No existe ningún país que se salve de los incendios forestales. Anticipándonos al inicio de las altas temperaturas del verano en nuestro hemisferio, renovamos los consejos para cuidar los bosques de las llamas.

Cuando de fuego se trata, vivimos un inicio de año muy triste en Chile. Comenzamos 2023 con uno de los peores incendios de la última década.

Y eso ya es mucho  decir  porque venimos de 10 años en que los incendios no han dejado de aumentar. Tanta destrucción se origina en 90% de los casos por la mano del hombre, sea por prácticas voluntarias como involuntarias. Así las cosas, entre 1985 y 2018, hubo 22 megaincendios que han dejado 543.000 hectáreas quemadas. 

Para agravar la situación, continuamos atravesando el periodo de sequía más extensa al menos un siglo.

Es decir, estamos frente a un problema de magnitud que se repite una y otra vez. Hay que insistir para crear conciencia y saber cómo ayudar a prevenir esa chispa que precede al desastre.

Así puedes prevenir los incendios forestales:

  1. No fumar en el bosque ni arrojar cigarrillos fuera del coche. Una sola colilla encendida puede provocar un incendio que, en condiciones secas, se propaga con rapidez. 
  2. Hacer fogatas sólo en áreas autorizadas. Al apagarlas, hay que dejar que las cenizas se enfríen completamente o apagarlas con agua antes de eliminarlas. Y nunca hay que dejar la parrilla desatendida. 
  3. En épocas secas y con riesgo de incendios forestales no iniciar ningún fuego, aunque no esté expresamente prohibido.
  4. No utilizar velas, antorchas o faroles.
  5. Estacionar sólo en zonas que estén indicadas para eso. Los gases calientes del escape y los convertidores catalíticos pueden encender la hierba seca.

Desde la base: un paso más para prevenir los incendios forestales

Hasta aquí, consejos básicos que toda persona debe tener presentes. Pero los gobiernos y las empresas deben hacer su parte e ir un poco más a fondo. ¿Cómo? 

Fomentar una silvicultura responsable.

Los bosques de coníferas jóvenes y escasos, formados por abetos o pinos, corren especial peligro de sufrir incendios forestales. Sabiendo esto, deben regenerarse los bosques caducifolios naturales con especies nativas y variadas. 

Reducir el consumo de carne. 

Considerando que para producir más carne se talan y queman bosques para convertirlos en campos de pastoreo para ganado, elegir comer menos es una forma de desincentivar este comercio. 
La Ley de la Unión Europea para la protección forestal mundial es un paso adelante en este sentido.

Proteger el clima.

Seguir luchando para reducir las emisiones contaminantes que generan cambio climático es siempre la mejor opción. En un planeta equilibrado los eventos climáticos extremos disminuyen su frecuencia. Es decir, que con menos sequías y menos olas de calor, los incendios se vuelven más controlables.

Prepararnos para escenarios cada vez más complejos.

Los gobiernos deben aumentar la cantidad de brigadistas, mejorar sus condiciones laborales y la infraestructura para controlar y combatir los incendios, y asegurar la regeneración de los bosques arrasados por el fuego. 

Como se ve, es mucho lo que está en nuestras manos. Tanto para hacer directamente, como para exigir a quienes tienen un poder de decisión más alto. Es tiempo de entrar en acción para proteger a los pulmones verdes que nos quedan 🌳🌴🌳.