Aduéñate del páramo de Pisba

A pesar de que la minería en los páramos es ilegal desde febrero de 2016, las empresas siguen operando en Pisba. La extracción de carbón pone en peligro al ecosistema, sus especies y al agua de los colombianos. Necesitamos que se cumpla la ley sin excusas.

Los páramos son ecosistemas típicos de las altas montañas de la cordillera de los Andes.  

Y nuestro país tiene el 50% de los páramos del mundo. Allí pueden encontrarse 4.700 especies de plantas, 70 de mamíferos, 87 de anfibios y 154 de aves. El cóndor de los Andes y el oso de anteojos son algunos de los animales más característicos.

Estos ecosistemas proveen agua a la mayoría de los colombianos, sobre todo a los que habitan en la zona cordillerana. Ciudades como Bogotá, Cali y Medellín toman el agua directamente de los páramos o de los ríos o quebradas que nacen allí.

Los páramos también regulan el agua potable que se utiliza para regar cultivos y generar energía hidroeléctrica. A pesar de su importancia, la minería y el cambio climático los pone en riesgo.

La minería en Páramos: ¿hasta cuándo?

En febrero de 2016, gracias al trabajo de muchas organizaciones y la presión de más de 80 mil personas, la Corte Constitucional declaró inconstitucional la minería en los páramos. El fallo reafirmó que el acceso al agua es un derecho fundamental de todos los ciudadanos. Sin embargo, en Pisba las empresas mineras siguen extrayendo carbón de manera ilegal.

Más minería significa menos agua, menos especies y menos vida para todos los colombianos.

¿Cómo se relacionan los páramos y el cambio climático?

Los páramos son considerados uno de los ecosistemas colombianos más vulnerables frente al cambio climático.

Al aumentar la temperatura, las especies que están adaptadas a las condiciones típicas del páramo tienen que migrar a sitios más altos y fríos en búsqueda de un entorno ideal para sobrevivir.

Con el tiempo, todo el ecosistema migra a las partes más altas de las montañas debido al cambio de clima. Los nevados son desplazados o desaparecen y el páramo también pierde parte de su extensión original. Además, podrían extinguirse para siempre muchas especies de plantas que viven únicamente en estas zonas.

Los páramos también son importantes para controlar el cambio climático: una hectárea de su suelo almacena más de 1.000 toneladas de CO2 (dióxido de carbono). Pero cuando comienzan las actividades productivas este carbón se libera y aporta al calentamiento global.

Por todas estas razones el páramo es considerado un ecosistema muy valioso y frágil. Tenemos que protegerlo antes de que sea tarde.

 

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Cambio climático: futuro negro para los páramos (noviembre 2009)

 

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