Rex Weyler cuenta nuestra historia

Página - 1 enero, 2008
Rex Weyler fue el primer Director de la Fundación Greenpeace, el editor del primer newsletter de la organización, y el cofundador de Greenpeace Internacional en 1979. Fue también fotógrafo y reportero en las primeras campañas de focas y ballenas de Greenpeace y ha escrito una de las mejores y más exhaustivas historias de la organización, “Greenpeace” (Raincoast, 2004). Su libro, “Sangre de la Tierra, una historia del Movimiento Indoamericano”, fue nominado al Premio Pulitzer. “Verde profundo” es la columna mensual de Rex, que muestra las raíces del activismo y el ecologismo, y nos acerca al pasado, presente y futuro de Greenpeace.


Capítulo 1: Los orígenes

Cuando el primer barco de Greenpeace navegó a través del Golfo de Alaska en 1971 hacia las Islas Aleutianas, lugar donde Estados Unidos estaba realizando pruebas nucleares, la tripulación y sus seguidores en Canadá no imaginaban que esa campaña sería el comienzo de una organización global. Irving Stowe, el líder cuáquero del Don’t make a Wave Comitee (Comité No hagan una Ola) que lanzó la campaña, pertenecía a  una docena de esos grupos y creía que después de esa actividad el grupo debía disolverse. Su idea de mantener las cosas simples y a nivel local tenía su mérito, pero como sabemos, no fue así como resultaron las cosas.

El bote cuáquero Golden Rule inventó la protesta desde el mar en 1958 cuando intentó entrar en el sitio de pruebas nucleares de Estados Unidos en el atolón Eniwetok. El Capitán Albert Bigelow y su tripulación fueron arrestados y pasaron 60 días en una cárcel de Honolulu, pero su historia publicada en varios medios llegó a Earle y Barbara Reynolds, quienes navegaban a bordo de su velero, Phoenix. Ellos cambiaron su curso hacia Eniwetok y al llegar a la zona de pruebas fueron también arrestados. Para 1969, estas protestas habían inspirado a los activistas por la paz de Vancouver, quiénes estaban relacionados a los Cuáqueros y al Sierra Club. En 1972, el ad hoc Don't Make a Wave Comitte cambió su nombre a Greenpeace y contempló un problema mucho más complejo que la simple detención de la guerra.

Ecología: Una idea subversiva

Aunque hoy resulte difícil de imaginar, la ecología no era una idea común en los 60's. Los hippies que plantaban comida orgánica y vivían vidas simples eran vistos como fanáticos. No obstante, un gran despertar ecológico venía creciendo con fuerza desde hacía un siglo. El naturalista alemán Ernst Haeckel acuñó la palabra "ökologie" en 1866 para describir su idea de un "hogar" global y una familia de seres humanos conectados. Casi simultáneamente, Ellen Richards, la primera mujer admitida en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), propuso la radical idea de que el medio ambiente incidía en la salud humana. Tan claro como se nos presenta a nosotros ahora, Richard fue ignorado.

Cuando la M.D. de Harvard Alice Hamilton descubrió en 1923 que General Motors intentaba comercializar gasolina con plomo, ella predijo calamidades de salud pública masivas, identificó alternativas, y llamó al ingeniero de GM, Charles Kettering, "un asesino" por permitir que el plan prosiguiera. Los ejecutivos de la industria automotriz ridiculizaron a Hamilton. Tomó 50 años, hasta 1975, que la gasolina con plomo fuera prohibida en Norteamérica y en Europa. El combustible tóxico todavía es utilizado hoy en las regiones más pobres del mundo, en la China Industrial y para el combustible de aviación.

Mientras tanto, los derrames de petróleo, los suelos tóxicos y los ríos en llamas hicieron a la ecología más evidente. En los Estados Unidos, Barry Componer descubrió estroncio-90 de pruebas de bombas nucleares en dientes de niños pequeños. En el diario Biociencia, en 1964, Paul Sears llamó a la ecología "La materia subversiva", porque iba a derrocar las presunciones de la sociedad humana en salud, economía, política, todo. La humanidad estaba despertando a los límites del consumo. Estas revelaciones dieron forma a la temprana evolución de Greenpeace.

Enterate

En las primeras reuniones de Greenpeace  - habitualmente realizadas en mesas de cocina,  en cafés o en pubs - nos dimos cuenta que incluso aunque pudiéramos frenar las pruebas de bombas nucleares, todavía debíamos enfrentar el devastador momento de civilización industrial en sí mismo. ¿Cómo haríamos para salvar a la humanidad de sus propios hábitos destructivos? No podíamos levantarnos contra la guerra solamente, teníamos que protestar por algo, por la vida misma. Ben Metcalf, brillante periodista y pionero estratega de medios de Greenpeace, creó el primer "banner" de la organización mediante el alquiler de 12 carteleras que atravesaban Vancouver con este mensaje: "¿Ecología? Enterate. Vos sos parte".

Haciendo un recorr ido sobre los casi 40 años de campañas en Greenpeace, deberíamos preguntarnos: ¿Hemos progresado? Greenpeace efectivamente ha ayudado a hacer de la ecología una preocupación cotidiana y una palabra de moda en la política. Desde los 70's, la humanidad ha limpiado ríos y el aire de las ciudades, ha instalado sistemas de reciclado y ha protegido algunas especies en extinción. Entonces, ¿es la sociedad humana  ecológicamente más sana de lo que lo era en 1971? La respuesta incluye sombras de "sí" y "no".

Después de todos estos años

La tendencia más grave y de mayor peso es el crecimiento vertiginoso de la población humana, de aproximadamente 3,7 mil millones en 1971, a 6,7 mil millones en la actualidad, casi el doble y en aumento. Agregamos una red de 75 millones de personas al planeta cada año- una población equivalente a 10 ciudades de Nueva York- que en su mayoría vive en la pobreza o en paisajes degradados. La presión de la población humana sobre cada ecosistema en el mundo crece con nosotros.

Mientras tanto, los ricos se hacen más ricos y consumen más. Las ciudades más desarrolladas  intentan mejorar la vida de sus ciudadanos a través del crecimiento de sus economías industriales, y difícilmente podemos culparlos. Actualmente, cerca del 15% de la humanidad consume el 85% de los recursos. Ya consumimos la mitad de los grandes bosques y el petróleo barato, y al menos el 90% de las especies más populares de pescado. Necesitaríamos seis planetas más para brindarle el estilo de vida europeo o americano al resto del mundo. Algo tiene que cambiar.

Todavía estamos tratando de salvar a las ballenas después de 30 años de moratoria. En 1973, Greenpeace eligió a las ballenas como nuestra primera campaña ecológica, no sólo porque afrontaban su extinción, sino también porque ellas representaban todo lo que es magnífico en la naturaleza. Ellas son inteligentes, sociables y creativos seres humanos que nos recuerdan el valor inherente de la naturaleza salvaje en sí misma.

¿Ganando terreno o vendiendo humo?

Greenpeace logró una prohibición para el vertido de desechos al océano en los 80's, pero después del Tsunami del 2004, enormes bidones de toxinas de 4 metros lavaron las playas de Somalia. Alguien, probablemente de Europa, en secreto había estado vertiendo la basura radiactiva y tóxica de la costa africana durante años. Cada pieza de legislación ambiental enfrenta el continuo asalto de aquellos que pueden anular o simplemente ignorar esas leyes.

Climatewash - Greenwash 2.0

Utilizar a los medios de comunicación para contar la historia de la Tierra ha sido el sello de Greenpeace desde el comienzo. Sin embargo, ahora enfrentamos la creciente consolidación de la propiedad de medios. Los dueños de las corporaciones han aprendido cómo hacer de su agenda una noticia, ignorar al medio ambiente y enterrar los derechos humanos. En algunos casos, Internet ha salvado a los movimientos ecológicos y a favor de la paz de un completo vacío en los medios.

Mientras tanto, los charlatanes del marketing han aprendido  a atribuirle "verde" a sus productos como una nueva característica de venta. Somos testigos de ganancias de 100.000 dólares en autos deportivos y en las secciones "verdes" en Wallmart, mientras la humanidad consume la naturaleza salvaje a pasos acelerados. Los contaminadores han aprendido a manipular el discurso ecológico para continuar con sus negocios de siempre. Entonces debemos preguntarnos: ¿Estamos ganando terreno o simplemente vendiendo humo?

Eterna vigilancia

Finalmente, hoy enfrentamos el calentamiento global que ya avanza más allá del control humano, mientras los imperios industriales - principalmente China y los Estados Unidos - ignoran los hechos de la ciencia climática. El sueco Baptiste Fourier describió como la atmósfera de la Tierra  atrapa el calor en 1824. El químico Svante Arrhenius calculó que el calentamiento global se debía al acumulamiento de CO2 en 1894, y el científico americano Glen Thomas Trewartha acuñó el término "Efecto Invernadero" 70 años atrás.

Un gráfico del crecimiento exponencial de carbón en la atmósfera fue colocado en una pared de la oficina de Greenpeace en 1978. Sin embargo, los intereses automotrices y petroleros han intentado mantener al público confundido. La sociedad tiene inercia, y se necesita mucha fuerza para cambiar su curso.

Greenpeace es una pieza clave de esa fuerza. La eterna vigilancia es la tarea de aquellos que ven, mientras otros permanecen ciegos. Es por esta razón que Greenpeace tomó vida, para levantarse, ser testigo de la verdad, servir a las futuras generaciones y preservar el milagro de la naturaleza, la tierra viviente.

- Rex Weyler