Logramos una Colombia sin asbesto

El 11 de junio de 2019 fue un día histórico para nuestro país. La Cámara de Representantes aprobó por unanimidad el proyecto de ley Ana Cecilia Niño que prohíbe producir, usar, comercializar y exportar asbesto en Colombia.  Después de 12 años de intentos para eliminar esta fibra cancerígena conseguimos un resultado que parecía casi imposible. Es el fin de un asesino silencioso.

¿Qué es el asbesto?

El asbesto es un grupo de minerales que se utiliza en las industrias de la construcción y automotriz para fabricar embragues de frenos, tejas, techos, tanques, baldosas, tuberías de agua y azulejos, entre otros productos. Cuando sus diminutas fibras son liberadas al aire pueden afectar nuestra salud. Por eso, el peligro está presente en miles de hogares, escuelas y hospitales.

El asbesto blanco (crisotilo) actúa lentamente y en silencio. Sus fibras ingresan en nuestro sistema respiratorio sin que nos demos cuenta. Y es posible que permanezcan 20 o 30 años en los pulmones hasta que comienzan a dar señales. Con el tiempo, si se acumulan, causan cicatrización e inflamación, perjudican la respiración y provocan graves enfermedades como el cáncer.  

Las fibras pueden llegar al aire por el desgaste de los artículos que contienen asbesto. También por rupturas, remoción inadecuada, trabajos de mantenimiento, procesos de demolición, eliminación de residuos de construcción y como consecuencia de desastres naturales. 

Más de 100 mil personas en el mundo mueren cada año por problemas de salud relacionados con este material. Por esta razón está prohibido en 60 países, entre ellos Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, España e Italia.

 

La historia de la campaña Colombia Sin Asbesto

En 2016 la periodista colombiana Ana Cecilia Niño creó una petición en nuestra plataforma de campañas ambientales Hagamos Eco. Su objetivo era lograr la prohibición del asbesto en Colombia y toda Latinoamérica.
Ana llevó la iniciativa adelante hasta que un mesotelioma a causa de este material cancerígeno la venció. Pero su marido Daniel Pineda, su hija, miles de víctimas y sus familias merecían que su lucha continuara. 

En Greenpeace decidimos empezar a investigar sobre el tema, identificar a los responsables, y a crear alianzas con académicos y médicos. Así comenzamos a planificar una posible campaña que finalmente se hizo pública a principios de 2017.

Por su parte, Daniel siguió la voluntad de Ana y dio inicio al movimiento #ColombiaSinAsbesto. 

Ese mismo año la senadora Nadia Blel presentó un proyecto de ley para prohibir este material y lo llamó Ana Cecilia Niño. Era un homenaje a la mujer que había trabajado sin descanso para conseguirlo. Junto a Daniel apoyamos la iniciativa legal.

En 2017 el proyecto de ley fue aprobado en primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara de Senadores. Sabíamos que en los últimos 12 años habían quedado en el camino siete intentos de prohibición del mineral cancerígeno. Pero esta vez fue diferente. Más de 130 mil colombianos ya eran parte del movimiento #ColombiaSinAsbesto y su presión no pudo ser ignorada. 

Además, organizaciones civiles, entidades médicas, científicos, universidades, y los Ministerios del Interior, Trabajo, Ambiente y Salud brindaron apoyo público al proyecto de ley Ana Cecilia Niño. La Defensoría del Pueblo también solicitó su aprobación.

Durante los siguientes dos años luchamos contra el lobby de la industria que utiliza asbesto, las dilataciones en el Senado y en el Congreso, y la posibilidad de que este material solo se eliminara y no se prohibiera. Finalmente, la iniciativa superó todas las etapas necesarias y en junio de 2019 fue aprobada en plenaria de la Cámara de Representantes. 

Hoy podemos decir que Colombia sin asbesto es una realidad.

 

¿Qué hicimos en Greenpeace para lograrlo?

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