Mi nombre es Juan Pablo Vanegas, soy estudiante de ingeniería ambiental y voy a contarte mi experiencia durante el Plastic Attack:

La actividad consistió en visitar un supermercado con el fin de comprar productos típicos de la canasta familiar colombiana, para de esta manera identificar la monumental cantidad de plástico innecesario y de único uso que se encuentra dentro de los elementos que consumimos diariamente.

Fue impresionante descubrir que desde los vegetales, hasta en los alimentos procesados era posible encontrar una exagerada cantidad de plásticos de único uso. Frutas, hortalizas, granos, y hasta nuestro delicioso café se encontraban siendo encarcelados por el contaminante material. Algo que me generó bastante sorpresa fue el hecho de encontrar elementos tan típicos como los cartones de huevos, siendo reemplazados por bandejas plásticas, frutas individuales siendo encerradas en bolsas y hasta en cajas plásticas.

Ni siquiera los ingredientes de nuestro típico Ajiaco se salvaron, puesto que se encontraban empacados en bolsas al vacío. Son innumerables los envases plásticos que se encontraban envueltos en embalajes de mucho más plástico, realmente no tiene sentido.

Al finalizar la selección de los productos, procedimos a pagar y posteriormente a envasar todos los productos en elementos mucho más amigables con el planeta. Éste ejercicio permitió visualizar la cantidad innecesaria de plásticos de único uso que nos acompañan en un simple mercado. En contraste, el uso de envases de vidrio, bolsas de tela y hasta los tradicionales canastos representó una alternativa muy buena para contrarrestar el ataque del plástico.

En conclusión, es importante concientizarnos sobre el impacto que deja en el planeta el uso del plástico, nuestros mares y océanos están llevándose la peor parte. El cambio puede empezar en nosotros, es tiempo para decir #LibérateDelPlástico.

 

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