Todas las personas somos protagonistas de la lucha frente al cambio climático. Sin embargo, circulan varios mitos sobre cómo es participar de una causa ambiental que terminan siendo un obstáculo para que más personas se involucren

Si bien es cierto que desde Greenpeace estamos siempre trabajando para hacer de la comunidad activista un lugar seguro y acogedor, las ideas erradas sobre cómo es luchar por nuestro planeta que circulan suelen desalentar la participación. 

Por eso, a continuación derribamos ciertos preconceptos sobre el activismo para que te animes a pasar a la acción 🌎💪.  

> No es necesario que sepas todo sobre medio ambiente

Para ser activista no hace falta tener un conocimiento absoluto sobre cambio climático o políticas ambientales. Tampoco se necesita tener conocimiento técnico. Basta con que tengas ganas de aprender, de defender a la naturaleza y de sumar para lograr justicia climática y social. Si esto te describe, tenemos una buena noticia: ¡estás en el lugar indicado! 

> No es sólo para personas súper valientes  

El estereotipo del activista suele ser el de alguien que no siente miedo, que es aguerrido y arriesgado. Pero esto no es tan así. Desde ya, se requiere coraje para defender aquello en lo que se cree pero eso no significa que no sientas nervios

Un grupo de activistas de Greenpeace se presentó en la Maratón de Santiago de Chile para denunciar el avance de la industria salmonera en la Reserva Nacional Kawésqar en la Patagonia chilena.
Un grupo de activistas de Greenpeace se presentó en la Maratón de Santiago para denunciar el avance de la industria salmonera en la Reserva Nacional Kawésqar en la Patagonia chilena. © Cristobal Olivares / Greenpeace

A todos y todas nos inquieta movilizarnos y poner el cuerpo por las causas en las que creemos. Ante las dudas y miedos que puedan surgir la mejor herramienta es unirnos a nuestro grupo y brindarnos apoyo mutuo

Además, hay que remarcar que ser parte de un equipo que se manifiesta y toma acciones directas no violentas puede ser muy empoderador 🙂.

> No hace falta un entrenamiento físico intenso

Otra idea que suele haber sobre los activistas es que son súper intrépidos y que están siempre corriendo, escalando o navegando. Esto tampoco es tan así: mucho de lo que se hace no requiere esfuerzos físicos.

Son muchas las formas de ser activista: hablar en público, ocupar lugares de interés, cuidar a compañeros y compañeras, etc. Cada persona aporta sus destrezas y habilidades a la lucha, sean físicas o intelectuales, la verdad es que todas son importantes y necesarias. 

> No estás solo/a. Hay equipo y capacitación

Aunque el activismo contempla ciertos riesgos calculados, la seguridad y el bienestar de los y las activistas son una prioridad para Greenpeace. Si eres parte de nuestro equipo serás siempre instruido y entrenado con rigurosidad, además de que nuestro equipo legal te acompañarán a cada paso que des. 

Voluntarias

Sumado a tu grupo de trabajo más inmediato, hay una comunidad activista amigable y organizada a tu disposición.

> El activismo cambia al mundo

La protesta pacífica no es la única manera de luchar por la causa en la que crees pero sí es una herramienta poderosa que ya comprobó su eficacia para cambiar el mundo. 

Gracias al activismo, se han ganado derechos que hoy hacen nuestra vida mejor. Los movimientos de resistencia han escrito gran  parte de la historia moderna y desde Greenpeace nos enorgullecemos de haber ayudado a lograr muchas de esas victorias. 

Súmate a Greenpeace

¡Súmate y ayúdanos a seguir luchando por el cuidado de nuestro planeta!

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