• Tokio, San Pablo, México DF, Los Ángeles y Shanghai concentran estos 160 mil fallecimientos.
  • En Latinoamérica, las cuatro ciudades estimadas alcanzan a 130 mil muertes y 117 mil millones de dólares anuales.
  • En Bogotá la contaminación del aire por el PM 2.5 (Material Particulado) fue responsable de la pérdida estimada de 5400 vidas durante el pasado año.
  • La contaminación del aire le ha costado a la economía de la ciudad aproximadamente  COP$ 6.345.198.000.000 (US$1.800 millones de dólares)

Un estudio de Greenpeace en 41 Ciudades en todo el mundo reveló la inmensa cantidad de muertes evitables detrás de la contaminación del aire y estimó, además, los elevados costos económicos que afrontan las naciones por este motivo.

Los datos fueron elaborados teniendo en cuenta el sistema IQAir, desarrollado por el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, que utiliza información de calidad del aire en tiempo real, combinados con modelos científicos, así como datos de población y salud. En total, el costo económico estimado de la contaminación atmosférica por PM2.5 (1) (Material Particulado) en catorce ciudades incluidas en el análisis, superó los 195.800 millones de dólares.

Los combustibles de los vehículos motorizados, principalmente el de los buses y camiones, genera tóxicos perjudiciales para la salud, entre estos se encuentra la Materia Particulada (PM2.5).

De acuerdo al informe, si bien algunas ciudades vieron pequeñas mejoras en la calidad del aire como resultado de las restricciones por COVID-19, el impacto devastador de la contaminación del aire subraya la necesidad de aumentar rápidamente el uso de energías limpias, avanzar hacia sistemas de transporte eléctricos y terminar con la dependencia de los combustibles fósiles.

Tatiana Céspedes, coordinadora de Campañas de Greenpeace Colombia, señaló: “Cuando los gobiernos eligen el carbón, el petróleo y el gas en lugar de las energías limpias, es nuestra salud la que paga el precio. La contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles aumenta nuestra probabilidad de morir de cáncer o accidente cerebrovascular, sufrir ataques de asma y experimentar complicaciones severas por COVID-19. No podemos permitirnos seguir respirando aire sucio cuando las soluciones para la contaminación del aire están ampliamente disponibles”

En Bogotá, la principal fuente de emisiones contaminantes consiste efectivamente en los automóviles, camiones y fábricas. Los vehículos, además de emitir este material particulado (PM 2.5), liberan grandes cantidades de gases como el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2),

“Por la contaminación atmosférica, los ciudadanos de Bogotá están expuestos a enfermedades respiratorias graves, a problemas en el desarrollo cognitivo por falta de oxígeno en los pulmones y afecciones en los sistemas reproductivos. Además estas partículas, las PM2.5, son altamente cancerígenas, lo que conduce a un aumento de los casos de cáncer, particularmente de los pulmones”, explicó Céspedes. 

Por otro lado, Céspedes señaló que “A pesar de las características de la ciudad de Bogotá, por su altura y la intensidad de sus vientos, los vehículos que pueblan las carreteras a menudo contrarrestan estos beneficios naturales con su terrible emisión de gases de escape. Hay una gran cantidad de automóviles y camiones, muchos que funcionan con combustible diésel y motores obsoletos, que representan una constante fuente de contaminación”. 

Greenpeace insta a los gobiernos a todos los niveles a invertir en fuentes de energía renovables, como la eólica y solar, y en transporte público accesible y con energía limpia para proteger a los residentes de la letal contaminación del aire.

La ambientalista concluyó: “Es prioritario garantizar que los bogotanos tengan una movilidad rápida, segura, sostenible y cómoda. Hoy en día las personas requieren y exigen que la ciudad les asegure una movilidad sustentable. Es preciso actuar sobre las principales fuentes de contaminación atmosférica, que se localizan mayoritariamente en el sector transporte”. 

Notas1] PM2.5 se refiere a partículas finas de menos de 2.5 micrómetros de diámetro. La exposición a PM2.5 se considera el factor de riesgo ambiental más importante para las muertes a nivel mundial y se atribuyó a 4.2 millones de muertes prematuras en 2015. Los combustibles de los vehículos motorizados, principalmente el de los buses y camiones, genera tóxicos perjudiciales para la salud. Entre los contaminantes dañinos se encuentra la Materia Particulada  (PM10 y PM 2.5)