En el Día Mundial del Agua, la organización ecologista recordó la importancia del cuidado del agua en el actual contexto de crisis climática y sanitaria y advirtió que la protección de los océanos, humedales y glaciares, es una prioridad ineludible para enfrentar el calentamiento global y garantizar su disponibilidad.

El consumo de agua continúa aumentando año a año, al mismo tiempo que la inequidad de la distribución pone en riesgo a poblaciones enteras.

“Mientras tres de cada diez personas en el mundo no tienen acceso a agua potable, el cambio climático y los efectos de las industrias extractivas ponen el riesgo su disponibilidad”, señaló Luisina Vueso, coordinadora de la Campaña de Océanos de Greenpeace.

Argentina también enfrenta efectos del cambio climático que afectan la provisión de agua; en zonas como San Juan, donde los caudales de ríos se ven reducidos por la disminución de las nevadas; o en Mendoza por la reducción de los periodos de lluvia y el aumento de temperatura.

“Este no es un proceso irreversible. Aún estamos a tiempo de valorar la importancia de los recursos hídricos, de frenar el cambio climático y atender sus impactos. Pero debemos modificar en forma urgente el modo de relacionarnos con nuestro planeta. Detener el aumento de la temperatura planetaria es sólo posible con la transformación en el modo en que producimos energía y alimentos; y un freno radical en la destrucción de los océanos y los bosques”, agregó Vueso.

De acuerdo a datos de la NASA, los océanos desempeñan un rol fundamental en el ciclo vital del agua. Los océanos contiene el 97% del agua total del planeta; el 78% de las precipitaciones mundiales se producen sobre ellos, y es la fuente del 86% de la evaporación mundial. La condensación del vapor de agua libera calor latente y esto impulsa gran parte de la circulación atmosférica en los trópicos. Esta liberación de calor latente es una parte importante del balance térmico de la Tierra, y acopla los ciclos de energía y agua del planeta.

En nuestro país, la búsqueda de petróleo y la pesca indiscriminada está poniendo en peligro los ecosistemas marinos. El Mar Argentino está al borde del colapso, más de 500 barcos pesqueros saquean anualmente nuestros recursos. Al mismo tiempo, los bombardeos acústicos que utiliza la industria para buscar petróleo en el fondo marino atentan contra la fauna y la salud de los océanos.

Si no preservamos los océanos, perderemos una batalla clave en la lucha contra el cambio climático, ya que almacenan en sus profundidades el carbono capturado de la atmósfera. Sin esto, nuestra atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono y la temperatura del planeta sería tan alta que sería inhabitable.” finalizó Vueso. 

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