La posibilidad de que Colombia sea sede de la Conferencia bianual de la Organización de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) representa una oportunidad única. Colombia debe comprometerse con acciones tangibles para aumentar la protección en áreas críticas para la conservación, las soluciones basadas en la naturaleza, y la preservación de sus valiosos ecosistemas como la Amazonía, los Océanos y los Páramos, en línea con el compromiso histórico asumido en la edición anterior, de proteger el 30 por ciento del planeta para 2030. En la COP de Cambio climático recién finalizada, los países se comprometieron a una transición alejada de los combustibles fósiles y esto debe ser acompañado de señales claras que busquen proteger la biodiversidad, nuestra mejor aliada para combatir la crisis climática en la que nos encontramos. 

Ser sede de la COP16 no sólo implica hablar sobre el compromiso ambiental, sino demostrar con acciones concretas la capacidad de Colombia para liderar en la construcción de un futuro sostenible.