Los incendios están consumiendo 3 de los biomas emblemáticos de Brasil: la Amazonía, el Pantanal y el Cerrado. Y lo hacen a un ritmo voraz. Al cerrar agosto, los datos muestran un dramático y preocupante aumento de los focos en comparación con el mismo período de 2023.  

Mato Grosso do Sul, en la parte sur del Pantanal. Impactos de los incendios que devastan el bioma en su biodiversidad y en la vida de las personas.

Estos son los datos oficiales que difundió el Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe):

La temporada de mayor riesgo de incendios en el Pantanal se inicia en julio. Sin embargo, este año en junio el fuego ya había comenzado en lo que es el mayor humedal tropical del mundo y un foco central de biodiversidad.

Tal escenario presagió un panorama que terminó por cumplirse: el Pantanal tuvo un aumento del 3.910% en los incendios en comparación con agosto del año pasado. Todavía queda septiembre por delante y, con la grave situación que se vive, puede llegar a superarse la marca del peor año (2020), cuando los focos alcanzaron la marca de 5.935.

Los números para la Amazonía también son desoladores con los peores índices desde 2005. Así, 2024 se consagró con el triste récord de tener el mayor número de focos acumulados en el período de enero a agosto en lo que va del nuevo siglo (en total, 63.189.) 

En particular, durante el mes pasado, el número total de focos de fuego alcanzó los 38.266, lo que representa un aumento del 120% en comparación con el mismo período en 2023.

En tanto, el Cerrado registró un aumento del 171% en los focos de incendio durante agosto. Estamos hablando de una región de sabana arbolada que ocupa 20% de Brasil, alberga casi el 5 % de la biodiversidad mundial y es uno de los sumideros de carbono más importantes del planeta.

Incendios intencionales

Según explicó Thais Bannwart, portavoz de Greenpeace Brasil, El fuego que vemos consumiendo el país y afectando nuestra salud es iniciado por la acción humana y, en las circunstancias en las que vivimos, con eventos climáticos extremos, parece haberse convertido en una estrategia barata de destrucción de la naturaleza que sigue impune. Los responsables deben ser identificados y debidamente castigados, y debe exigirse que no puedan acceder a financiamiento en bancos y reguladores”.

En este escenario angustiante, la impunidad es la gasolina que alimenta toda esta destrucción, y corresponde a las autoridades dar una respuesta rápida: investigación y responsabilización por los incendios criminales, además de una fuerte actuación en la prevención y estrategias de adaptación a la realidad de eventos extremos.

El cambio climático hizo más probable la catástrofe en el Pantanal

“El cambio climático generado por el humano hizo que las condiciones favorables para los incendios –como el calor, la sequedad y el viento– se intensificaran en un 40%”, determinó un estudio realizado por World Weather Atribution (WWA), una organización de científicos que busca responder a la pregunta de cuál es la influencia que ha tenido el cambio climático una vez sucede un fenómeno climático extremo. 

Es decir que el calentamiento global -generado por la acumulación de emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera- hizo que las probabilidades de que el fuego se propague con mayor facilidad en el Pantanal sea entre cuatro y cinco veces mayor y tenga un impacto tres veces peor. Incluso, puede hacer que incendios de esta magnitud se sucedan cada 35 años, advirtió el informe. 

Mientras tanto, las consecuencias no respetan fronteras. Además de dañar a las personas que viven cerca, el humo de los incendios de la Amazonía y el Pantanal viajó a regiones distantes. 

En una tragedia que no da tregua, hay que sumar que en San Pablo hay 25 ciudades con focos de incendio activos, en lo que fue el peor mes de agosto desde el inicio de las mediciones del Inpe, en 1998, registrando 3.612 focos de calor. Algo nunca antes visto.