Guillermo Reutemann es ingeniero agrónomo e impulsor de yerbales que conviven y crecen junto a árboles, que aportan sombra, nutrientes y mejores condiciones para la producción. Reducción del uso de insumos y mayor sustentabilidad. Agroecología para mercados locales.

Por Darío Aranda
Congreso Latinoamericano de Agroecología. Tres días, cientos de expositores, académicos, organizaciones sociales, productores y trabajos científicos. El tiempo escasea para cada presentación. Sólo quince minutos para cada disertante y una propuesta novedosa: “Implantación de un yerbal con manejo agroforestal (agroecológico)”, a cargo del ingeniero agrónomo Guillermo Reutemann. Se trata, ni más ni menos, que dejar de lado el monocultivo de yerba mate, con desmonte previo mediante “rozado” (sistema tradicional de roza, tumba y quema), y volver al hábitat natural de la especie, con árboles que protegen del sol y las heladas, cubiertas verdes que ayudan a controlar plantas indeseadas, sin uso de agroquímicos y con dos buenas noticias: menores costos de producción y mejor rentabilidad.
Técnico del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones y del Programa de Renovación de Viejos Yerbales (convenio entre el Instituto Nacional de la Yerba Mate –INYM- y el Programa  Cambio Rural II – INTA), trabaja junto a la Cooperativa Agropecuaria e Industrial Yapeyú Limitada, ubicada en el Municipio de Guaraní (Departamento de Oberá). El grupo denominado “Yapeyú” está integrado por nueve productores, pero la cooperativa tiene más de cuarenta socios, entre los cuáles algunos están más avanzados en la producción de yerba junto a árboles.
  -¿Cómo es un yerbal con manejo agroforestal?
-Es un sistema que busca producir yerba mate en un ambiente semejante a su espacio natural (selva), donde convive con otros árboles, sin vientos, donde el suelo está protegido en forma permanente, con cobertura viva y muerta, sin agroquímicos, buscando reducir los costos, mejorar los rendimientos y lograr mayor sustentabilidad. Es agroecología.
  -Suele explicar que se trata de una transición, pasar del yerbal convencional, donde existe sólo un cultivo y a la intemperie, a otro con árboles. ¿Cómo es?
-Cuando comenzamos hace unos diez años (2005) uno de los principales problemas era el deterioro de los suelos. Había que trabajar en su recuperación, tenían un gran problema de erosión hídrica y una degradación de sus fertilidades (física, biológica y química). El otro problema grave era la degradación de las propias plantas, por daños en su estructura (ramas y troncos) debidas a la incidencia del sol, las heladas y el granizo. Implementamos un manejo de cobertura de suelos, con cubiertas y abonos verdes, que es parte de la propuesta agroecológica, con aquellos productores con mayor conciencia y ganas de hacer, porque sabían y saben que no hay salida si no se produce de otra forma. Con esos productores iniciamos hace ya unos nueve años el hacer algo más profundo, que es la reconversión del monocultivo, introduciendo árboles en el yerbal. Es decir, complejizar el agroecosistema, acercarlo al ecosistema local, el monte, la selva.
  -¿Qué ventaja tiene sobre la producción convencional?
-La yerba mate es una especie que no está adaptada al sol directo. Es una especie que evolucionó en el estrato intermedio del bosque nativo, y por lo tanto está adaptada a ese ambiente. Tiene serias dificultades en la estructura de la planta cuando es plantada a cielo abierto. Los plantines se protegen con “ponchos” hechos con materiales como paja, láminas de terciado, tablitas, tacuaras, etc. Pero cuando las plantas crecen, ya no se puede utilizar protecciones de este tipo y las plantas sufren quemaduras por el sol y daños por las heladas (y muchas veces por granizadas). Entonces, con sistemas con árboles apropiados se genera un ambiente mucho mejor. Tiene más protecciones frente al sol y las heladas, y menor estrés por efecto de los vientos, especialmente los cálidos y secos. Se consigue reducir en el agroecosistema, lo que se denomina amplitud térmica. Las temperaturas más cálidas son menores y las más frías son mayores dentro de un yerbal manejado con árboles que en uno a cielo abierto. Está ampliamente demostrado que todos los cultivos tienen aumentos de rendimiento con el uso de cortinas forestales (árboles con diferentes arreglos espaciales rodeando las parcelas de cultivo que los protegen del viento). Sólo con el uso de cortinas ya aumentan los rendimientos, desde los cereales hasta los árboles. Incluso en algunos baja la incidencia de plagas y enfermedades (casos típicos en frutales).
Otro beneficio es que los árboles generan ingresos a medida que van desarrollándose, dando leña, frutas, madera, servicios ambientales, etc. En uno de los ensayos de producción utilizando biofertilizantes enriquecidos con micronutrientes observamos que estaba bajando el rendimiento porque la parcela tenía mucha sombra de araucarias y otras especies. Entonces hicimos un raleo y con la venta de esa madera y la leña (un subproducto) el productor pudo comprar una camioneta pequeña, un utilitario usado. ¡Al contado! Además sigue teniendo la yerba mate (que aumentará su productividad con menos sombra) y muchos otros árboles que han quedado en la parcela. Es una muestra de las ventajas de tener madera en el yerbal. También debemos considerar que está disponible la promoción forestal (Ley 25.080 y su prorroga, Ley 26.432) que otorga un subsidio para forestar tanto con especies exóticas como nativas.
  -¿Cuándo tiempo tarda en crecer el árbol para poder comercializarlo?
-Depende el árbol, de la especie. Las nativas tienen diferentes crecimientos, pero son interesantes porque tienen diferentes formas, comportamientos (fenologías), usos. Con algunas exóticas como el kiri en ocho a diez años se puede tener un crecimiento importante en diámetro y altura de fuste como para poder venderlo, y con buena demanda hoy. Por otro lado, se genera un ambiente de interacción especial con la yerba mate.
-¿Cómo?
-Fauna y suelo interaccionan distinto con árboles en el yerbal. Muchos pájaros son grandes consumidores (controladores) de insectos, como las orugas (marandová; patotera) que se alimentan de las hojas de yerba mate, que es lo que nosotros producimos! También consumen otras especies dañinas como el taladro (kiritó o tigre) que lesiona ramas y troncos, al hacer galerías. Si no tenés árboles dentro del yerbal, estas aves no se detienen ni anidan en esos árboles, por lo que no consumen esos insectos, o lo hacen en menor cantidad. Otra cosa, en el monocultivo de yerba con suelo limpio por el uso de herbicida o rastra de discos, las raíces de la yerba se resienten y lastiman mucho, y las plantas tienen un gasto energético para curarlas que se traduce en pérdida de rendimiento. Con árboles y cubiertas y abonos verdes hay una exploración mayor del perfil de suelo, se aprovechan nutrientes de otra manera, hay reciclaje de nutrientes. Los árboles exploran distintas profundidades del perfil del suelo, absorben nutrientes que fueron lixiviados, lavados por el agua al infiltrar (consideremos que en Misiones llueven 2000 mm por año, y en los últimos dos años fueron más de 3000 mm), y que pasan a formar materia verde (hojas, flores, frutos, ramas, etc.) que al morir caen al suelo y se descomponen superficialmente, liberando esos nutrientes en la zona de raíces de la yerba mate.
  -¿Desventajas?
-Hay muy pocas. Que se trata de manejar un sistema más complejo, y depende de las especies que se siembren y planten. La araucaria por ejemplo tiene un desrame natural, y sus ramas tienen hojas que “pinchan” que pueden molestar al trabajador que cosecha la yerba, pero esto es fácil manejar. No es algo grave. Otro cuestionamiento que se escucha es que con sombra, la hoja de yerba mate es más liviana. Pero como suelo decir, no interesa cuánto pesa cada hoja, sino la cosecha! Y no comparar puntualmente, sino a lo largo de toda la vida productiva de una parcela. Un yerbal con árboles se mantiene sano y productivo mucho más tiempo que uno convencional.
  Productores y rendimientos
 -¿Hay resistencia de productores a adoptar este sistema?
-Hay algunos que son grandes en edad, ellos mismo lo dicen, que son más tradicionalistas, pero van mirando el ejemplo de los vecinos y se animan. Hay que tener presente que por idiosincrasia, por una cuestión cultural, el yerbal tiene que estar pelado, limpio, sin otro cultivo o espontáneas (no las llamo malezas, en todo caso son buenazas, porque su presencia me están indicando errores de manejo y me ayudan a corregirlos). Está muy metido culturalmente que el árbol es un “enemigo”, un obstáculo para producir. Las leyes de colonización de Misiones obligaban a desmontar determinada cantidad de hectáreas por año (que se consideraba una “mejora”) para producir o plantar. El árbol fue considerado entonces por el colono como un obstáculo para producir, por la propia idiosincrasia de la gente, que piensa que todo lo que no sea yerba compite con ella, y por los motivos que dio el propio Estado.
  -¿Los árboles bajan la productividad?
-Hay productores que creen en el mito de que si hay árboles pierde productividad. Que hay competencia. El mismo concepto que con las espontáneas. Pero de a poco avanza otra idea, que es beneficioso, lo noto en las charlas y jornadas donde he participado. Me encuentro con productores que me dicen: “ingeniero, hice lo que usted dijo, puse árboles, tiene que venir a ver”. Se dan cuenta que es una muy buena opción, miran a los vecinos que tienen y van copiando. De hecho, yo aprendí de los productores, y mucho.
  -¿Un yerbal con manejo agroforestal es rentable?
-Sí, por supuesto. Además porque los rendimientos de yerbales tradicionales están en constante declive. Hay que tener en cuenta es que hay yerbales plantados hace 25 o 30 años que daban 12.000 kilos por hectárea y hoy dan 3.000 kilos. Porque sostener la producciones en condiciones adversas es muy difícil, más con precios muy variables. Con un sistema agroecológico, aunque tengas precios bajos, usas pocos insumos y de manera más eficiente. Y tu ingreso resulta, simplificando un poco, de mantener estables tus rendimientos y bajar los costos todo lo posible, considerando el ciclo de vida completo del yerbal.
  -¿Qué extensión tienen las chacras?
-Las chacras en general son unidades de 25 hectáreas o fracciones de 12,5 hectáreas en algunos casos. Con un promedio de siete hectáreas de yerba; con las plantaciones nuevas que aún no están en producción, cerca de nueve hectáreas.
Estamos utilizando parcelas de ensayos, de una hectárea o menores (en el caso de biofertilizantes).

-¿Qué resultados que obtuvieron?
-En el ensayo de biofertilizantes vamos haciendo registro de cosecha y obtuvimos hasta un 39 por ciento de aumento en el rendimiento. Con muy poca inversión.
-¿Qué inversión?
-Para preparar 100 litros de biofertilizante, que se usa al 5 por ciento como máximo, por aplicación, el costo para su elaboración no llegaba a 200 pesos en 2014, un costo bajísimo. Se pueden hacer dos aplicaciones al 3 por ciento, en las brotaciones principales de la yerba (también usamos en té). Es este caso se duplica el costo de aplicación (insumo y jornal ocupados, y amortización de equipos), que se puede realizar con mochila manual, con motomochila o con pulverizadora para tractor. Para los ensayos usamos mochila manual.
  -¿Y cuántos kilos cosechan?
-Cerca de 11.500 kilos por hectárea promediando los tres años del ensayo. Considerando densidades bajas por las fallas de los yerbales viejos. Y el promedio en la zona es de 4.000 kilos por hectárea en la producción convencional. Como los suelos están con cierto grado de degradación, el aporte que hacemos de micronutrientes, y el sistema que usamos para aplicar ayuda muchísimo a metabolizar los nutrientes básicos aplicados al suelo por la fertilización de base. Ahí se nota mucho la diferencia en el salto de rendimiento.
  -¿Comparación de gastos con producción convencional?
-No hemos hecho costos precisos aún. Pero estimamos que es más bajo en estos sistemas. En el convencional hay que calcular no solo los costos de herbicida, sino mano de obra para la aplicación. Y también tener presente que en nuestra propuesta con abonos verdes, hacemos un aporte de nitrógeno que ahorramos de aplicar con fertilización artificial. La acción del herbicida sobre la vegetación espontánea (mal llamadas malezas) produce residuos de baja calidad para aumentar el contenido de materia orgánica del suelo, que es necesaria para que la fertilización pueda ser aprovechada eficientemente por las plantas. Es un círculo vicioso.  Hay que calcular que cada 3.000 kilos de hoja verde, que son 1.000 kilos de canchada, extraen aproximadamente del suelo 25 kilos de nitrógeno, 2 kilos de fósforo, 20 kilos de potasio, 5 kilos de calcio y 4 kilos de magnesio. Para mantener el rendimiento hay que devolver esas cantidades al suelo. Si agregas biofertilizantes y micronutrientes más se potencia el yerbal, la planta “trabaja” diferente (mejora su metabolismo) y produce más. Hay relaciones específicas entre macronutrientes y micronutrientes que son necesarias para que la planta tenga un metabolismo equilibrado. La mejora del metabolismo repercute además en una mejor sanidad. Se favorece un estado de proteosíntesis.
  Pasado y futuro
  -¿Qué lo llevó a trabajar en este tipo de modelo?
-Cuando comenzamos con el grupo de productores había conciencia de la pérdida de suelo, de las consecuencias del uso de venenos, de lo malo del monocultivo. Nos propusimos una transición. Se puede mejorar el sistema de producción sin agrotóxicos. Se está utilizando fertilizantes de base, biofertilizantes, micronutrientes, mejorando el corte. Tenemos aumentos muy interesantes de rendimiento con equilibrio en la nutrición de la planta.
  -¿Cuántas chacras hay con parcelas con manejo agroforestal en yerba mate?
-Difícil saberlo. Hoy debe haber más de 100 parcelas en Misiones con arborización con nativas. Con exóticas hay más aún. El día que muera me gustaría saber que todos los yerbales están bajo  sistemas agroforestales.
  -¿Por qué?
-Porque no hay futuro con yerba sin sombra. Porque es la condición natural en la que la yerba evolucionó, y a la que mejor está adaptada. Además, si hiciéramos un análisis de calidad de la infusión, del producto final, seguro te daría que es superior la que está bajo sombra y sin químicos.
-¿Qué se necesita para más experiencias de este tipo?
-La función, el rol del Estado, todo, Ministerios, Institutos de Investigación, Universidad, etc., que asuman el compromiso de difundir, generar incentivos, investigar, mostrar las ventajas para que otros adopten este modelo. Explicar que vas a producir con menores costos económicos y ambientales, mejores rendimientos y te garantizan un mayor margen aunque el precio no acompañe. Por otro lado, faltan técnicos. Muchos no ven aún las ventajas de la propuesta. La provincia necesita un sistema de extensión en yerba mate con otra visión. Casi que no tiene sistema de extensión para el convencional y mucho menos con una visión agroecológica. En investigación con nativas hay colegas en la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado, con buenos trabajos, con ensayos, y varios en campo. La investigación y el mejoramiento de las especies nativas son fundamentales, se ha invertido mucho en las exóticas, y muy poco en las nuestras. Entonces comparar rendimientos, crecimientos, etc. entre ambas es poco criterioso.
El Programa de Renovación de Viejos Yerbales del INYM debería incluir plantines de nativas, y exóticas también, para incorporar a los nuevos yerbales. Los productores podrían recibir además los subsidios de las leyes vigentes.

  Límites y convicciones
-¿Dónde comercializan la producción?
-La cooperativa tiene una relación comercial con otra cooperativa  que tiene molino y marca propia (Coop. Liebig, que elabora la yerba Playadito), a la que le vende toda la yerba mate canchada. Es una relación muy buena, que además nos ha llevado a mejorar mucho el proceso de elaboración, las instalaciones, etc. Nosotros no diferenciamos nuestra producción todavía. Es decir, la hoja verde de yerbales con este manejo se mezcla con la de yerbales convencionales. Las grandes marcas compran y mezclan todo. En un futuro no lejano estos yerbales con manejo agroecológico se podrán cosechar y elaborar en forma separada de los convencionales, diferenciando el proceso y el producto, que se podrá vender a la misma empresa o guardar parte de la yerba y elaborar una marca propia de yerba mate para consumo en el mercado local. Ahí está la diferencia, integrar todo el circuito, la cadena, agregar valor y mejorar los ingresos de los socios; algo que estamos haciendo hoy mediante la compra del material combustible (raleo para chip y leña de forestaciones energéticas) que antes mayormente venía de afuera de la colonia, y era plata que salía de la cooperativa y del bolsillo del socio, y que ahora le ingresa.
-¿Qué falta para eso?
-El cuello de botella es la inversión necesaria para hacer un molino, y capital financiero para afrontar la etapa de estacionamiento, donde se inmoviliza el producto. Pero hay algunos molinos chicos con capacidad ociosa que se pueden alquilar por uno o dos meses y elaborar la yerba.
Ahora estamos modificando el sistema de secado. El sistema era de calor directo, a partir de la combustión de leña. Ahora será con calor indirecto, mediante intercambiadores de calor, para que no haya residuos de cenizas, benzopirenos, etc. en la yerba canchada. El aire que se calienta es totalmente limpioTambién promoveremos la certificación participativa, con consumidores locales. Queremos ofrecer una buena yerba a nuestros vecinos. No queremos vender en Buenos Aires, ni Europa. Ni competir con las marcas mayores.
-¿Por qué?
-Por convicción nomás.
  -Muchos quieren vender al exterior o Buenos Aires y otros grandes mercados.
-En general quienes hacen orgánico o certificación convencional imponen una diferencia de precio y buscan a consumidores que paguen esa diferencia. Acá no encontrás orgánico porque nadie va a pagar ese precio tan alto. Si hacés un producto libre de tóxicos, sin residuo en el secado, uno podría certificar como orgánico. Nos interesa hacer un producto de calidad para ofrecerlo en nuestros pueblos. Los procesos vinculados a la agroecología son para los mercados locales, con distribuciones cortas. No queremos hacer la mejor yerba y venderla en Estados Unidos. Y lo lógico es venderlo acá, en nuestro pueblo, certificar de forma participativa, integrando a los consumidores en el proceso y generar confianzas.
  -¿Cómo sería?
-Sin necesidad de un sello certificador externo. Es cuando consumidores pueden visitar la charca, el secadero y conocer cómo se produce. Y no recurrir a la certificación como un proceso artificial, cargado de subjetivismo pero pretendiendo ser objetivo, de empresas, como cuando viene un ñato de Buenos Aires que nunca estuvo en tu chacra a decirte qué hacer. La ética es una dimensión importante en la propuesta agroecológica, ser productor y consumidor agroecológico implica un compromiso fuerte con la vida, con el semejante, con el ambiente. Y eso no surge de los reglamentos.

  Sin agrotóxicos
  -¿Cómo suplantan el uso de herbicida?
-Lo que más se usa en yerbales para las “malezas/buenazas” es el glifosato en sus diferentes marcas, con ese principio activo. Pero ya hay varias especies que presentan resistencia. En la yerba los únicos agrotóxicos autorizados por los organismos de control son el glifosato y el dimetoato (insecticida). Pero ya se están usando mezclas de herbicidas, algo prohibido. Es grave, pero no hay controles y se usan. Igualmente la aplicación de fungicidas para prevenir la caída de hojas, una cuestión fisiológica vinculada a humedad ambiental, temperatura baja, deficiencias nutricionales, longitud del día, y que muchos técnicos y productores asocian a hongos. Una visión simplificada típica de la agricultura moderna que trabaja sobre los síntomas (el efecto) y no sobre las causas. No hay fungicidas autorizados para yerba mate.
  -¿Cómo controlan las malezas?
-Se está trabajando con cubierta verde-abono verde en suelos y sombreado del yerbal. Una de las malezas que tiene resistencia a herbicida es el llamado “pasto azul-palmerita-coquito” (Chloris polydactyla) muy agresiva, pero muy heliófila (afín a la luz solar). Por lo cual en parcelas con árboles, con sombra, esas malezas no crecen y no es necesario el herbicida, pues no prosperan en ese ambiente. Tampoco la cola de zorro, la paja colorada, que además indica compactación de suelo. Se coloniza el suelo con especies no agresivas, con diferentes tipos de raíces en el perfil, hay una mejora en el balance hídrico, porque si mejora la estructura del suelo hay mayor infiltración de agua, y suelo con sombra y humedad tiene menor temperatura. También la temperatura dentro del sistema es menor, por lo que trabajar en ese ambiente es más ameno. No es lo mismo cosechar yerba con sombra que al rayo del sol! Son enormes las ventajas que da sombrear. También iniciamos la siembra de maní forrajero, que es una buena cobertura y genera un buen colchón en el suelo, aporta nitrógeno y es buen forraje para animales. Se puede usar esa cubierta y hacer pastorear animales, siempre en forma no permanente y según la humedad del suelo.

 Tiempos y números
  -¿Cuánto tardan los árboles en cumplir su función de sombra?
-Cuando el árbol supera la copa de la yerba, los dos metros, ya cumple la función de dar sombra y proteger del viento. En dos o tres años algunas especies ya alcanzan esa altura. En yerbales nuevos, donde se dejan árboles nativos, la plantación ya se inicia con sombra. Tenemos unas parcelas con este manejo.
  -¿Qué árboles pueden utilizarse?
-Loro blanco, loro negro, cañafistola o yvyrapita, timbó, canela de venado, cedro, lapacho, anchico colorado, curupay, isapuy, camboatá, araucaria o pino paraná, palmitos cuando el estrato arbóreo está desarrollado, algunos frutales (banana, mamón, ). El timbó es excelente. La yerba bajo su copa tiene una brotación impresionante. El timbó hace un aporte de nitrógeno importante, no sólo la yerba lo nota, sino que hemos visto una nodulación y desarrollo radicular diferentes en las cubiertas verdes baja su copa, especialmente en el poroto sable. Pero con la caroba y el laurel negro ocurre lo contrario. La yerba tiene  menor crecimiento. No sé la causa. Exudados radiculares, alelopatía u otra causa. Para eso están las instituciones de investigación. La investigación con estos sistemas complejos deben ser realizadas a largo plazo, y  eso no pueden hacerlo los productores y los técnicos en el campo. La investigación debería ser diferente, los investigadores y el sistema científico exigen papers y alimentar curriculums para seguir en carrera, pero en sistemas agroecológicos de producción hay que investigar a largo plazo, y las instituciones tienen que promover programas de ese tipo, que los investigadores pasen, pero la investigación continúe.
 -¿Cuántos árboles por hectárea de yerbal?
-Hasta 200 árboles pueden estar inicialmente. Y más incluso (habíamos empezado con 400). Siempre hay alguna mortandad, y para ralear hay tiempo. Otras especies, como kiri, son 100 plantas por hectárea. Además siempre que hay una “percha” en el yerbal, como dice la Ingeniera Eibl, algún pájaro siembra lo suyo.
  -¿Le puede servir a una empresa mediana o grande?
-Si le cierra los números lo van hacer. Estos sistemas prolongan la vida útil de las plantaciones, y el estado de las plantas en cuanto a sanidad es muy superior. Cada rama dañada por el sol o la helada representa una caída en la producción potencial. Cada rebaje en tiempo sin producir o con menor producción. Estos sistemas complejos (agroforestales, sucesionales, etc.) exigen mucha observación, por eso se adaptan mejor a los casos en que el productor vive en la chacra.
-¿Y le pueden cerrar los números?
-Sin dudas. Lo pueden implementar desde la yerbatera Andresito hasta Las Marías (dueña de Taragüi). Los números le darían tranquilamente. Está la posibilidad de la ley 25.080 para reforestar, aunque personalmente preferiría que los subsidios vayan a los productores más chicos y que las empresas tengan otros mecanismos, vía desgravación impositiva, o reintegro de ganacias.
  -¿Un yerbal convencional se puede reconvertir a uno con árboles o tiene que comenzar de cero?
-La mayoría que hicimos es de reconvertir los convencionales, que ya estaban en producción, pero también hicimos algunos desde cero. Se puede hacer de ambos modos. No hay recetas.
  -¿Promedio de tiempo que tarda el proceso de convertir?
-La yerba es uno de los cultivos más fáciles de transformar a un sistema de base agroecológica, no hay ningún impedimento, no hay yerbal que se pueda resentir al incorporar este manejo. Todo lo contrario. Si incorporamos cubiertas y/o abonos verdes al suelo, le das sombra a la yerba mediante árboles, e iniciamos un manejo de planta apropiado (rama madura) la única opción que tiene es mejorar. Obviamente, eliminando definitivamente el uso de rastra de discos para remover suelos (podemos usarla para picar la cubierta, apenas trabada) y el uso de herbicidas y agrotóxicos. Hay herramientas como el rolo faca o cuchilla, muy superadores de la rastra.
Hay que sembrar nuevas ideas en nuestra cabeza, y desobedecer las recomendaciones del modelo agrícola dominante.

La agricultura sustentable es posible

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