El equipo de voluntariado de Greenpeace Colombia tuvo oportunidad de conocer el barco más antiguo de la organización, el Arctic Sunrise, que visitó nuestro país con motivo de la expedición por el Pacífico Colombiano. 

© Martín Katz /Greenpeace
© Martín Katz /Greenpeace

Luego de vivir este buen momento a bordo, las protagonistas cuentan en primera persona cómo fue la experiencia:

“Tuve la oportunidad de viajar hasta el puerto de Buenaventura, un recorrido que no me habría imaginado ni en mis pensamientos más locos, y pisar el emblemático Arctic Sunrise para cumplir por un día estos sueños.

El día empezó muy temprano en la madrugada, tenía que reunirme en el aeropuerto a las 7 AM con mis compañeres de viaje, pues fuimos 6 quienes tuvimos la fortuna de emprender esta corta pero sustanciosa travesía. 

Luego de un viaje por aire y por tierra de unas 5 horas en total, llegamos a nuestro anhelado destino. Ver de primera mano el Arctic Sunrise, atracado en el puerto más importante de Colombia nos dió una felicidad y un sentimiento de convicción de que este era solo el comienzo de meses de navegación que aún tiene por delante la tripulación. Un viaje que estará lleno de descubrimientos y conocimientos para presionar al país hacia una firma del Tratado Global de Plásticos”.

“Al ingresar al puerto llega este mágico momento de ver al barco de color verde con sus letras Greenpeace y su tripulación. Miro al cielo con los ojos aguados y digo gracias a Dios por esta vivencia tan especial. Cuando observo a mis compañeros, los veo igual de emocionados que yo. Abrazos van, abrazos vienen y al ingresar al barco siempre la mayor hospitalidad de las personas. 

Nos llevaron por un tour para mostrarnos absolutamente todo del barco: cabina de mando, cabinas de descanso, cocina, el taller donde pintamos una pancarta  con nuestros compañeros para la campaña Plásticos en el Pacífico

Hoy más que nunca siento que lo que haces con amor, el Universo te lo devuelve multiplicado. Agradezco a Greenpeace por esta oportunidad tan hermosa que nos permite vivir a los voluntarios y me siento privilegiada de formar parte de una organización que lucha por tener un planeta mejor”.

“Durante las horas en que pude conocer ese grandioso barco, se me pasó por la mente la cantidad de tripulación, ambientalistas, lugares, campañas por las que ha luchado. 
Con mucha nostalgia pero más alegría, emoción y admiración, traté de recorrer gran parte de los espacios sintiéndome orgullosa de esto, de la organización, de que cada granito y cada pequeña acción sí cuentan. Porque cada esfuerzo desde Greenpeace Colombia ha valido la pena, para que uno de estos emblemáticos barcos se encuentre ahora en nuestro país llevando un mensaje tan relevante por todo el mundo.

Me fui con una mezcla de emociones y encantada con todo lo que vi y aprendí: las charlas del funcionamiento general del Arctic, el compartir con algunas personas de la tripulación, cada espacio mágico del barco y la función que cumplen; por todo lado, el tiempo hasta para hacer un banner de la campaña, etc. Para luego finalizar el día con un lindo atardecer en el Pacífico y dejando un recuerdo de nuestro país en la entrada al barco”.

Atardecer en el Arctic Sunrise, Pacífico Colombiano.
Atardecer en el Arctic Sunrise, Pacífico Colombiano.

“Lo más significativo de esta experiencia fue el tiempo compartido con la tripulación. Escuchar de primera mano qué significa para ellos estar allí y cargar con la responsabilidad diaria de su labor en una dinámica como esa, reforzó mi sentido de pertenencia a una gran familia llamada Greenpeace. Una familia que no solo tiene voz en Colombia, sino en numerosos países alrededor del mundo.

Es emocionante saber que hay personas como nosotros, preocupadas por el medio ambiente y por el legado que dejaremos a las generaciones futuras, esparcidas por todo el mundo. Experiencias como esta motivan tanto a los voluntarios como a las personas comunes a tomar acciones concretas. Nos recuerdan que los problemas que enfrenta nuestra sociedad son serios, pero que, con unión, aceptación, comprensión y diálogo, podemos encontrar soluciones que beneficien a todos, incluyendo a las especies y ecosistemas con los que compartimos este hermoso planeta”.

Jennifer en la cocina del Arctic Sunrise. © Diana Rey Melo /Greenpeace

Jennifer Alejandra Romero Díaz es bogotana santafereña del 89, enamorada de su ciudad. Tecnóloga mecatrónica con experiencia en el sector médico e industrial, cumplió el rol de asistente de cocina durante la expedición del Arctic Sunrise.

“Llegué a la organización por un llamado de mi hermana, con el fin de apoyar la defensa de los derechos y la vida de los hijos de una activista en Honduras. He aprendido con Greenpeace sobre el enfrentamiento pacífico, el trabajo en equipo, aceptar decisiones, ser constante y que hasta cierto punto todo es posible”.

Jennifer partcipó en las campañas para poner fin al Asbesto, en la campaña “No más plásticos de un solo uso” , como apoyo logístico para la campaña Reiniciar y cambio climático y apoyó en las actividades básicas e iniciales para la hazaña de tener en puerto colombiano al Arctic Sunrise. “Me embarcaré por dos semanas en este hermoso barco, con toooda la gratitud en mi, la energía y voluntad de aportar desde la cocina y en las tareas que me permitan participar”.

En este video nos cuenta cómo vivió el viaje:

Camila en la Isla de Malpelo © Diana Rey Melo /Greenpeace

Camila Briñez tiene 33 y es bogotana. Es ingeniera civil y se sumó a la expedición del Arctic Sunrise en Colombia con el rol de marinera de cubierta.

“Me uní a Greenpeace en 2016 porque sentí la necesidad de hacer algo por la protección del medio ambiente. Desde entonces, ha sido un camino de aprendizaje constante en el cual he sido coordinadora de logística y comunicaciones del voluntariado. Trabajé para la organización durante un mes en 2019, liderando la participación del voluntariado en la marcha por el clima y una actividad realizada con las comunidades indígenas de Leticia – Amazonas para exigir que se detengan los incendios forestales en este ecosistema. También tuve la oportunidad en 2018 de viajar a Buenos Aires, Argentina para aprender sobre scouting. Durante estos años, he recibido capacitación sobre activismo, liderazgo, acción directa no violenta, eco-feminismo y contra publicidad”.

“Unirme a esta expedición que exige la conservación del pacífico colombiano es más que un sueño hecho realidad para mí. Esta experiencia representa una oportunidad invaluable para seguir contribuyendo, desde lo que puedo aportar, a la protección de la biodiversidad de nuestro país. Estoy muy emocionada por lo que está por venir y por continuar siendo parte de esta causa verde”.

© Martín Katz / Greenpeace
© Martín Katz /Greenpeace
© Martín Katz /Greenpeace

Como organización agradecemos el aporte de cada integrante del voluntariado en Colombia y nos llena de alegría poder generar experiencias tan valoradas por quienes forman parte de nuestra comunidad. 

En Greenpeace nos enorgullece contar con personas voluntarias de todo el mundo que ponen su compromiso en defensa del planeta, y más alegría nos brinda comprender que el corazón de las personas que forman parte de toda nuestra organización late en un mismo sentimiento de comunión y amor por la causa ambiental.

Si compartes este sentimiento, te invitamos a unirte. Envía un mensaje a [email protected] para ser invitado a la próxima reunión de recepción de ingresantes.

Voluntarios y voluntarias
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