Electrificación del transporte, pavimentación y limpieza de carreteras y reducción de vehículos particulares son algunas de las soluciones propuestas que se agregan a la lista de medidas pendientes para mejorar el aire de la Ciudad.

En una nueva investigación sobre la calidad de aire en la Ciudad de Bogotá, la organización Greenpeace reveló cuál es el impacto del transporte vehicular en la contaminación y cuáles son las recomendaciones para que la capital abandone el ranking de las ciudades con mayores índices de polución. 

Los principales hallazgos del reporte: 

  • Bogotá ocupa el tercer lugar entre las 416 ciudades del mundo por congestión vehicular en 2020
  • El 60% de las emisiones que se generan en nuestra ciudad se generan por las fuentes móviles como carros, buses, o camiones. Muchos de estos contaminantes son los que estamos respirando cuando transitamos. Se estima que aproximadamente el 80% de las partículas PM2.5 son generadas por los vehículos.
  • Aunque sólo el 11% de los viajes por la ciudad se realizan en vehículos particulares, esta forma de transporte es responsable de entre el 40% y el 70% de todas las emisiones de gases contaminantes de fuentes móviles, como dióxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles, óxidos nitrosos y dióxido de azufre.
  • El transporte público tradicional hace una gran contribución a las emisiones tóxicas de material particulado en Bogotá
  • La fuerte congestión en las calles estrechas, montañosas y cerradas de Bogotá también es un factor que contribuye a que se registren algunos de los niveles más altos de contaminación del aire en Latinoamérica.
  • Las calles sin pavimentar son una fuente importante de material particulado, especialmente en zonas o localidades y barrios de bajos ingresos. Los vehículos que viajan por vías sin pavimentar generan cinco veces más PM10 y el doble de PM2.5 que en vías pavimentadas (2). 
  • Estudios sobre el aire en el interior de las cabinas de los biarticulados del TransMilenio de Bogotá (3) revelan niveles extremadamente altos de contaminantes, en concentraciones incluso más altas que las concentraciones del aire exterior. 

La congestión vehicular de Bogotá es una de las más altas del mundo. Sin duda, eso tiene impactos directos en la salud de las personas y es uno de los vectores a modificar (4) “ señaló Tatiana Céspedes, coordinadora de campañas de Greenpeace Colombia 

De acuerdo a la organización, las autoridades de Bogotá deben abordar la contaminación del aire a través de la transformación de  las flotas de transporte público que funcionan con combustibles fósiles en vehículos de baja y cero emisiones; la reducción de la demanda de transporte motorizado con mayor cobertura e inversión de transporte público, el fomento a la movilidad en bicicleta y a pie. “A su vez, mejorar la infraestructura vial pavimentando las calles, crear rutas seguras y accesibles para caminar y andar en bicicleta son ejes fundamentales a la hora de repensar nuestra ciudad”, agregó Céspedes.

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