“En solo un mes se destruyó una superficie equivalente a 11 Parques Nacionales Torres del Paine. La situación continúa siendo alarmante y es tarea del gobierno de Brasil poner todos los esfuerzos a disposición de la Amazonía, sus comunidades y las especies que lo habitan”, dijo Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Andino.
Y agregó: “Las cifras confirman la magnitud de la catástrofe. Mientras que las versiones periodísticas hablaban de 700.000 hectáreas, las cifras oficiales se han más que triplicado”.
Los informes aclaran que, durante agosto pasado, en la Amazonía se quemó cuatro veces más de superficie que en agosto de 2018. “Es uno de los peores incendios forestales del último tiempo, una tragedia que no podemos permitirnos en medio de una crisis climática a nivel global. En este contexto, existe una enorme responsabilidad de las empresas empeñadas en avanzar la frontera agropecuaria y de la soya”, alertó Giardini.
Según datos del INPE, solo durante agosto hubo 30.900 focos, casi el triple de los registrados en igual mes del 2018.
