Cabo Pulmo, un Parque Nacional ubicado en Baja California Sur y que alberga el arrecife de coral más grande del Golfo de California, es un destino turístico cuya amplia biodiversidad se puso en riesgo por la sobrepesca y el turismo depredador; sin embargo, el poder de su población organizada consiguió revertir el daño y protegerlo. A propósito del Día Mundial del Turismo, que se conmemora cada 27 de septiembre, te contamos esta historia: 

¡Firma la petición y protege los océanos del mundo!

El arrecife de Cabo Pulmo alberga una biodiversidad compuesta por una variedad de peces, crustáceos, moluscos, aves y mamíferos marinos, muchos de los cuales se encuentran bajo alguna categoría de riesgo. Hasta hace más de 25 años esta área de gran belleza natural estaba amenazada por la sobrepesca y el turismo irresponsable. 

No obstante, las comunidades locales se organizaron y en 1995 consiguieron que Cabo Pulmo fuera declarado Área Natural Protegida, bajo la categoría de Parque Marino Nacional. Desde entonces, las poblaciones de peces se han incrementado en más de 400% y han vuelto al lugar diversas especies migratorias, como tiburones ballena, mantarrayas gigantes, ballenas jorobadas, tortugas marinas y tiburones. 

La recuperación de este increíble arrecife es una historia de éxito por las protecciones legales que se aprobaron pero también por la colaboración de las comunidades vecinas, quienes incluso transformaron su modo de vida basado en la pesca para apoyar la protección ambiental del ecosistema único de Cabo Pulmo. 

Ahora, las personas de esta zona que buscan mejorar la economía local promueven actividades ecoturísticas como buceo para pequeños grupos de visitantes o avistamiento de ballenas, tiburones y tortugas.

La amenaza es latente

Durante los 25 años que Cabo Pulmo lleva como parque nacional, la belleza y riqueza de esta área ha atraído el interés de grandes compañías, como la española Hansa Urbana, que desde 2008 trató de desarrollar un nuevo complejo turístico llamado “Cabo Cortés” en una zona limítrofe con Cabo Pulmo. Este proyecto era una amenaza para el arrecife y su vida marina debido a los impactos ambientales que traería consigo: vertimiento de aguas residuales y de aceites de las embarcaciones, destrucción de dunas, alta demanda de agua potable, entre otras.

Las comunidades locales trabajaron junto a organizaciones como Greenpeace para presionar a los gobiernos estatal y federal con la demanda de cancelar Cabo Cortés. Más de 220 mil ciudadanas y ciudadanos firmaron una petición lanzada por Greenpeace para detener este proyecto destructivo. 


© Prometeo Lucero / Greenpeace

En 2012, el gobierno del presidente Felipe Calderón escuchó estas demandas y canceló los planes. Ésta fue una gran victoria que refleja la importancia de defender los santuarios oceánicos porque son vitales para proteger nuestros mares y la rica biodiversidad que los habita. Una vez más, vimos lo que el poder de la gente puede lograr cuando nos mantenemos juntos contra los intereses de las grandes empresas.

Firma nuestra petición por un Tratado Global de los Océanos que haga esto posible.

Los santuarios oceánicos como Cabo Pulmo son particularmente exitosos para proteger la biodiversidad, mejorar las poblaciones de peces y beneficiar a las comunidades y a la economía local. Necesitamos proteger al menos el 30% de nuestros océanos de actividades humanas dañinas, como la pesca industrial, la explotación petrolera y la minería en aguas profundas, con una red de santuarios marinos. Esto será un gran paso para la recuperación de los ecosistemas oceánicos, y para el bienestar y el equilibrio de todo nuestro planeta.

*Con información retomada del blog Cabo Pulmo, una historia de éxito para la gente y la vida marina

Súmate para que un Tratado Global de los Océanos sea posible. Firma: