La Moraleja deforestó 3.000 hectáreas en forma ilegal entre 2010 y 2014, justamente en bosques nativos protegidos por la Ley de Bosques de Argentina, en los cuales estaba prohibido desmontar.

Estos bosques nativos están cerca del Parque Nacional El Rey y la Reserva Nacional Pizarro, en un área de transición entre el Bosque Chaqueño y la Selva de Yungas. Es un área considerada de Alto Valor de Conservación. Deforestar allí no solo era ilegal, era una completa destrucción de la biodiversidad de la zona.

No somos la única organización que sostiene que Sprite y su proveedor no tienen prácticas sustentables. En noviembre de 2017, La Moraleja S.A. perdió su certificación de producción sostenible de Rainforest Alliance (una de las más importantes certificadoras ambientales del mundo), debido a haber deforestado bosques nativos de Alto Valor de Conservación.

Tener una política de sustentabilidad, como en el caso de The Coca-Cola Company, y comprarle a empresas vinculadas con la deforestación ilegal es incoherente.

A comienzos de 2018, la resolución 56/2018 del Ministerio de Ambiente de la Nación argentina, publicada el 24 de enero en el Boletín Oficial, respaldó el principio de no regresión ambiental garantizado por la Constitución Nacional del país. Además, declaró ilegales los 32 permisos otorgados para deforestar en áreas protegidas (entre ellos a La Moraleja S.A.) que abarcaban 150.000 hectáreas. Y finalmente, instó a la provincia de Salta a suspender su ejecución y reforestar las áreas desmontadas.