El planeta está prendido fuego y sólo empeorará si no dejamos de deforestar y quemar combustibles fósiles. 

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) declaró el viernes pasado una ola de calor extrema para la ciudad de Buenos Aires y localidades de doce provincias, con picos superiores a los 44 grados en algunas localidades.

Si bien no sorprende que haga calor en verano alarma y genera preocupación que en medio de una emergencia climática como la que estamos viviendo en nuestro país se tomen medidas que, lejos de mitigar el cambio climático lo agravan: la deforestación y la ampliación de la frontera petrolera

Calor extremo pero quieren desmontar un millón de hectáreas

Las altas temperaturas, la sequía, las inundaciones; todos los impactos del cambio climático podrían mitigarse con la protección de los bosques. Y sin bien Argentina asumió un compromiso de “deforestación cero” para 2030 ahora mismo el gobernador de la provincia de Chaco, Jorge Capitanich, propone lo contrario; avanzar con la destrucción de 1 millón de hectáreas de monte chaqueño y hacer un “blanqueo” de los desmontes que se hicieron ilegalmente hasta ahora. Todo esto sin participación ni consenso social. No lo podemos permitir.

¿Por qué los bosques son importantes para mitigar el cambio climático?

Los bosques y sus suelos almacenan más carbono que cualquier otro ecosistema terrestre y juegan un papel vital en la mitigación de la creciente inestabilidad del clima. Manteniendo los bosques intactos, es decir como extensiones ininterrumpidas de paisaje forestal, aumenta su capacidad de recuperación frente al cambio climático. Esto también permite a las especies vivir en ellos, que se adapten al cambio climático y que mantengan sus servicios

Cuando se deforestan y degradan los bosques se libera a la atmósfera el carbono presente (por quema, degradación de los suelos, etc.) y al mismo tiempo se reduce o elimina totalmente la capacidad de fijación de CO2 de la masa forestal.

Es decir, los bosques pasan de ser un “sumidero” o almacén que absorbe el carbono a ser una “fuente” de liberación de esos mismos gases.

En definitiva, la deforestación es una causa del cambio climático y éste cambio climático agudiza los problemas de los bosques y favorece la deforestación.

En Argentina, la región del Gran Chaco, es una de las más amenazadas por la deforestación y la degradación, es la que mantiene el 50% del contenido de CO2 de los bosques de Argentina. 

Según un reciente estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria una hectárea con bosque chaqueño absorbe en una hora 300 milímetros de agua, mientras que una con pasturas, 100 milímetros, y una con soja, tan solo 30 milímetros.  

Lamentablemente en la provincia de Chaco ya se deforestaron 470.000 hectáreas desde fines de 2007, la mitad en forma ilegal o con permisos irregulares otorgados por el gobierno provincial. Desde noviembre de 2020, cuando la Justicia suspendió los desmontes,  43 mil hectáreas fueron destruidas.

Calor extremo pero quiere quemar combustibles fósiles en nuestro mar

La crisis climática que hoy estamos atravesando es una crisis de los océanos. Y dado el importante rol que cumplen los océanos en la regulación del clima, los ciclos del agua, la captura de carbono, vemos las consecuencias de esta crisis en los incendios, sequías, inundaciones y otros.

Los océanos absorben casi un tercio del carbono procedente de las emisiones de CO2 y metano a la atmósfera (10 gigatoneladas de carbono). y lo almacenan en el fondo marino. De esa manera, contribuyen a la mitigación del cambio climático. Y lo hacen 30 veces más rápido que los bosques tropicales.

Son también reguladores de la temperatura terrestre: sin ellos, la temperatura rondaría los 36°C por encima de los valores diarios.  Aportan entre el 50% y 80% del oxígeno que se libera a la atmósfera. . 

Por eso es clave preservar los océanos y mares en tanto áreas donde se almacena el carbono, especialmente donde ya existe en grandes volúmenes de sedimentos ricos en carbono, como en el suelo de un bosque de manglar o el fondo marino profundo del océano.

En nuestro país el cambio climático está alterando las corrientes marinas del Mar Argentino, extendiendo el alcance de la corriente cálida de Brasil hacia el sur. Pero, para agravar más el panorama Argentina busca desarrollar la industria petrolera frente a la costa de la provincia de Buenos Aires, dónde hoy no existe actividad. 

Queremos un Mar Argentino sin petroleras

Es inexplicable que con este escenario exista una promoción y expansión de la producción de hidrocarburos en el Mar Argentino (durante las próximas tres décadas) con los objetivos paradójicos de agilizar la transición hacia energías renovables.   

A pesar del constante rechazo de la población, el estado y las empresas petroleras como la noruega Equinor, Shell e YPF pretenden avanzar con el desarrollo de la industria offshore de hidrocarburos 

Esto sucede aún cuando el IPCC determinó que no se pueden abrir nuevas fronteras de explotación petrolera en ninguna parte del mundo si queremos cumplir con los objetivos climáticos de limitar la temperatura global al 1.5C°.

Además de ser extremadamente peligrosa la explotación petrolífera offshore es sumamente incompatible con la realidad ambiental que le toca vivir a la Argentina. Esta actividad genera emisiones fugitivas de metano durante la explotación y emisiones de dióxido de carbono, óxidos nitrosos y otros durante la combustión de los hidrocarburos producidos. Estos Gases de Efecto Invernadero afectarán al clima donde quiera que se quemen.

Resulta contradictorio que en nuestro país se esté impulsando la expansión de la industria petrolera en el Mar Argentino. Todas las etapas de este desarrollo son perjudiciales para los ecosistemas de nuestro mar, desde la exploración sísmica hasta la extracción. Destruye los ecosistemas marinos y tiene gravísimos impactos en su fauna Este proyecto podría generar emisiones anuales de hasta 3,1 millones de toneladas de CO2, una verdadera bomba de carbono.

La extracción y combustión de petróleo genera un gran volumen de emisiones  extra, que se sumarán a las vigentes, y a las emisiones del resto de los países, lo que profundiza el cambio climático, vulnerando así la subsistencia de las generaciones presentes y futuras. A su vez, la exploración sísmica impacta directamente en el poder de resiliencia del océano, propiciando el colapso del principal mitigador del cambio climático.

En plena época de fiestas, feriados y mundial las petroleras aprovecharon las distracciones y presionan a la justicia y al gobierno para avanzar sobre nuestro mar- El lobby petrolero es impresionante, tan solo en una semana lograron mover sus fichas.

El 5/12 la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata levantó la medida cautelar que suspendía la exploración sísmica frente a las costas de Mar del Plata y, como si fuera poco, dos días después el Ministerio de Ambiente de la Nación dio luz verde a la primera perforación exploratoria en la cuenca argentina norte.

Durante el reciente fin de semana estuvimos en Mar del Plata, junto a la gente que sigue movilizándose comprometidamente por la protección de los océanos, sin embargo, necesitamos apoyo de más personas. 

El lunes 19 de diciembre a las 09:00 hrs habrá una nueva audiencia por exploración sísmica en el bloque CAN 102 de YPF-Equinor. Tenemos que ser la mayor cantidad de personas y demostrar que nuestro compromiso y convicción están intactos.

Hoy más que nunca tenemos la necesidad de protección del Mar Argentino frente al avance de la industria petrolera, para la preservación de la biodiversidad marina -especialmente en áreas de alimentación y tránsito de especies-, y la economía de las comunidades costeras.

La grave crisis climática en la que nos encontramos nos obliga a actuar en consecuencia. Los compromisos de Argentina deben ser más ambiciosos y concretos.