La vía pública suele estar cubierta de la basura que las personas no arrojan en la caneca correspondiente y de muchos otros residuos que no son bien gestionados por el sistema municipal. Son desechos que, desparramados y a la intemperie, traen graves consecuencias.
El impacto más conocido es el representa para la salud de la ciudadanía, ya que la mala disposición atrae roedores, insectos y otros animales que se alimentan de los desechos. A su vez, los animales pueden ser vectores de enfermedades transmisibles a los seres humanos.
Sin embargo, los residuos mal gestionados también afectan de manera muy seria a nuestros ríos y humedales. Es sobre este grave impacto en nuestro entorno natural que nos detendremos en esta nota.
Cuando la basura contamina nuestras fuentes de agua
La contaminación no se detiene cuando cae el suelo. Por el contrario, desechos de todo tipo terminan en ríos y cursos de agua pues viajan a través de las alcantarillas y, desde allí, siguen corriente abajo.
Se trata de un problema que se agrava aún más en la temporada de lluvias. Es que el agua precipitada arrastra con su fuerza cerca de 16 millones de toneladas de basura hacia ríos y mares.
Entre todos estos factores, por ejemplo, el Río Bogotá recibe 800 toneladas de residuos diarios. Del total, sólo una cuarta parte es tratada en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.
Si bien gracias a este proceso en la planta, se evita que al mes lleguen 2.000 toneladas de basura al río, la contaminación sigue siendo un problema importante que debe ser resuelto.
La basura también llega a lagunas como la de Guatavita, que se ven afectados por la acumulación de plásticos y otros desechos sólidos. Todo esto afecta de forma directa la calidad del agua y el equilibrio ecológico de los ecosistemas.
Ante esta problemática, la limpieza y el tratamiento de los cuerpos de agua se convierten en desafíos significativos para las autoridades ambientales y los actores involucrados.
Al mismo tiempo, el reciclaje se impone como una forma efectiva de proteger nuestras fuentes hídricas y garantizar un futuro más limpio y saludable para todos. Por eso, debemos exigir más y mejor reciclaje en Bogotá para cuidar el agua, un recurso fundamental que no se puede reemplazar.
Continuamos la petición formal para pedir un plan de gestión eficaz de los residuos y una Bogotá limpia.
Por último, no podemos dejar de mencionar que el trayecto que hace la contaminación desemboca en el mar. Así es como los residuos plásticos, en particular, están contaminando de manera alarmante el Océano Pacífico Colombiano, poniendo en peligro la biodiversidad marina.
Sé parte de un movimiento mundial imparable que pueda lograr un ambicioso Tratado Mundial sobre los Plásticos.