Los manglares son ecosistemas con especies de árboles de origen terrestre que evolutivamente se han adaptado para sobrevivir en ambientes inundables, como zonas costeras, lagunas, ríos y deltas. Esto significa que en ellos habitan, en la superficie, especies terrestres y, en sus raíces, especies acuáticas.
¿Cómo logran los manglares sobrevivir en ambientes inundables? De acuerdo con un artículo de las investigadoras Laura Yáñez Espinosa y Guillermo Ángeles, los manglares desarrollan raíces aéreas que favorecen la oxigenación de la porción de la planta que queda cubierta por el agua durante la inundación, hojas gruesas y desarrollo de las semillas en el interior del fruto.
Los patrones de la madera del tallo de las especies de mangle y asociadas al manglar además, tienen una gran plasticidad, lo que les permite sobrevivir y prosperar en este ecosistema expuesto a un ambiente dinámico, y algunas veces sometido a eventos extremos, como huracanes y olas masivas.
La característica principal de los manglares son sus imbricados sistemas de raíces, que incluyen raíces adventicias (que no provienen del óvulo fertilizado sino de otra oarte de la planta, fúlcreas (que brota de la rama) y aéreas, habitados por numerosas formas de vida marina. Estas raíces proporcionan a las plantas sujeción, tanto sobre sustratos movedizos y blandos como duros, de acuerdo con la Fundación para los mares y océanos.
Los manglares son importantes para el planeta porque proveen protección y regulación ante inundaciones, recargan los acuíferos, mejoran la calidad del agua a servir como filtro biológico, previenen y reducen la erosión costera, regulan la captación de carbono, y son zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos, alevines y otras especies de flora y fauna.
Por esto, la restauración y manejo sustentable de los manglares es fundamental para la adaptación de comunidades costeras al cambio climático y para mitigar gases de efecto invernadero. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) ha estimado que sólo la deforestación de manglar genera alrededor del 10% de las emisiones globales de carbono por año.
No obstante, los manglares están amenazados por no una sino varias actividades humanas. De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), entre las principales amenazas contra los manglares está la destrucción del hábitat, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos. De esta forma, la falta de planificación del desarrollo urbano, industrial y turístico, así como del desarrollo agrícola, ganadero y acuícola, han desplazado y reducido extensiones considerables de manglares. Mientras que los desechos sólidos urbanos, contaminantes industriales, pesticidas y fertilizantes agrícolas, derrames de petróleo, etc., así como las modificaciones en las condiciones hidrológicas también tienen un gran impacto sobre los manglares.
En nuestro país existen cuatro especies de mangle: rojo, negro, blanco y botoncillo, de acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Los manglares están presentes en los 17 estados de la República que tienen litoral, con una cobertura de 770 mil 57 hectáreas. Campeche posee la mayor superficie de manglar del país con 175 mil 614 hectáreas, y la menor, Baja California con 28 hectáreas.
Exige a las autoridades que protejan mejor los manglares que habitan en nuestro país. Esta medida reduciría el impacto que generamos al cambio climático y protegería ecosistemas ricos en biodiversidad única.
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Necesitamos acción climática urgente y contundente, tenemos que dejar el petróleo bajo tierra y transitar hacia una economía limpia, sustentable y equitativa. El gobierno tiene que respetar los acuerdos que el país ha adoptado tanto nacional como internacionalmente y que están plasmados en las leyes mexicanas.