Greenpeace destaca la ratificación del Tratado de los Océanos a nivel mundial y hace un llamado a preocuparse por la gestión local y  la protección de los mares en la Patagonia Chilena. 

8 de junio de 2024. La celebración del Día Mundial de los Océanos se constituye como un evento a nivel internacional cuya finalidad es hacer conciencia sobre las problemáticas que afectan a los mares y sus ecosistemas. Es en esta conmemoración donde la organización ambientalista, Greenpeace, señala el claroscuro de la situación de nuestro país, en esta materia. 

A nivel internacional, destacan la gestión del Estado como uno de los primeros países del mundo en aprobar el Tratado Global de los Océanos, que busca proteger el 30% de las aguas internacionales para el año 2030.  Esto incluye la creación de áreas marinas protegidas en alta mar, la promoción del uso sostenible de los recursos genéticos marinos, la evaluación de los impactos ambientales y el aseguramiento de un reparto equitativo de los beneficios, de modo que también se favorezca a los países en desarrollo.

Estefanía González, subdirectora de campañas de Greenpeace Chile, durante las negociaciones del Tratado Global de los Océanos en la ONU. © Stephanie Keith  Greenpeace

Sin embargo, en la gestión local, Greenpeace hace un llamado, a través de impactantes fotografías, a reconocer los impactos de la salmonicultura sobre los ecosistemas marinos de la Patagonia de nuestro país.

Impactos de la Salmonicultura en mares chilenos

1. Opera en zonas de alto valor ecológico: En Chile vive el 46% de los cetáceos del mundo y nuestra Patagonia alberga el 34% de ellos. Esto nos dota de ecosistemas con una biodiversidad significativa y de paisajes hermosos reconocidos a nivel mundial. Pese a su enorme valor, esta zona se encuentra amenazada por el avance de la salmonicultura.

La Patagonia norte chilena es la zona de alimentación más importante de la Ballena Azul del Pacífico Sur Oriental, una especie considerada en peligro de extinción. © Cristina Harboe Greenpeace

2. Contaminación del fondo marino: por el constante abandono de basura y desechos plásticos en los fiordos y canales patagónicos, además de la contaminación por fecas y alimento no consumido por los salmones. 

Estructuras abandonadas por las salmoneras se entremezclan con la biodiversidad del fondo marino en el Archipiélago de las Guaitecas en la Región de Aysén. © Eduardo Sorensen Greenpeace 

3. Generación de condiciones anaerobia: se trata de la pérdida parcial o total de oxígeno en el mar, lo que se ha detectado que ocurre en el 50% de las concesiones de salmonicultura en operación en la Región de Magallanes. Esto afecta directamente las condiciones de vida de las especies que lo habitan.

La pérdida parcial o total de oxígeno como consecuencia del cultivo de salmones afecta las condiciones de vida de toda la biodiversidad marina. © Martin Katz Greenpeace

4. 1.389 concesiones otorgadas en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes: Alrededor del 30% de las concesiones otorgadas en estas tres regiones se ubican dentro de áreas protegidas y de las que se encuentran en trámite, el 45% pretenden también instalarse dentro de estas áreas. La mayoría de las concesiones otorgadas se ubican en la región de Aysén, con más de 700 y existen otras 158 en trámite, donde la mayoría pretende instalarse en la región de Magallanes.

Jaula salmonera de una de las más de 700 concesiones otorgadas en la región de Aysén. © Matias Romagosa Greenpeace

5. Basura plástica en la superficie: Los desechos de la producción de la industria de la salmonicultura en la superficie son evidentes. Sacos de comida de salmones, cuerdas, tuberías plásticas y jaulas de cultivo de salmones abandonadas, son algunas de las basuras que intervienen en el desarrollo de la biodiversidad de las especies de la zona.

Abandono de basura y demás desechos contaminantes de la industria salmonera en la Reserva Nacional Kawésqar. © Cristóbal Olivares Greenpeace

Freno a la expansión salmonera 

Ya hay más de 1.300 proyectos salmoneros aprobados entre las regiones de Los Lagos y Magallanes ¡y van por más!

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