Sofia Gómez Uribe en la Isla del Malpelo © Diana Rey Melo / Greenpeace

No hay rincón del planeta que quede a salvo de la contaminación plástica y los mares del mundo no son la excepción. Según datos de Naciones Unidas, 8 millones de toneladas de este material entran a los océanos cada año. Por eso, no es raro que se hayan encontrado desde bolsas en los fondos oceánicos más profundos hasta fragmentos microscópicos en el hielo ártico.

© Greenpeace México

Esto explica el hecho de que el 70% de los mamíferos marinos hayan consumido o se hayan enredado en este tipo de residuos, algo que puede llevarlos incluso a la muerte.

Es que muchos animales viven en ecosistemas tan llenos de basura plástica como el que se ve en este video filmado por el buceador Rich Horner en Bali, Indonesia.

Son las actividades que desarrollamos las personas las responsables de esta situación. Está comprobado que la mayor parte del plástico entra en el océano desde la tierra. Es decir, que es el consumo que se hace en las ciudades y la mala gestión de los residuos las causas de este grave problema ambiental.

A su vez, se cree que los ríos son la principal vía a través de la cual viajan los desechos. Una vez que entra en el agua, el viento, las olas y la luz solar van rompiendo y degradando el plástico, transformando los residuos en fragmentos cada vez más pequeños que terminan alterando todo el ecosistema marino.

Además, nuevos estudios científicos recientes encontraron que la contaminación en los mares suma un factor más de complejidad: los microbios han colonizado los millones de toneladas y billones de trozos de plástico y se perfilan como una amenaza real para los animales, incluidos los humanos.

Cangrejo con pieza de plástico © Justin Hofman/Greenpeace

Microbios en los residuos plásticos del mar, un nuevo problema que atender

Como decíamos, el plástico es hoy un componente omnipresente en el mar. Esto lleva a que todo tipo de biodiversidad marina pueda colonizar estos nuevos espacios. Incluso algún tipo de vida que puede traer consecuencias graves para la salud de las personas.

Es por esto que, según informa Diálogo Chino, un equipo de investigadores se dedica a estudiar cómo se desarrollan las capas de microorganismos denominadas biopelículas sobre los plásticos en los océanos Mediterráneo y Atlántico Norte

El proyecto se llama MicroplastiX y una de sus integrantes, la ecóloga marina Raffaella Casotti, contó a China Dialogue Ocean que “en el Golfo de Nápoles, una zona densamente urbanizada, crecen variedades de algas, invertebrados y hongos en todos los microplásticos muestreados”.

Aunque la mayoría de los microorganismos que se han detectado son inofensivos, los investigadores también hallaron bacterias Vibrio en mayores concentraciones en el plástico que en las aguas circundantes. Algunos tipos de bacterias del género Vibrio causan enfermedades en los mariscos y en los seres humanos que lo consumen.

Lo cierto es que hay que seguir de cerca estos hallazgos pero mientras la ciencia trabaja para comprender las implicancias de la aparición de estas capas de organismos que viven en el plástico del mar (denominadas “plastifera”) no debemos quedarnos de brazos cruzados.

No hay que esperar a saber qué riesgos conlleva llenar los mares de residuos sintéticos para comenzar cuanto antes a pedir un esfuerzo mundial coordinado para acabar con esta marea plástica

© Tim Aubry / Greenpeace

En este sentido, celebramos la llegada de nuestro barco Arctic Sunrise por primera vez en nuestro país para comenzar una travesía destinada a proteger los ecosistemas marinos de Colombia contra las crecientes amenazas de la contaminación plástica, la sobrepesca y la degradación ambiental.

“La contaminación por microplásticos representa una preocupación creciente debido al constante aumento de la producción de plástico y su presencia en el Pacifico Colombiano. Recién empezamos nuestra travesía y ya encontramos resultados alarmantes: residuos de redes de pesca, bidones de aceite, botellas de plásticos, microplásticos, entre otras  que tristemente terminan en estas aguas”, aseguró Tatiana Cespedes, coordinadora de campañas en Colombia. 

El proceso de identificación de plásticos se hizo en aguas internacionales  en camino hacia Buenaventura. Se realizó con una manta de microplásticos una técnica de captura neta y posterior digestión para aislar microplásticos de muestras de agua de mar haciendo un muestreo oportunista y aleatorio.

Exposición de la Fundación Malpelo © Diana Rey Melo / Greenpeace

La herramienta utilizada está compuesta por una estructura de aluminio que asemeja a una manta, en la parte de la cola tiene una red muy fina usada para retener el plancton, en la parte final de la cola, tiene una aspiradora o recipiente que filtra y separa la materia orgánica de los microplásticos.  También se utilizó un detector infrarrojo de polímeros que arroja al instante el tipo de micro plástico hallado. 

Tatiana Cespedes, coordinadora de campañas en Colombia. Identificación de plásticos
© Diana Rey Melo / Greenpeace

Los hallazgos alarmantes de residuos plásticos, incluyendo microplásticos, resaltan la necesidad imperante de tomar medidas concretas para proteger nuestros océanos y su biodiversidad.

Tatiana Cespedes, coordinadora de campañas en Colombia. Detector Polímeros Infrarojo © Diana Rey Melo / Greenpeace
Detector Polímeros Infrarojo © Martin Katz / Greenpeace © Martín Katz / Greenpeace

El uso de tecnología avanzada en el proceso de identificación de plásticos subraya la importancia de la innovación en la lucha contra esta crisis ambiental. Es vital que estos resultados sirvan como catalizador para acciones tanto a nivel local como internacional, en aras de garantizar la salud y la sostenibilidad de nuestros ecosistemas marinos para las generaciones futuras.

Colombia es pacífico

Sé parte de un movimiento mundial imparable que pueda lograr un ambicioso Tratado Mundial sobre los Plásticos.

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