El capitán Rizzotti en el Arctic Sunrise © Martín Katz / Greenpeace

El barco Arctic Sunrise, de Greenpeace, zarpó desde Puerto Madryn, la semana pasada, con el capitán tucumano Daniel Rizzotti a cargo. El rompehielos está realizando una travesía por toda la extensión de la costa atlántica, de Ushuaia a Buenos Aires, con el fin proteger el Mar Argentino de la voracidad de las compañías petroleras y de los estragos de la sobrepesca. El capitán Rizzotti debe “velar por la seguridad de los tripulantes, de la nave y del medio ambiente”, según sus propias palabras.

El capitán Rizzotti en el Arctic Sunrise © Martín Katz / Greenpeace.

“Represento a toda una organización y es vital ser coherente con ello en cada actitud. Quienes formamos parte de la tripulación del Arctic Sunrise somos mensajeros en cuestiones ambientales“, señala quien en su trayectoria ha recorrido todos los mares. Muchos años atrás, luego de dejar la Armada Argentina, Rizzotti encaró un viaje de estudios a Inglaterra, donde conoció una sede de Greenpeace y fue convocado para sumarse a la organización.

El capitán Rizzotti en el Arctic Sunrise © Martín Katz / Greenpeace.

Rizzotti pasó por todo el escalafón de su oficio, desde oficial hasta capitán. Nació el 3 de abril de 1966 en San Miguel de Tucumán y hoy vive en Australia, aunque dedica la mitad del año a hacer campañas para Greenpeace como piloto de hielos. Entre otros recorridos, Rizzotti hizo investigaciones a bordo del MV Esperanza en Alaska y del MV Arctic Sunrise, desde el cual desembarcó días antes de ser arrestado por sus actividades en el Ártico contra las exploraciones petroleras por parte de Rusia, en 2013. También estuvo preso en Inglaterra, por haberse opuesto a la salida de parte de la flota británica al Golfo Pérsico, y en España, por una controversia similar frente a la flota de Estados Unidos y la OTAN.

Daniel en una conferencia de prensa en España en el marco de su arresto © Greenpeace / Pedro Armestre

No agredimos ni tenemos armas“, refiere en cuanto a los métodos variados y pacíficos de manifestación de Greenpeace, a la vez que concede que las misiones vinculadas con el desarme fueron las que más lo involucraron emocionalmente.

Daniel en el barco abierto del MY Esperanza en Valparaíso, 2015. © Cristobal Olivares / Greenpeace

“Esta ideología no es ni más ni menos que la del amor por nuestro planeta y por todos los seres que en él coexisten, incluida la raza humana, que es la más agresiva con el medio, con otras especies y con ella misma”, concluye.

Las actividades del Arctic Sunrise pueden seguirse a través de la página web de Greenpeace y sus redes sociales.