En las últimas semanas hemos oído mucho sobre las “cero emisiones netas” de carbono, como antesala de la conferencia de cambio climático que se celebra en Glasgow, Escocia. China, Arabia Saudita e India ya anunciaron fechas para alcanzar esta meta, aunque aún no está claro cómo lo harán. Pero más allá de cuestiones técnicas, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de cero emisiones netas de carbono?

Quema ahora, paga después

Las naciones del mundo se comprometieron a alcanzar de manera global las cero emisiones netas de carbono para el 2050. Esto, como parte del Acuerdo climático de París adoptado en 2015. La ciencia del clima nos dice que llegar a esa meta de cero emisiones netas es poco más que un deber para evitar una catástrofe climática. Y es una meta que todos los países deben apoyar. 

No obstante, el término cero neto ha sido sobreutilizado y desnaturalizado tanto por gobiernos como por corporaciones, que lo esgrimen como una cortina de humo para seguir quemando combustibles fósiles a través de lo que se denominan “compensaciones por créditos de carbono”. Estas compensaciones a través de créditos de carbono se otorgan cuando una industria contaminante intercambia o “compensa” sus emisiones ya realizadas de gases de efecto invernadero por “créditos” de carbono que hayan sido capturados o fijados a la tierra por otra entidad (país o corporación). Es un engaño de contabilidad climática utilizado por corporaciones como las petroleras Shell, Total y Exxon para seguir quemando combustibles fósiles, al tiempo que adquieren “créditos verdes” por apoyar la siembra masiva de árboles o proyectos de conservación que, en teoría, compensan sus emisiones contaminantes. En pocas palabras, pagan para seguir contaminando, a la vez que conciben a la naturaleza como una mercancía con la que se puede hacer transacciones.   

Shell Oil Spill in the Gulf of Mexico. © Derick Hingle
Derrame de petróleo de Shell en el Golfo de México. © Derick Hingle

Las compensaciones distorsionan el uso de la tierra y de los modos de vida comunitarios

El mercado de carbono y el sistema de compensaciones de emisiones no es solo una estafa, también es injusta. Esto porque los que contaminan en los países ricos pueden seguir contaminando a cambio de transferir la responsabilidad de su contaminación a países o comunidades más vulnerables al cambio climático. Además, ese tipo de proyectos de compensaciones distorsionan las economías locales, apoderándose de las tierras de pueblos y comunidades indígenas o rurales que las utilizan para su sustento. Esto ha provocado la destrucción de ecosistemas naturales, la pérdida de hábitats de especies amenazadas y abusos de los derechos humanos.

Causas de la deforestación en el mundo
© Greenpeace

Los gobiernos han estado discutiendo sobre las reglas de compensación durante décadas y todavía no pueden ponerse de acuerdo sobre cómo deberían funcionar. Esperan resolver esto con el Artículo 6 en la COP26 en Glasgow. 

Para Greenpeace el asunto es muy claro:  las compensaciones no funcionan y se nos acaba el tiempo. La solución de la cual echar mano es dejar de quemar combustibles fósiles de inmediato.

¡Súmate para que esto sea una realidad! Firma:

¡No más combustibles fósiles!

Que no se prioricen combustibles fósiles altamente contaminantes como el combustóleo, el carbón y el gas natural para producir la energía que necesitamos, sobre fuentes renovables que son más baratas y ayudan a combatir el cambio climático.

Participa