En el marco del Día Internacional contra el Dengue, Greenpeace vuelve a alertar por la crisis climática que está atravesando Argentina y el mundo.

Con el inminente aumento de las temperaturas, la preocupación por un nuevo aumento de casos de dengue en distintas regiones del país vuelve a tomar fuerza entre los habitantes. 

El verano pasado, debido a las altas temperaturas, las  lluvias y la constante humedad, nuestro país sufrió el brote más grande de dengue de su historia. Provincias como Formosa, Chaco, Catamarca, Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos sufrieron la mayor cantidad de contagios, dejando un total de más de 300.000 casos confirmados y más de 300 fallecimientos.

En el marco del Día Internacional contra el Dengue (26 de agosto), Greenpeace afirma que esta crisis del dengue es una señal de la emergencia climática y ambiental que estamos viviendo. El aumento de las temperaturas, las lluvias extremas y la pérdida de hábitats naturales, como los bosques y humedales,  no solo han facilitado el cambio de la distribución de esta especie sino que además han creado las condiciones perfectas para el aumento de proliferación del mosquito Aedes aegypti, vector de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.

“La epidemia de dengue no es un hecho aislado, sino una consecuencia directa de un modelo de desarrollo insostenible que prioriza los intereses económicos a corto plazo sobre la salud de las personas y el cuidado del medio ambiente”, afirma Dominique Charlin, médica veterinaria y especialista en Biodiversidad de Greenpeace Andino, y agrega: “Es urgente tomar medidas drásticas para enfrentar las causas profundas de esta crisis y construir un futuro más justo y sostenible”.

Además de las precauciones necesarias y conocidas para evitar el contagio de la enfermedad, tales como eliminar agua estancada de cualquier recipiente y usar repelente, Greenpeace propone ir por más y tomar acción ante la crisis climática, entre ellas:

  • Declarar la emergencia climática: Los gobiernos del mundo  deben reconocer la gravedad de la situación y tomar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático. 
  • Promover la adaptación basada en ecosistemas: Restaurar y proteger los ecosistemas naturales, como los bosques y los humedales, es clave para reducir la propagación de enfermedades transmitidas por vectores.
  • Fomentar la participación ciudadana: Es fundamental involucrar a la sociedad civil en la prevención y el control del dengue, promoviendo acciones como la eliminación de criaderos de mosquitos y la adopción de hábitos saludables.