© Eduardo Bodiño

¿Qué tienen en común los Esteros del Iberá y la Bahía de Samborombón en Argentina; el Salar de Surire y el Estuario de Lenga en Chile y  la laguna de la Cocha y la estrella fluvial del Inírida en Colombia? La respuesta es simple: son todos humedales, ambientes llenos de vida que nacen donde la tierra y el agua se encuentran.

Hasta hace poco, los humedales no eran muy mencionados en la agenda de los medios. Para cuando llegaron a ser noticia lo hicieron por ser el blanco de incendios intencionados o protagonistas de inundaciones en los barrios que se construyen sobre ellos, y no mucho más.  

Por eso, en esta nota queremos que veas imágenes de los humedales en todo su esplendor. Porque estas tierras, que se inundan de manera intermitente o permanente, son un espectáculo silvestre maravilloso que debemos conocer y cuidar cada vez más. 

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Humedales: una gran esponja que cuida el agua de todos

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Los humedales están conectados con otros ambientes acuáticos. Esto les da un dinamismo particular que les permite tener una función de esponja, desacelerando el flujo del agua y regulando las inundaciones y las sequías. 

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Cuando hablamos de defender a estos ecosistemas lo decimos no solo para preservar el hogar de cientos de especies animales y vegetales sino también porque de su existencia depende la calidad de vida de todos los seres que habitamos el planeta.

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Son tan importante porque cumplen todas estas funciones:

  • Abastecen de agua dulce
  • Controlan las crecidas y recargan aguas subterráneas 
  • Estabilizan las costas y protegen a las comunidades de las catástrofes  
  • Retienen y exportan sedimentos y nutrientes 
  • Absorben contaminantes y depuran las aguas 

Y añadimos otro dato importante: los humedales regulan el clima y almacenan el doble de CO2 que todos los bosques del planeta.

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Sin embargo, no queremos que la supervivencia de este ambiente dependa solo de lo que llaman “servicios ambientales” porque debemos de dejar de pensar a la naturaleza como un reservorio de recursos a disposición de la humanidad. 

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Por el contrario, el mundo natural y las personas no estamos separados. Por eso, cuando pienses en humedales esperamos que recuerdes estas fotos en las estas superficies cubiertas de aguas, dulces o saladas, nos devuelven la esperanza por otro mundo posible: el de la conservación y la regeneración para crear un futuro sustentable