Alerta y preocupación medioambiental ha generado la noticia de que los Emiratos Árabes invertirán 1.000 millones de dólares para extraer oro en Santurbán.

El anuncio, sin embargo, ha encendido las alertas respecto de los serios impactos medioambientales en una zona en donde no existe claridad respecto de las fronteras de lo que es o no páramo. En este sentido, algunos sostienen que con este anuncio de inversión el gobierno está, en la práctica, definiendo de manera autónoma una delimitación del páramo, frontera que la Corte Constitucional ya invalidó hace unos días porque el Ministerio de Ambiente no tuvo en cuenta la participación social al momento de querer fijar esta delimitación.

Desde Greenpeace, su coordinadora en Colombia, Silvia Gómez, planteó las críticas de la ONG respecto de los impactos que la futura explotación minera a gran escala puede tener no solo en los ecosistemas de la zona, sino en la vida de las comunidades.

Greenpeace Colombia se opone rotundamente a este proyecto y apoya a las comunidades locales que durante años vienen resistiendo a la miopía estatal que, a cualquier costo, insiste en instalar la minería de oro en los páramos, uno de los ecosistemas más valorados y queridos para los colombianos. En el caso del páramo de Santurbán resulta especialmente complejo cualquier tipo de intervención ya que se trata de uno de los proveedores más importantes de agua de todo el territorio nacional”.

Para la ONG ambientalista la decisión del gobierno deja en evidencia una profunda contradicción. “El presidente Santos exhibe al mundo el supuesto legado medioambiental de su gestión, pero al mismo tiempo impulsa medidas que atacan el corazón mismo de la biodiversidad colombiana. Presidente: ningún oro del mundo supera el valor medioambiental del páramo de Santurbán”, dijo Silvia Gómez.

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