La contaminación del aire es una crisis silenciosa y generalizada pero que afecta más al Sur Global. Es decir que, en particular, quienes vivimos en Latinoamérica, el Sudeste Asiático y Medio Oriente, respiramos aire que es peligroso para su salud, minuto a minuto. 

Tanto es así que hace apenas unos meses, se comprobó que sólo 7 países estaban dentro del estándar internacional de calidad del aire, según el informe de IQAir, una organización suiza de calidad del aire que recopila datos de más de 30.000 estaciones de monitoreo en todo el mundo.

En vistas de que se conmemora cada 14 de agosto el Día Interamericano de la Calidad del Aire y que pronto, el 7 de septiembre, el calendario de la ONU marca el Día Internacional del Aire Limpio para un Cielo Celeste, repasamos los severos impactos que tiene este tipo de polución.   

Una emergencia de salud pública mundial justo delante de nuestros ojos

Estamos ante una situación crítica que se repite en distintas partes del planeta. Al punto que se cobró alrededor de 8,1 millones de muertes sólo en el año 2021, lo que lo convirtió en el segundo factor de riesgo, según estimó el State of Global Air report 2024 (Reporte sobre el Estado Global del Aire en español), publicado recientemente por el Health Effects Institute.

El reporte da cuenta también que, de este total, las enfermedades no transmisibles -incluidas las cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)- representan casi 90% de la carga de morbilidad causada por este fenómeno.

Y no sólo eso, el estudio muestra que más de 700.000 muertes de niños menores de 5 años en 2021 estuvieron relacionadas con la contaminación del aire, lo que representa el 15% de todas las muertes mundiales en niños menores de cinco años. Esto implica la muerte de 2.000 niños cada día por este problema. 

El mismo informe remarcó que los países de ingresos bajos y medios, en especial los del Sur de Asia y África, son los que sufren la mayor carga de enfermedades relacionadas a la polución del aire, y resaltó la urgencia de mejorar los sistemas de monitoreo e intervención en estos casos. 

El caso de Chile

Chile enfrenta un “escenario preocupante” según describe Silvana Espinosa, vocera de Greenpeace Chile porque “De hecho, en 2023 -en la Región Metropolitana- se registraron 17 episodios críticos: dos preemergencias y 15 alertas ambientales; mientras que en lo que va de este año se han decretado ya 21 alertas ambientales y seis preemergencias”.

“La particularidad de las condiciones geográficas de la capital, de valle angosto y rodeado por un cordón montañoso, propician que en la zona urbana se acumule la contaminación atmosférica, caracterizada por altos niveles de MP 10 y 2.5, considerados los más peligrosos para la salud, que derivan en los episodios de alerta, preemergencia y emergencia ambiental”, puntualiza.

Además, Espinosa reflexiona sobre los posibles efectos de estos niveles de contaminación entre sus habitantes: Cada vez más estudios revelan lo perjudicial que es la polución atmosférica en la salud de las personas y la enorme cantidad de enfermedades y patologías que se desprenden de ello, siendo responsables de millones de muertes cada año”.

Si a esta situación alarmante se suman nuevos permisos a industrias que seguirán contribuyendo a la emanación de contaminantes tóxicos en la región, como ocurrió, por ejemplo, con la aprobación de la expansión del proyecto minero de Los Bronces, en la comuna de Lo Barnechea, el cuadro se hace más acuciante.

El costo en salud de los combustibles fósiles

En el centro de esta crisis está la quema de combustibles fósiles para generar energía y para el transporte. El carbón, el petróleo y el gas están contaminando nuestro aire y acelerando el cambio climático. 

Marcha en Buenos Aires, Argentina, contra la exploración petrolera costa afuera.
Planta térmica NTPC, distrito de Korba en Chhattisgharh, India.

En India, las centrales eléctricas de carbón y las emisiones del transporte cubren las ciudades con smog. Las familias sufren, los niños respiran con dificultad y los ancianos luchan por respirar. En Sudáfrica, el mismo tipo de centrales eléctricas emiten nubes de contaminantes, asfixiando a las comunidades y oscureciendo los cielos. En partes de América del Sur y el sudeste asiático, las comunidades sufren bajo la misma mezcla tóxica.

Por todo esto, abordar la crisis de la contaminación del aire es una cuestión de justicia climática. El Sur Global lleva la peor parte debido a las actividades industriales que se realizan bajo pocos controles, las regulaciones débiles y la falta de acceso a tecnologías limpias.  

Sin embargo, hay mucho por hacer y todos (los gobiernos, las corporaciones y la ciudadanía) tienen un rol importante a cumplir:

👉 Los gobiernos deben hacer cumplir las directrices de calidad del aire de la OMS, invertir en energía limpia y promover el transporte sostenible. 

👉Las corporaciones deben mejorar sus prácticas reduciendo las emisiones de forma rápida y apoyando leyes para hacer que nuestro aire sea más limpio. 

👉 Los individuos pueden contribuir abogando por políticas de aire más limpio, utilizando el transporte público y apoyando iniciativas de energía renovable.

Basta de basura

Continuamos la petición formal para pedir un plan de gestión eficaz de los residuos y una Bogotá limpia.

Involúcrate