Greenpeace colocó esculturas de pingüinos de hielo a metros del Planetario en el barrio de Palermo, en el marco de la campaña por la protección de los océanos, los cuales cumplen un papel fundamental en la mitigación del cambio climático y la conservación de la Antártida. A pocas semanas de que la ONU negocie un Tratado Global por la Protección de los Océanos, la organización ambientalista hace un llamado a los gobiernos del mundo para que en 2030 el 30% de los océanos estén protegidos bajo una red de santuarios, que recuperen la salud del océano y su biodiversidad. © Sebastián Pani / Greenpeace

En una de las semanas más calurosas del verano en Buenos Aires, Greenpeace colocó una llamativa escultura de pingüinos hecha en hielo a metros del Planetario en el barrio de Palermo. La puesta en escena se dió en el marco de la campaña global de la organización ambientalista por la protección de los océanos, los cuales cumplen un papel fundamental en la mitigación del cambio climático y la conservación de la Antártida. 

A punto de culminar una travesía de un año que emprendió el barco Esperanza por todo el Atlántico, de Polo Norte al Polo Sur, hoy Greenpeace es testigo en la Antártida del rápido derretimiento del hielo y las afecciones de los pingüinos por la actividad humana. 

Es por esto que a semanas de las próximas negociaciones en la ONU sobre un Tratado Global por la Protección de los Océanos, la organización ambientalista junto a la comunidad científica hace un llamado a los gobiernos del mundo para que en 2030 el 30% de los océanos estén protegidos bajo una red de santuarios, lo que incluiría una porción del Mar Argentino en alta mar. Según Greenpeace, este tratado recuperaría la salud del océano y su biodiversidad. 

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