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Los océanos están sufriendo. La crisis climática y la contaminación plástica incesante suelen ser los problemas que más se asocian al daño que sufre el continente azul. Pero lo cierto es que la pesca industrial -que utiliza la técnica de arrastre- tiene mucho que ver en este panorama alarmante. 

La acción más reciente en las aguas de Inglaterra

Podemos tomar como referencia lo que ocurre en Inglaterra, donde a pesar de que existe una red de Áreas Marinas Protegidas (AMP), la protección queda solo en la teoría. En este país, la locura por la pesca industrial está destruyendo la vida marina en la zona y terminando con el sustento de los pescadores que trabajan en pequeña escala. 

Frente a esta situación, desde Greenpeace pasamos a la acción. Así fue que a principios de septiembre, nuestro barco “Arctic Sunrise” navegó hasta la zona occidental del Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, cargado con bloques de piedra caliza de entre 500 y 1.400 kilos

Su misión fue arrojar esas rocas en la Zona de Conservación South West Deeps (East), situada unos 190 km al suroeste de las costas inglesas. Con este método Greenpeace UK hizo imposible arrastrar por el fondo marino las pesadas redes de pesca que destruyen este hábitat único.

“Estamos colocando grandes bloques de piedra caliza en el lecho marino para crear una barrera submarina protectora que pondrá la zona fuera de los límites de la pesca destructiva”. Anna Diski, activista a bordo del Arctic Sunrise. 

Esta medida se tomó como último recurso frente a la inacción del gobierno local, tal como lo explicó Will McCallum, responsable de Océanos de Greenpeace UK. Pero no fue una medida caprichosa. 

Por el contrario, se tuvo en cuenta no solo la preservación de todos los seres que viven en esas aguas sino también el hecho de que para asegurar la supervivencia del ecosistema marino se debe proteger al menos 30% de los océanos del planeta para 2030

Y a todo esto podemos sumar el dato nada menor de que los mares absorben carbono y son esenciales para regular la temperatura global. Por lo tanto, cuidarlos es de importancia vital en un contexto de crisis climática como el que atravesamos. 

Antecedentes exitosos en Suecia y otras partes de Inglaterra

En el año 2.009 Greenpeace colocó más de 200 piedras en el fondo marino, alrededor de dos Áreas Marinas Protegidas en Kattegatt, donde viven marsopas y especies únicas de tiburones. 

Este año, finalmente, la pesca de arrastre fue prohibida en todas las áreas protegidas de Kattegatt. ¡Incluso se prohibió por completo la pesca en la mitad de estas AMPs! De esta manera se logró una de las mayores protecciones que existen hasta hoy en Europa. 

También fue exitoso lo que se hizo en 2020 en la AMPs de Dogger Bank y en Offshore Brighton en 2021. Arrojar las piedras al océano fue el primer paso para poder conseguir la prohibición de maquinarias de arrastre en el fondo marino en 4 de las 76 AMPs, incluída Dogger Bank.