© Santiago Salimbeni / Greenpeace

Las ballenas son muy importantes para los océanos. Podría decirse que son sus ingenieras porque ayudan a mantener saludable sus aguas y ecosistemas redistribuyendo nutrientes a través de los océanos en varias direcciones. 

La Ballena Franca Austral no es una excepción. Es una de las especies icónicas del mar Argentino. Hace más de tres décadas fue declarada Monumento Natural Nacional, lo que implica que su estado de protección debe ser absoluto, y debe alcanzar a las zonas de alimentación, de cría y de tránsito. Pero hoy su hogar enfrenta dos amenazas: el avance de la pesca industrial fuera de control en el Agujero Azul y de la industria petrolera. 

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En esta nota te invitamos a conocer más sobre ella y por qué es importante proteger su hogar, los océanos:

1- Su nombre es Eubalaena australis es una especie de cetáceo de la familia

Balaenidae propia del Hemisferio Sur (de los 20° a los 60° de latitud en los océanos Pacífico sur, Atlántico sur e Índico sur)

2- Es una de las ballenas más grandes: su tamaño promedio es de 13 a 15 metros de largo en el caso de los machos y alrededor de 16 metros en las hembras. Pesan alrededor de 40 toneladas y al nacer ya miden de 3 a 5 metros, desde el hocico hasta la cola. Pueden vivir hasta 100 años.

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3- Sus famosos callos en la piel funcionan como sus huellas dactilares, identifican a cada ballena durante toda su vida. Son áreas de piel elevadas de más de 5cm de grosor que aparecen en distintas partes de sus cabezas. 

4- Son tranquilas, curiosas y bastante lentas para nadar (como máximo de 9 a 11 km/h). Para comunicarse saltan y dan golpes con sus aletas en el agua. 

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5- Las ballenas y otros grandes cetáceos cumplen un rol fundamental para los océanos,  ya que capturan el CO2 de la superficie durante su vida, y cuando mueren sus cuerpos se depositan en el fondo y quedan almacenado. 

6-En vez de dientes tienen barbas largas, láminas de queratina que cuelgan del maxilar superior. Esas  barbas le permiten alimentarse «por filtro»: abren sus mandíbulas mientras nadan, después las cierran, usan su garganta y su lengua para que el agua vuelva a salir de su boca a través de las barbas, lo que permite que el agua salga mientras captura las presas. 

© Santiago Salimbeni / Greenpeace

7-Su alimento principal es el krill y peces pequeños.

8- Un tercio de todas las ballenas francas del mundo utiliza las bahías protegidas de la Península Valdés en Argentina como hábitat de apareamiento y parición entre los meses de mayo y diciembre. El vínculo de las madres y su ballenato es el lazo familiar más fuerte que mantienen. La cría acompaña a su madre durante un año, de la cual aprende las rutas migratorias y las zonas de alimentación predilectas.

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9- Estas ballenas pueden llegar a verse en Argentina (Península Valdés), Australia, Sudáfrica, Chile, Uruguay, Tristán de Acuña (dependencia británica de ultramar) y Nueva Zelanda.

10-A diferencia de las ballenas francas del Atlántico Norte y del Pacífico Norte (ambas en peligro de extinción), la ballena franca austral pudo recuperarse tras siglos de cacería comercial.

¿Cómo afecta la pesca industrial a la ballena?

© Martin Katz / Greenpeace

Lamentablemente hoy su hogar está invadido por barcos industriales. La presencia de cientos de embarcaciones que se instalan en el Agujero Azul, en el límite fronterizo de las aguas nacionales en el Mar Argentino no es nada positivo para ellas. Esta zona es el principal corredor biológico del mar, zona de alimentación y tránsito de las ballenas y hoy es invadido por potencias pesqueras internacionales que pescan sin control por la falta de gobernanza en aguas internacionales. 

Si bien el tamaño de las ballenas impide que sean levantadas con redes hacia los barcos, los riesgos a los que están expuestas son varios:

Riesgo de choques o colisiones: La presencia de muchísimos barcos pesqueros en la zona de hábitat  y en la ruta migratoria de la ballena franca austral (desde la Antártida hasta la Península Valdés) aumenta el riesgo de choques o colisiones que pueden terminar lesionando a estos animales.  

Esto podría suceder porque los barcos de pesca industriales navegan a una velocidad mayor que el movimiento de las ballenas (2 nudos aproximadamente cuando se alimenta). 

De hecho, en el Atlántico Norte desde 1970 hasta 2009, el 80% de las muertes de ballenas francas del Atlántico Norte fueron provocadas por enmallamientos en redes de pesca y colisiones con barcos.

Métodos de pesca: las técnicas de pesca destructiva que usan muchos pesqueros arrasan indiscriminadamente con la vida en el mar afectando los ecosistemas con los cuales las ballenas conviven e interactúan.

 –Ruidos: Los sonidos de las ballenas se propagan grandes distancias en el mar. Hoy en día la contaminación sonora del mar, en especial por embarcaciones, es cada vez mayor y hay preocupación de que pueda afectar la comunicación de las ballenas. 

¿Cómo afecta a la ballena la industria petrolera?

© Martin Katz / Greenpeace

Además del peligro de la pesca intensiva la ballena Franca Austral también enfrenta la inminente amenaza por desarrollo de proyectos petroleros offshore en el Mar Argentino.  La exploración sísmica, que se realiza para localizar reservas de gas o petróleo en el lecho marino, genera bombardeos acústicos constantes que cubren un área de más de 300,000 km2.

Hoy hay menos ballenas en el Mar Argentino por los efectos de esta cruel técnica. Muertes por ahogamientos, varamientos, ausencia de grupos de madres con crías, son algunas de las consecuencias de los bombardeos acústicos.  Como ejemplo, un estudio sobre el caso del Golfo de San Jorge, lugar que comparten las provincias de Santa Cruz y Chubut, mostró que en el año 2009 durante el período en el que se realizó actividad sísmica, hubo una caída significativa de los avistamientos de cetáceos en sus hábitats naturales. 

Además, en uno de los períodos hubo una reducción drástica de los grupos de cópula y de las madres con cría, desapareciendo completamente de la zona. En el año 2008 se observaron 173 ballenas en el golfo, sin embargo al año siguiente, luego de la operación sísmica, se registraron 92 y en el 2010 apenas 46.

Las zonas donde hoy las empresas petroleras planean operar son lugares vitales en la alimentación de la Ballena Franca Austral y otras especies como el pingüino de Magallanes, También alberga especies endémicas con estados de conservación vulnerables como el delfín Franciscana, mamífero que viene reduciendo año a año su población y entre sus principales amenazas está la industria petrolera. 

¿Cómo proteger el hogar de las ballenas?

© Santiago Salimbeni / Greenpeace

Hoy el hogar de la ballena está en peligro, en el Mar Argentino y en las vastas extensiones de aguas internacionales que lo bordean. A nivel global, en aguas internacionales, no existe un mecanismo efectivo para la protección de las aguas. 

Por eso, desde Greenpeace, por un lado, a nivel internacional  pedimos a los gobiernos del mundo  que acuerden un Tratado Oceánico Global fuerte que permita la creación de santuarios marinos par dar protección a la vida de los océanos (aguas internacionales), en particular la de especies migratorias como la ballena franca austral.   Además, el proyecto de ley de AMP bentónica Agujero Azul pretende proteger el lecho y subsuelo marino más allá de las 200 millas y el Tratado Global de los océanos permitiría también proteger la columna de agua del agujero azul, que son aguas internacionales, asegurando así el resguardo de los ecosistemas que lo conforman y de la fauna que lo habita y transita.

Por otro lado, a nivel nacional.  junto a personas de todo el país y organizaciones ambientalistas, presentamos una demanda colectiva ambiental al Estado Nacional, Ministerio de Ambiente y a la Secretaría de Energía en la Justicia de la Nación para evitar que nuestro Mar Argentino caiga en las garras de la industria petrolera, destruya el hogar de la ballena franca austral y además  agrave la crisis climática que estamos enfrentando. 

© Martin Katz / Greenpeace

En la demanda pedimos que se reconozca el derecho a un clima estable como un derecho humano, detener el avance de la frontera de hidrocarburos por sobre ecosistemas vulnerables y relevantes, que las políticas públicas estén orientadas a la inversión en energías renovables y que se priorice la biodiversidad por sobre la exploración offshore.

Para poder asegurar que las actividades humanas en los océanos se gestionen de manera efectiva cuidando que las especies animales tengan una protección integral contra sus impactos, contra el cambio climático y la contaminación.

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