Nota original publicada en Greenpeace Reino Unido

Si alguna vez te preguntaste qué es lo que ocurre para que los rayos del sol viajen por este objeto rectangular hasta convertirse en energía, en ésta nota te lo explicamos de una forma muy sencilla.

Primero, un poco de historia. Hay que decir que el primer panel solar se creó en 1881. Sin embargo, no fue hasta los últimos 15 años cuando se dio su despegue definitivo.

Hoy los vemos cada vez en más techos y campos del mundo anunciando algo que todos deberíamos escuchar: que la energía solar puede ayudarnos a darle un final mucho más auspicioso a la lucha contra el cambio climático.

Cómo funcionan los paneles solares, paso a paso

En resumen, los paneles solares absorben pequeñas partículas de luz llamadas fotones.

Cuando los fotones golpean el panel, transfieren su energía a él. 

Esta energía llega a partículas en el panel llamadas electrones

La energía agregada “excita” a los electrones y les permite moverse

Se desplazan hacia una tira de metal llamada electrodo, lo que provoca una corriente eléctrica

Luego, la corriente fluye fuera del panel solar y hacia lo que esté conectado a él. 

Esperamos que este paso a paso sobre las instancias que dan funcionamiento al panel solar ayude a hacer más cercana a esta fuente limpia y renovable de energía, una opción que poco a poco se hace más presente en nuestro día a día.

Considerando que producir electricidad es la actividad que más contribuye al calentamiento global, ir dejando de lado los fósiles (gas, petróleo y carbón) es clave para reducir emisiones y frenar el cambio climático. 

¿De qué están hechos los paneles solares?

La pieza básica de un panel es la célula solar, que está compuesta por dos láminas delgadas de silicio. El silicio es un material al que se llega mezclando vidrio y arena (conocido también por ser usado para chips de computadora). Ambas capas se tratan químicamente para darles diferentes propiedades eléctricas, y es entonces cuando se genera la magia.

Si observas de cerca una célula solar verás los electrodos -que son las líneas delgadas de color blanco que atraviesan la superficie-. Esas tiras de metal son las que recogen la electricidad producida en la célula. En la parte trasera de la célula hay una lámina delgada de metal que realiza la misma función, pero esta puede ser sólida porque no necesita dejar pasar la luz.

Una técnica inspecciona nuevos componentes de paneles solares en una fábrica. © Paul Langrock / Zenit / Greenpeace

Un panel solar estándar como el que usarías en el techo de tu casa está compuesto por alrededor de 60 células solares conectadas en serie y cubiertas por un vidrio antireflectante, con un marco de metal alrededor.

Cada panel también tiene un dispositivo llamado caja de conexiones montado en la parte trasera, que funciona como una especie de puerta eléctrica, asegurando que la electricidad no pueda fluir de vuelta hacia el panel cuando no está produciendo energía.

¿Pueden los paneles solares almacenar energía?

Los paneles solares se pueden combinar con baterías para almacenar la electricidad que producen. Así podrías utilizar la energía almacenada durante el día para ver televisión por la noche o cocinar la cena.

Incluso algunos sistemas te permiten utilizar un automóvil eléctrico como una batería doméstica que se carga con tus paneles solares y puede alimentar otros electrodomésticos en la casa.