Los ecosistemas de manglar surgen allí donde el mar se une con la tierra firme. Los encontramos en regiones tropicales y subtropicales, con sus raíces de formas intrincadas y su halo de misterio.

Manglares, Santa Marta. © Martín Katz / Greenpeace

Sus ritmos son regidos por los vaivenes de las mareas, lo que los hace tan cambiantes como exuberantes. Pero no son sólo áreas bonitas. También funcionan como “Bosques Azules” porque cumplen dos funciones vitales para el equilibrio planetario

Primero, fijan carbono, lo que los convierte en un aliado clave en la lucha contra las emisiones que generan el cambio climático. Segundo, porque están entre las 5 unidades ecológicas más productivas del mundo por ser hábitat para la biodiversidad.

Manglares, Santa Marta. © Martín Katz / Greenpeace

A esto hay que sumar que están en la base económica de muchas comunidades que habitan en estas zonas pues en ellos no sólo se practica pesca artesanal de la piangua sino también se fabrican papeles para envolver cigarrillos, fibras, colorantes, taninos, etc.

Por todo esto, desde 2015, cada 26 de julio se conmemora su día para llamar la atención sobre el papel integral que cumplen y hacer énfasis en su preservación.

Los manglares, refugio de biodiversidad

Las diversas formas de vida en la tierra han evolucionado, por siglos, en una estrecha relación unas con otras. Entonces, es lógico que los ambientes naturales sean indispensables como refugio, albergue y alimento de otros seres. 

En el caso de los manglares, son hogar para especies de moluscos, crustáceos, peces, anfibios, reptiles. Todos ellos encuentran en las raíces de los árboles de mangle un micro hábitat propicio para la reproducción, desove, cría y desarrollo de sus poblaciones. 

De hecho, son sostén para los primeros estadios de muchas especies de animales como peces, anfibios, reptiles y aves. Se estima que un 80% de las especies marinas dependen de los ecosistemas de manglar para subsistir.

3 funciones asombrosas (y necesarias) de los manglares

La primera propiedad es sorprendente. Resulta que los pantanos y barros de los manglares son capaces de desalinizar el agua proveniente del mar. Así como también pueden purificar y sulfurar el agua proveniente de los ríos.
Esto es posible gracias a que sus suelos, ricos en materia orgánica por los procesos de descomposición, funcionan como filtro de las sales minerales que son integradas dentro de la cadena alimenticia. 

El segundo es otro súper poder: el suelo tiene capacidad natural para actuar como sumidero de contaminantes antropogénicos e industriales

El tercero, pero no por eso menos importante, es que los manglares sirven como barrera amortiguadora natural de las zonas costeras ayudando a contener los vientos y la erosión que generan. 

La situación de los manglares en Colombia

En nuestro país los manglares ocupan 285.00 hectáreas. La mayoría de estos ecosistemas se encuentra en el litoral Pacífico donde se encuentran los más grandes y desarrollados ecológicamente de todo el Pacífico americano. Tanto es así que entre su vegetación hay árboles que alcanzan los 30 metros de altura. 

Se los puede ver como bosques estrechos y de poca altura como los de la Guajira o como los que se extienden a lo largo del Río Magdalena. Sin embargo, todos tienen algo en común: no están a salvo porque en 40 años se destruyó casi 30% de los manglares.

Los factores que contribuyen a su desaparición son varios. Entre ellos, están la tala indiscriminada, la conversión en zonas camaroneras, las obras de infraestructura vial mal planeada, la ampliación de la frontera urbana para industrias, centros turísticos, y para la agricultura generando contaminación. 

Manglares, Santa Marta. © Martín Katz / Greenpeace
Manglares, Santa Marta. © Martín Katz / Greenpeace

En tanto, los que aún persisten se ven amenazados por la contaminación de minerales pesados; los plásticos; la sobreexplotación, y la pérdida de hábitat.

Es que los plásticos y demás residuos generan problemas porque, al ser arrastrados por las corrientes marinas y de los ríos, quedan atrapados en las raíces de los árboles de mangle generando contaminación y cambiando la función original del ecosistema. 

Colombia es pacífico

Sé parte de un movimiento mundial imparable que pueda lograr un ambicioso Tratado Mundial sobre los Plásticos.

Involúcrate

En conclusión, los manglares son espacios naturales fascinantes que cuanto más conocemos, más entendemos por qué debemos cuidar 💚.