Rex Weyler cuenta nuestra historia

Página - 1 diciembre, 2009
Rex Weyler fue el primer Director de la Fundación Greenpeace, el editor del primer newsletter de la organización, y el cofundador de Greenpeace Internacional en 1979. Fue también fotógrafo y reportero en las primeras campañas de focas y ballenas de Greenpeace y ha escrito una de las mejores y más exhaustivas historias de la organización, “Greenpeace” (Raincoast, 2004). Su libro, “Sangre de la Tierra, una historia del Movimiento Indoamericano”, fue nominado al Premio Pulitzer. “Verde profundo” es la columna mensual de Rex, donde recorre las raíces del activismo y el ecologismo, y nos cuenta acerca del pasado, presente y futuro de Greenpeace.

Capítulo 19: La propaganda arruina la Cumbre de Copenhague

Diciembre 2009

"Son muchas las verdades que al vulgo no le resulta útil saber, y ciertas cosas que, aunque sean falsas, a la gente le conviene pensar lo contrario".

Agustín de Hipona, Ciudad de Dios, 426 D.C.

Los vendedores de automóviles y los magnates de las hamburguesas han saboteado la decisión más importante de nuestra generación. A medida que la tan esperada cumbre de Copenhague sobre el clima se tambalea hacia la indecisión, las compañías más grandes y más rentables del planeta celebran en privado su capacidad para socavar las ciencias y apropiarse del proceso político internacional.

Estados Unidos, el mayor productor de gases de invernadero, estableció el tono de la duplicidad en Copenhague ofreciendo objetivos "de fantasía" y acuerdos no vinculantes, además de reemplazar la base de referencia para los gases de invernadero de 1990 con la de 2005 (para que los objetivos "de fantasía no obligatorios" suenen más impresionantes).

China se volvió cómplice de este engaño ofreciendo "reducir las emisiones... en relación con el crecimiento económico", denominadas "reducción de la intensidad del carbono". (Traducción: nada de reducción). Las emisiones actuales de China y del mundo seguirán aumentando durante la próxima década.

Hace un año, cuando las investigaciones mostraron que la velocidad a la que se derrite el hielo y a la que acelera el metano, es muy superior a la proyección más pesimista del Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC), Copenhague parecía representar la última oportunidad de la humanidad para revertir el calentamiento global.

Ahora la acción decisiva parece derretirse con las capas de hielo. Los apologistas de los negocios de siempre han falseado el rigor científico hasta la "incertidumbre", retorcido mentiras hasta convertirlas en doctrinas, discutido pequeñeces y frivolidades en lugar de debatir, disfrazado la corrupción como transigencia y la ambigüedad como compromiso real.

Como Agustín, que hace 16 siglos racionalizó la guerra y la tortura para sus jefes de la religión estatal romana, nuestros modernos sofistas tuercen la verdad, racionalizan el delito y desdeñan la ciencia genuina. Como los antiguos patricios, la moderna realeza corporativa concibe extravagantes comodidades duraderas para ellos, mientras apartan a las multitudes desposeídas hacia elementos que se evaporan. ¿Cómo fue que los ricos capitanes de la industria sabotearon una acción del clima que podría haber salvado a nuestra progenie de un siglo de caos? Como nos muestra la historia: hay que seguir el rastro del dinero.

El crimen de la era

"La ecología, … si se le toma en serio como instrumento para el bienestar de la humanidad a largo plazo, podría... poner en peligro las premisas y hábitos aceptados por las sociedades modernas."

Paul Sears (1964)

Hace cuatro años, en diciembre de 2005, el IPCC publicó un optimista 'Informe sobre el avance demostrable del Protocolo de Kyoto', demostrando que las naciones europeas estaban en proceso, como lo prometieron, de reducir las emisiones de gases de invernadero en un 8 por ciento de los niveles de referencia de 1990.

Mientras tanto, en Estados Unidos, las encuestas realizadas por la Universidad de Maryland y el Consejo de Relaciones Exteriores de Chicago mostraron que más del 70 por ciento de los ciudadanos estadounidenses apoyaban el tratado de Kioto y la reducción de las emisiones de carbono. Las naciones desarrolladas, responsables del aumento sin precedentes del calentamiento global, parecían listas para actuar.

No obstante, tras bambalinas, en los salones privados de los consejos y de los grupos representantes de la industria, un grupo poderoso de ejecutivos de los combustibles fósiles tenía un plan distinto y oscuro: sabotear el Protocolo de Kyoto y poner en entredicho a las mentes científicas más claras de nuestra era. Como cualquier otro proyecto corporativo, estos ejecutivos comenzaron por establecer un presupuesto.

En 2008, las industrias gaseras y petroleras de Estados Unidos añadieron $46 millones al presupuesto de $82 millones que ya tenía preparado para el cabildeo, con el fin específico de contrarrestar las acciones a favor del medio ambiente que culminarían en Copenhague. Esta cruzada a gran escala, de $128 millones, 770 compañías y 2 mil 340 personas en grupos de presión, se propuso controlar el congreso de Estados Unidos y confundir al público. Mientras tanto, las compañías estadounidenses del carbón, invirtieron $40 millones para vender la ilusión del "carbón limpio" a pesar de que no pudieron instalar la tecnología de secuestro de carbono ni siquiera en una de sus plantas.

La campaña para negar el calentamiento global provocado por el hombre y difundir información equivoca sobre la ciencia del clima, ha sido documentada por ciento de periodistas, como David Adam y George Monbiot en la publicación Guardian del Reino Unido, Elizabeth Kolbert de la revista The New Yorker y Andrew Revkin del The New York Times. Sitios de Internet, como The Royal Society, OpenSecrets, PR Watch, DeSmogBlog y ExxonSecrets de Greenpeace, dejan al descubrieron los trucos y el rastro del dinero hasta las grandes empresas que los sostienen. Un nuevo libro de los autores del DeSmogBlog, James Hoggan y Richard Littlemore, Climate Cover Up, documenta los hechos históricos de esta cruzada negra.

La campaña para sembrar la confusión acerca del calentamiento global ha recibido apoyo financiero de ExxonMobil, Shell Oil, BP, Texaco, el American Petroleum Institute, la Western Fuels Association, compañías de carbón y de automóviles, como Motors, DaimlerChrysler y Ford. Según los registros de Bob Ward, de la London School of Economics, Exxon ha subsidiado mentiras sobre el calentamiento global por un lapso de tres años después de que prometió no hacerlo más.

El ataque a la ciencia moderna se parece a los intentos del siglo XVII de negar las observaciones cosmológicas de Copérnico y Galileo, y los intentos del siglo XIX de negar las observaciones biológicas de Lamarck y Darwin. El status quo que alguna vez quemó a los científicos incómodos en la hoguera, ahora los ahoga bajo un tsunami de un revuelo de relaciones públicas.

La ciencia por eslogan

"… una de las historias ocultas más vergonzosas de la desinformación …prueba de un crimen intergeneracional"

Dr. David Suzuki, genetista y ecologista, para Climate Cover-Up

En lugar de utilizar los recursos para apoyar la recolección de datos, la campaña de desprestigio invirtió en eslóganes publicitarios y artífices de las relaciones públicas. Crearon grupos 'ciudadanos' con farsantes, organizaciones verdes de hierba artificial como la Greening Earth Society (Western Fuels); La Global Climate Coalition (Exxon, Shell, GM), y el proyecto de gestión de los recursos naturales (Canadian Gas Association) con la meta establecida de 'contraatacar el Protocolo de Kyoto y los demás proyectos de reducir los gases de invernadero. Contrataron a cualquiera que pudiera hacerse pasar por "científico" o "ambientalista", con tal de que repitiera los temas de conversación de la industria.

Frank Luntz - un mercenario estadounidense de las relaciones públicas, que alguna vez confeccionó eslóganes para las asediadas compañías farmacéuticas, las cadenas de comida rápida y el Partido Republicano de Estados Unidos, se convirtió en uno de los redactores principales del guión para la cruzada contra la ciencia del calentamiento global.

En 2007, después de que se le acusó de orwelliano, Luntz le dijo a Terry Gross en la radio, National Public Radio, que 'ser orwelliano significaba hablar con absoluta claridad', una mentira típica de las ambigüedades de Orwell. Luntz le advirtió a la industria de los combustibles que "calentamiento global" tiene la connotación de consecuencias catastróficas', y enseñó a los voceros a decir 'cambio climático', que implica un problema emocional menor. Él les enseñó a llamar "exploración energética" a la perforación de pozos petroleros y a definir el diálogo científico común como "incertidumbre", además de referirse a la comunidad científica como una comunidad dividida.

Los primeros en elaborar eslóganes de negación, S. Fred Singer, Frederick Seitz y los grupos de fachada, como el Heartland Institute y el Competitive Enterprise Institute - fueron anteriormente, los que idearon las campañas de la industria tabacalera para esconder los efectos del cigarro. Ahí fue donde se iniciaron en las tácticas de crear falsos grupos 'ciudadanos', evitar a las revistas científicas reales y sembrar la confusión en el público haciendo desfilar grupos de 'científicos' ante periodistas favorables a su causa.

Algunos medios empezaron a replantear los eslóganes de la industria petrolera para proyectar dudas sobre el calentamiento global. El 15 de febrero de 2009, el columnista del Washington Post, George Will, repitió por escrito la falsedad de que el hielo marítimo de todo el mundo estaba expandiéndose.

El 12 de enero de 2007, Lawrence Solomon, del National Post, tergiversó los puntos de vista del científico de la Universidad de Cambridge, el Dr. Nigel Weiss, expresidente del la Royal Society del Reino Unido. Incluso los restaurantes de comida rápida, Burger King, participaron en el acto.

En el estado de Tennessee, Estados Unidos, una docena de restaurantes de Burger King colocaron mantas que decían "el calentamiento global es una tontería". En esta cruzada, la ciencia parecía innecesaria en todos los lugares donde había eslóganes destinados a confundir al público ingenuo.

La ciencia genuina

Durante casi dos siglos, los científicos han sabido que el bióxido de carbono y otros gases de la atmósfera calientan la tierra. Joseph Fourier lanzó una hipótesis sobre el efecto en 1824, John Tyndall la comprobó 30 años después y Svante Arrhenius predijo el calentamiento global a partir de las emisiones industriales de carbono en 1894, durante la era del carbón.

En los años 50, Roger Revelle y James Lovelock contaban ya con datos del calentamiento de la atmósfera por el carbono emitido por los seres humanos. Greenpeace recibió la información en los 70, cuando planteamos por primera vez la cuestión. La ciencia demuestra que el efecto actual o forzado, provocado por los gases de invernadero de los seres humanos equivale a dos y medio watts de energía por metro cuadrado de superficie terrestre.

James Hansen del Instituto Godard de Estudios Espaciales de la NASA, compara esta fuerza térmica con colgar seis focos de colores de 0.4 watts sobre cada metro cuadrado de superficie terrestre, 3 mil millones de millones de focos encendidos todo el año, emitiendo calor las 24 horas del día. Esto representa el calor generado por el carbono humano en la atmósfera, que derrite las capas de hielo, libera metano, destruye bosques, provoca sequías y aumenta los incendios.

La publicación Scientific American tiene una edición especial sobre la ciencia del clima en la que presentan el artículo "Siete respuestas para los disparates contra el clima" (Seven Answers to Climate Contrarian Nonsense) como evidencia de que la interferencia humana en el clima sigue acumulándose.

Un informe de este año del Massachusetts Institute of Technology indica lo siguiente:

1. Las emisiones de gases de efecto invernadero se eleven más rápido de lo esperado.

2. Los océanos y los bosques absorben menos bióxido de carbono de lo que se esperaba.

3. Ya se está presentando el fenómeno de refuerzo del calentamiento provocado por el metano, los bosques deteriorados y otros efectos de reacción.

La World Meteorological Organisation informa que en 2008, los niveles de CO2 provenientes de las actividades humanas se acumularon en la atmósfera a un ritmo sin precedentes, 2 partes por millón (ppm) más que en 2007, por lo que alcanzaron la cantidad de 385.2 ppm.

El Standing Committee on Antarctic Research - compuesto por más de 100 científicos de 13 países, presentó su informe de 2009, señalando que los niveles de CO2 y metano son más altos y aumentan con más rapidez que en ningún otro momento de los últimos 800 mil años. La pérdida del hielo marítimo de la Antártida afecta directamente al krill y a las poblaciones de pingüinos.

Mientras tanto, 26 de los científicos más eminentes de del mundo, provenientes de Alemania, Francia, Suiza, Austria, Canadá, Estados Unidos y Australia, entre ellos el Dr. Robert Bindschadler de la NASA, el Dr. Hans J. Schellnhuber del Instituto Potsdam de Alemania, el Dr. Richard Somerville, Distinguido Profesor Emérito del Instituto de Oceanografía Scripps, el Dr. Konrad Steffen, director del Instituto Suizo de Tecnología y otros 22 científicos importantes e intachables, presentaron el documento denominado Diagnóstico de Copenhague: lo más actual de la ciencia del clima (Copenhagen Diagnosis: An update of the latest climate science).

El informe señala que el hielo se derrite más rápido de lo que se había predicho y que las recientes afirmaciones acerca del enfriamiento global están equivocadas. Esto científicos advierten a la humanidad:

1. Las emisiones de gases de invernadero se incrementan: las emisiones de CO2 de 2008 son casi 40 por ciento superiores a las de 1990.

2. Las tendencias de calentamiento recientes demuestran que el calentamiento es provocado por el ser humano: la tasa de incremento de la temperatura de los últimos 25 años es de 0.19°C / década y coincide con las predicciones. A pesar de una reciente disminución en la fuerza solar, la tendencia del calentamiento continúa y las fluctuaciones de corto plazo no la modifican.

3. Acelerada fusión de las capas de hielo, de los casquetes polares y de los glaciares: las mediciones de los satélites demuestran "más allá de toda duda" que las capas de Groenlandia y la Antártida pierden masa a un ritmo creciente.

4. Rápido deterioro del hielo marítimo: la fusión veraniega del hielo ártico ha acelerado al 40 por ciento sobre las predicciones medias de los modelos climáticos del IPCC.

5. El aumento del nivel del mar es superior a lo esperado. La elevación media mundial de 3.4 mm/año en 15 años está un 80 por ciento por encima de las predicciones del IPCC. Ahora, los científicos espera por lo menos 1-2 metros de elevación para este siglo. (Una velocidad de fusión desbocada elevaría el nivel del mar más de 75 metros).

6. El retraso en tomar medidas podría significar un deterioro mayor de las capas de hielo, de los bosques y de los patrones de lluvia. El seguir haciendo lo mismo de siempre podría dar lugar a un calentamiento descontrolado en todo el mundo.

7. Acciones decisivas: para evitar un calentamiento catastrófico, las emisiones anuales per cápita deben reducirse 80-95 por ciento por debajo de lo que emitieron las naciones desarrolladas en el año 2000.

La combustión industrial de combustibles fósiles ha desencadenado temperaturas más altas, deterioro de bosques, sequías, incendios y emisiones de metano en todo el mundo. Estos y otros desastres por venir serán el legado de los apologistas de la negación.

Las futuras generaciones que tengan que enfrentar las consecuencias de ello, juzgarán a éstos malhechores anticientíficos como nosotros juzgamos ahora a los que negaron que la Tierra giraba alrededor del sol y a los que argumentaron que la esclavitud era necesaria para la economía. Los que niegan el clima pasarán a la historia como traidores de nuestro planeta.

En los años 70, durante los primeros años de Greenpeace decíamos con desenfado que el incipiente movimiento ambiental era la "operación de limpieza post-industrial del año 2000". Frase que ahora parece optimista.

Rex Weyler

diciembre 2009

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