Como una actitud soberbia que deja en evidencia la nula autocrítica del sector calificó Greenpeace las declaraciones del presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, Drago Covacich, quien criticó las opiniones vertidas por el reconocido ambientalista internacional, Casson Trenor, quien visitó la región en los últimos días y expuso los peligros de la expansión de la industria del salmón en los mares de la Patagonia.

El señor Covacich ha dicho que las opiniones del ambientalista son un desprestigio para un sector económico de la región. Nada más alejado de la realidad, ya que se trata simplemente de una advertencia responsable respecto de los severos impactos que la industria salmonera puede tener en Magallanes. Precisamente porque queremos que Magallanes no sufra lo que han vivido otras zonas de Chile con la salmonicultura es que resulta necesario y responsables que se expongan estos peligros. Lo irresponsable sería ocultarlos, como lo está haciendo el señor Covacich”, señaló Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace.

Desde la ONG ambientalista agregaron: “El presidente de los salmoneros de Magallanes, de manera insólita, ha dicho que se le está haciendo un daño gratuito a su industria, la cual estaría trabajando para hacer las cosas bien y para conseguir el máximo cuidado medioambiental. Parece que el señor Covacich no se ha enterado que la industria salmonera ha tenido un barco hundido por meses en Chiloé, que el uso de antibióticos en los salmones chilenos superan en más de 36.000% a la cantidad utilizada en Noruega, que más de la mitad de los centros salmoneros que hoy operan en Magallanes han reportado tener falta total de oxígeno y que hace unas semanas se escaparon en Los Lagos casi 700.000 salmones, los que equivalen a una plaga de 140 millones de ratones. Si esa es la forma en que están trabajando para hacer las cosas bien, mejor no imaginar si las hicieran mal”.

Por último, Greenpeace llamó a la opinión pública de Magallanes a no dejarse confundir con estas declaraciones de los salmoneros, quienes, a juicio de la ONG, pretenden desviar la atención y no poner foco en que los severos impactos que la actividad ha tenido en amplias zonas de Los Lagos y Aysén y que podrían replicarse en Magallanes.

Freno a la expansión salmonera 

Ya hay más de 1.300 proyectos salmoneros aprobados entre las regiones de Los Lagos y Magallanes ¡y van por más!

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