Greenpeace expresa su total solidaridad con los damnificados por el huracán Iota y los efectos devastadores en las islas del archipiélago San Andrés, Providencia y Santa Catalina y resalta la necesidad de implementar medidas urgentes para combatir el cambio climático. 

“Los impactos del cambio climático ya están ocurriendo, en Colombia y en todo el planeta, afectando a las comunidades más vulnerables. Es la mayor amenaza ambiental que enfrenta la humanidad y su alcance es cada vez más grave,  con impactos que son también sociales y económicos” señaló Silvia Gómez, Coordinadora de Greenpeace Colombia.

La crisis climática refleja aumento de precipitaciones y sequías, incremento del nivel del mar y en una mayor frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos como los huracanes. 

Esta es la primera vez que Colombia recibe un huracán de categoría 5, pero podría repetirse. Según publicaciones científicas el cambio climático antropogénico no sólo hace a los huracanes más destructivos sino que aumenta su intensificación rápida en cortos periodos de tiempo. Los impactos destructivos de los huracanes obligan a los gobiernos a tomar medidas urgentes y acordes a la crisis climática que estamos viviendo, incluyendo planes de adaptación y mitigación

De acuerdo a los datos de la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático (TCNCC) de Colombia, a partir de un análisis multidimensional, todo el territorio colombiano presenta algún nivel de riesgo climático, siendo San Andrés la capital de mayor riesgo en el país de sufrir sus efectos. 

“Las condiciones de la isla son sumamente precarias y en este momento necesita la solidaridad de todo un país para su recuperación y para poder construir una ciudad más adaptable a los efectos del cambio climático” declaró Gómez.  

Para Greenpeace es necesario abandonar los combustibles fósiles, detener la deforestación y repensar la vida en las ciudades, donde se generan el 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Las urbes son los lugares en donde más se sienten los impactos del cambio climático, debido a su alta vulnerabilidad y poca capacidad de adaptación.