Huelga por el Clima en Bangkok. © Chanklang Kanthong / Greenpeace  

En esta nota queremos que nos acompañes a viajar en el tiempo: vamos directo hacia el futuro hasta llegar al año 2032. Para entonces, lo que parecía imposible ahora se ha vuelto realidad. El planeta pasó por la transformación social, económica y cultural más extraordinaria. Ahora contanos: ¿Cómo crees que sería ese cambio? ¿Qué es lo que visualizas? 

Te apostamos que si fuera por lo que la industria del entretenimiento (del cine y las series) nos venden, lo primero que imaginaríamos serían escenarios apocalípticos. Para esta narrativa lo único que nos espera son ciudades en ruinas, plagas, poblaciones sin agua, sin alimento y en guerra. 

Aún cuando la ficción propone un porvenir con grandes avances tecnológicos, resulta que esta herramienta se vuelve en nuestra contra. Así son cientos las historias sobre celulares, cámaras e inteligencia artificial que terminan usándose para hiper vigilarnos y hacer nuestras vidas más tristes y monótonas (basta pensar en la serie Black Mirror.) 

En cambio te proponemos corrernos de lo que otros dicen que pasará y poner en acción tu propio optimismo. Si se realizara el deseo de una nueva sociedad que privilegie la vida de sus habitantes (humanos y no humanos) antes que al crecimiento económico y las finanzas, ¿cómo se vería? 

Comunidades del Archipiélago Bailique (Amapá, Brasil) recibieron freezers que funcionan a energía solar de parte de Greenpeace Brasil. © Diego Baravelli / Greenpeace

Para empezar, y aunque en ese futuro deseable aún habría que vivir los impactos del cambio climático, seríamos más resilientes gracias a haber optado por una economía verde inclusiva, equitativa y socialmente justa

¿Qué y cómo producirían las industrias? ¿Qué tipo de trabajos existirían? ¿Las ciudades serían más caminables, con aire más limpio y más espacios con naturaleza recuperada? ¿Qué energía usaríamos y cómo serían producidos los alimentos? ¿Qué tipo de educación se daría a las personas? 

Sabemos que pensar en positivo puede parecer ingenuo, pero no lo es. Necesitamos vislumbrar un futuro esperanzador para empezar hoy mismo a crearlo. Y tenemos que hacerlo enfrentándonos al aluvión de noticias desmoralizantes y la narrativa hollywoodense, lo que dificulta más las cosas. 

  Activistas de Greenpeace con miembros de ONGs de Sudamérica preparados para protestar pacíficamente en Chorillos, Lima (Perú). © Greenpeace / Eva Petschull 

Debemos recordarnos que esta lucha aún no está definida y estamos a tiempo de cambiar el resultado. Para poder revertir este pesimismo que parece dominar al pensar en las próximas décadas, el ejercicio de imaginar otra realidad posible es un gran primer paso. Como suele decirse si puedes creerlo, puedes crearlo. 

El futuro Imposible puso en imágenes esa nueva forma de vivir en la que creemos, mira: 

En la misma línea, la Campaña Futuros Alternativos de Greenpeace busca ampliar las conversaciones y plataformas, compartiendo soluciones y trabajando para construir una visión en la que el planeta se priorice ante el crecimiento infinito de la economía.

El programa de esta campaña desafía la idea de que hay un solo modelo económico que todos los países deben seguir. A la vez, busca escuchar y aprender de las muchas soluciones existentes que ya están en práctica. Otra buena forma de abrir el panorama y ver el vaso medio lleno.

Por último, vale sumar a esta reflexión el término africano Ubuntu, que significa “Soy porque nosotros somos” y que refiere a la creencia de que existe un lazo universal que conecta a toda la humanidad. Siguiendo este hermoso concepto, compartamos, aprendamos y pensemos qué tipo de futuro podemos crear para poder prosperar en armonía con la naturaleza. Te leemos en los comentarios.

Compartimos la nota que sirvió de disparador de este tema