto han empujado las grandes empresas contaminantes para evitar verse sujetas a regulaciones y leyes que realmente las obliguen a hacer cambios sustanciales en sus modelos de negocio. Qué disposiciones específicas del Tratado quedan como obligatorias y cuáles como voluntarias está por verse, ya que todos los Tratados tienen disposiciones en ambos sentidos, pero esto será parte del trabajo que se abordará en las negociaciones de los próximos años.

  • El mandato del Comité incluye negociar un Tratado cuyos alcances cubran todo el ciclo de vida de los plásticos, desde la extracción de los combustibles fósiles para la producción del plástico y su diseño como artículos desechables, hasta la generación de residuos. Esto es un logro muy importante, ya que busca abordar el problema de la contaminación desde su raíz, es decir, desde la producción misma de productos diseñados para convertirse en residuos. Varios países, como Japón, y empresas como las asociadas al Consejo Americano de Química (ACC) buscaban que el Tratado se enfocara solamente en la basura marina, lo cual es problemático porque solo mira a una parte del problema, la gestión de residuos, y permite a las empresas seguir su business as usual: extraer combustibles fósiles, producir plásticos y comercializarlos bajo la excusa del reciclaje y de otras medidas post-consumo para “evitar” la llegada de los residuos generados a los océanos. Por el contrario, una visión de ciclo de vida de los plásticos permitirá al Tratado poner límites en la producción misma de los plásticos, la cual supera las 400 millones de toneladas anuales, así como en la generación de residuos, la cual superó las 353 millones de toneladas en 2019, de acuerdo a la OCDE. Lo anterior bajo el entendimiento de que el mejor residuo es el que no se genera y la comprensión de que el plástico contamina mucho antes de convertirse en residuo.
© Greeenpeace/Alex Sánchez

Por todo esto es que celebramos la decisión de iniciar las negociaciones por este Tratado y esperamos que este proceso resulte en un Tratado fuerte y ambicioso que pueda guiar a los gobiernos del mundo en la adopción e implementación de las medidas necesarias para finalmente poner un freno a la contaminación de los ecosistemas y las potenciales afectaciones a la salud que ocasionan los plásticos de un solo uso.