La Navidad, a lo largo de los años, ha representado la unión familiar y la esperanza de relaciones cálidas y armoniosas, el amor al prójimo y un generoso deseo de buenaventura. Las posadas, cenas familiares y reuniones con amigos e intercambios navideños no son la única cara de esta festividad, pues viene acompañada de consumismo desenfrenado, tráfico pesado, basura e incluso soledad.

En dicha festividad, la exageración llega a las familias teniendo grandes encuentros en torno a una mesa, la cual suele tener cantidades exageradas de comida que exceden por mucho al número de comensales; así como la tala ya conocida de pinos y el gasto excesivo en adornos, luces y regalos.

Urban Revolution Viaduct Protest in Mexico. © Argelia Zacatzi
Tráfico en hora pico en Ciudad de México © Argelia Zacatzi

Tráfico.

Decenas y decenas de horas desperdiciadas en el tráfico de diciembre; filas larguísimas para poder estacionarse, accidentes de tránsito y mala calidad del aire. Diciembre es un mes de fiestas, familia y celebración, pero también es una época repleta de autos en las calles.

Un dato conocido es que la CDMX es una de las peores ciudades para circular en coche: cada chilango pasa en el tráfico una hora más que cualquier otra persona en el mundo. Según estadísticas de TomTom —creadores del índice para medir la congestión vehicular—, el tiempo perdido al año es de 227 horas, equivalente a gastar 10 días para llegar del trabajo a tu casa. La ciudad es un caos siempre, pero con el tráfico de diciembre todos enloquecemos.

Un estudio comparativo presentado en 2016 por Waze indica que en la última quincena del año, especialmente en Nochebuena, el tránsito incrementa hasta un 55%.

Si dejas las compras navideñas o de fin de año para el último momento y quieres ir al centro comercial, prepárate: entre las 11:00 y las 13:00 encontrarás 50% más autos en las calles. Ahora que, si sólo vas al supermercado, el tráfico en los alrededores será 35% más pesado… Sí, la semana previa a Navidad es la peor de todas. (Delgado Cabañes, 2018)

MAKE SMTHNG Workshop in Jakarta. © Afriadi Hikmal
© Afriadi Hikmal

Consumismo

Para estas fechas, los comerciantes utilizan campañas publicitarias o promociones tan “atractivas” que a muchos se les hace imposible no caer en la trampa del consumismo.

El gran bombardeo publicitario empieza meses antes de que llegue la Navidad a través de coloridos y divertidos comerciales que logran atrapar a los niños para que arrastren a sus padres a comprar el producto.

La página de internet The Christmas Resistance Movement (Movimiento de Resistencia a la Navidad), por ejemplo, llama a dejar el consumismo atrás en Navidad: “No más compras navideñas, decoraciones, tarjetas, etc. Nos rehusamos a participar en la industria de la Navidad. Demostramos nuestro amor a familiares y amigos dándoles tiempo y cariño, no comprándoles cosas”, dice el grupo.

El Buy Nothing Christmas (Navidades sin compras) es una propuesta de cristianos menonitas canadienses que proponen no caer en las trampas del consumismo.
Otros ejemplos son el Movement Anti-Noel (Francia), Steve the Pro Anti-Christmas (Reino Unido) y Center for a New American Dream (Estados Unidos).

“¿Qué es la Navidad?”, se preguntan el psicólogo sueco Mats Erikson y su esposa Karin, escritores especializados en comunicación interpersonal. “Alguna vez fue la celebración del nacimiento de un hombre muy sabio, pero ahora es a menudo simplemente abandonarse a la excitación del consumo”, dicen a BBC Mundo.

“El consumismo ha devorado gran parte de nuestras actividades cotidianas y de lo que debieran ser nuestros sentimientos más personales”, agrega desde Buenos Aires el psiquiatra y dramaturgo José Eduardo Abadi. “Cuando la Navidad se torna en confundir lo que uno es con lo que uno tiene y lo que uno muestra con lo que uno vale, estamos en presencia de un problema”.

From Collecting Plastic Waste to Sorting in South Korea. © Soojung Do / Greenpeace
Recolector de basura en medio de una montaña de desechos © Soojung Do / Greenpeace

Basura

No se centra solo a la cantidad de basura generada por adornos y envolturas sino también a la cantidad de alimentos desperdiciados en estas fechas, en la cantidad de desechables y plásticos de un solo uso para las posadas, cenas navideñas, reuniones con amistades, etc.

Ya que un sinónimo del consumo es tambien la facilidad de desechar;  Según cifras publicadas  por un estudio encargado por el gobierno de Reino Unido, se tira el equivalente a 2 millones de pavos, 5 millones de budines y 74 millones de tarteletas navideñas.

Hagamos conciencia de todos estos problemas y pongamos un granito de arena para ser parte de la solución y no del problema: adopta la tendencia de los regalos de segunda mano, de los envoltorios reciclados, deja el auto en casa e intenta ir a tu destino en transporte público o bicicleta, comparte el auto rumbo a las fiestas decembrinas, di no a la pirotecnia y sobre todas las cosas disfruta a tu familia y cuida el planeta.

Ecological Consumers in California. © Peter Caton / Greenpeace
Madre haciendo comida con su bebé en brazos © Peter Caton / Greenpeace
Urban Revolution Viaduct Protest in Mexico. © Argelia Zacatzi
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