Salta: un freno al desmonte ilegal

En este contexto de emergencia forestal, el gobierno de Juan Manuel Urtubey autorizó a los dueños de 32 fincas a deforestar, a pesar de ser bosques protegidos por ley, hogar del pueblo wichi y hábitat de especies como el yaguareté, el tapir y el oso hormiguero.

Luego de nuestra campaña y el apoyo de medio millón de personas, el Ministerio de Ambiente de la Nación declaró ilegales los permisos otorgados por la provincia. Debido a esto, Salta dictó una resolución para suspender los desmontes y obligaba a la reforestar los bosques arrasados. Pese a estas medidas, comprobamos mediante imágenes satelitales que la deforestación continuó.

Finalmente, en noviembre de 2018, el gobierno de Salta ordenó la reforestación de las hectáreas destruidas y multó a los dueños de las estancias. Cada uno  de ellos tendrá que pagar entre 2 y 3 millones de pesos. Esta medida inédita sienta un precedente para quienes piensan que arrasar bosques es un acto sin consecuencias. Junto a las más de 500 mil personas que se sumaron a nuestra campaña, logramos ponerle un freno al desmonte ilegal.

Destruir bosques es un crimen, y cumplir con la Ley de Bosques debe ser la norma y no una excepción. Desde Greenpeace reclamamos al gobierno salteño que le ponga fin de manera definitiva a la fiesta del desmonte.

Esto es lo que hicimos:

Recorrimos las zonas deforestadas e hicimos informes técnicos que presentamos a las autoridades responsables

Frenamos tres topadoras en dos días justo cuando estaban desmontando en la finca Cuchuy. Lo documentamos y lo expusimos.

Por esta razón, fuimos amenazados por Alejandro Braun Peña

Resistimos junto a las comunidades afectadas y organizaciones locales

Denunciamos la destrucción de bosques en las fiscalías de Salta

Controlamos el estado de los bosques con imágenes satelitales