La cuarta sesión del Comité Internacional de Negociación por el Tratado Global de Plásticos (INC4 por sus siglas en inglés) que se realizó en Ottawa, Canadá, la semana pasada terminó en una decepción. Al momento de la decisión pesaron más los intereses de las corporaciones que de las personas y el ambiente.

El nuevo monumento representa un mundo lleno de contaminación plástica y sus impactos en la salud humana que el presidente estadounidense Joe Biden cargará sobre sus hombros si no muestra un liderazgo fuerte.
Varios centenares de ecologistas de Greenpeace crearon el 7 de mayo una imagen humana delante de la Cancillería en Berlín y expresaron su exigencia "¡Detengamos la inundación de plástico!". a la ministra federal de Medio Ambiente, Steffi Lemke (Verdes). Sobre un mar simbólico de personas flota la imagen de un mensaje de gran tamaño en una botella llena de residuos plásticos. El motivo de la acción es la segunda ronda de negociaciones del Acuerdo de las Naciones Unidas sobre el Plástico que se celebrará del 28 de mayo al 2 de junio en París. Los activistas piden a Lemke que trabaje por un acuerdo global sólido.
ecologistas de Greenpeace crearon el 7 de mayo una imagen humana delante de la Cancillería en Berlín y expresaron su exigencia “¡Detengamos la inundación de plástico!”. a la ministra federal de Medio Ambiente, Steffi Lemke.

Al respecto, Graham Forbes, Encargado de la Delegación de Greenpeace y Jefe de la Campaña de Plásticos de nuestra oficina en Estados Unidos quien asistió al evento, dijo: “Las personas están siendo dañadas por la producción de plástico todos los días, pero los estados están escuchando más de cerca a los lobbies petroquímicos que a los científicos de la salud”. 

Y continuó explicando: “Mientras el mundo está en llamas, los estados miembros están desperdiciando un tiempo y oportunidad únicos. Aunque vimos ciertos avances, éstos se hicieron sobre el resultado que ignora los recortes en la producción de plástico, alejándonos aún más de alcanzar un tratado que la ciencia requiere y la justicia exige”. 

Grandes vallas publicitarias de plástico en Londres.
Gran publicidad con a inscripción “El Reino Unido desecha 1.7 billones de piezas plásticas cada semana.”, en Westfield Square, Londres.
Activistas de Greenpeace Canadá entregaron una “Fábrica Global de Plásticos” de 20 pies a las puertas del Centro Shaw, donde se llevan a cabo las conversaciones sobre un Tratado Global sobre Plásticos. La fábrica mostraba petróleo convertido en contaminación plástica y mensajes que decían: "¡Cortan la producción de plástico ahora!". en cada lado. Para resaltar la urgencia de que los delegados tomen medidas audaces, Greenpeace escribió en lo alto de la Fábrica: "¡El mundo te está mirando!"
Activistas de Greenpeace Canadá entregaron una “Fábrica Global de Plásticos” de 20 pies a las puertas del Centro Shaw, donde se llevan a cabo las conversaciones sobre un Tratado Global sobre Plásticos.

En este sentido fue categórico: “Cualquier niño puede ver que no podemos resolver la crisis del plástico a menos que dejemos de producir tanto plástico. El mundo entero está observando, y si los países, especialmente los de la llamada “Coalición de Alta Ambición”, no actúan entre ahora y la INC5 en Busan, el tratado que probablemente obtendrán será uno que podría haber sido escrito por ExxonMobil y sus seguidores”.

El problema del plástico en datos

Los niveles de producción de plástico han explotado desde la década de 1950 y continúan aumentando. En tanto, la industria y los principales contaminadores (grandes marcas, compañías de combustibles fósiles y petroquímicas) se encargan de promover soluciones parciales que les permiten seguir con el negocio como de costumbre. Es decir, obteniendo ganancias y contaminando mientras continúan negando su responsabilidad.

El resultado es un mundo con un grave problema de contaminación por plástico en cursos de agua y ecosistemas que termina en animales y personas, poniéndolos en peligro

Como describe la periodista Laura Rocha en su newsletter Eco – Lógico:

Dos de cada tres envases plásticos que se generan se transforman en residuos.

La producción de plástico podría representar el 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero que generan el cambio climático.

Los costos sociales y ambientales estimados por los expertos ascienden a 1500 millones de dólares al año.

Sólo con acciones que recaigan en la ciudadanía (reciclar, organizar jornadas de limpieza) o buscando soluciones milagrosas (bioplásticos o bacterias que degradan el material) no alcanza.

Giant Albatross Installation Calls for Cut in Plastic Production in Auckland. © Ben Sarten / Greenpeace
Voluntarios de Greenpeace Aotearoa instalan una toroa/albatros gigante con una envergadura de 10 metros en la icónica playa de Mission Bay en Auckland, Nueva Zelanda, para pedir al gobierno de Nueva Zelanda que tome medidas contra la contaminación plástica y se comprometa a apoyar un plástico global más fuerte. © Ben Sarten / Greenpeace

Como bien apunta Graham Forbes: “Nos dirigimos hacia el desastre y con el tiempo agotándose, necesitamos un Tratado Global sobre Plásticos que reduzca la producción de plástico y ponga fin al plástico de un solo uso. No hay tiempo que perder en enfoques que no resolverán el problema.”